Buenos Aires.- Un hombre, identificado como Juan Gabriel Mamani, de 36 años, asesinó apuñaladas a su pareja embarazada, Jimena Huanca (30), dejó a su pequeño hijo encerrado en una habitación, y se suicidó, informaron el domingo las autoridades de Argentina.El asesinato ocurrió durante el pasado viernes 18 de diciembre en un departamento alquilado, ubicado en la localidad bonaerense de Laferrere, partido de La Matanza, pero fue ayer a las 18 que la Policía encontró los cuerpos de los adultos, ambos de nacionalidad boliviana, y al niño encerrado deshidratado y en estado de shock.
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Las autoridades llegaron hasta el lugar luego de recibir una llamada de la hermana de Mamani, quien reveló que él tenía problemas de drogas y alcohol, y como la familia no pudo comunicarse con ellos durante el fin de semana estaban preocupados.
Al entrar al departamento alquilado por el hombre, las autoridades hallaron el cuerpo de la mujer, que tenía seis meses de embarazo, tendido en el suelo con sangre a su alrededor. Detallaron que la víctima había recibido al menos 11 puñaladas en el pecho y además tenía un cable alrededor del cuello.”Según los datos preliminares, la mujer fue asfixiada con un cable blanco y duro, del tipo coaxil, hasta quedar inconsciente. Después se contabilizaron 11 puñaladas”, explicaron fuentes de la investigación consultadas por Clarín.Mientras, el cuerpo del hombre fue encontrado colgado de una soga desde un caño de gas en la cocina, al lado de mujer.Las autoridades pudieron resolver que, por la ubicación de las pruebas el hombre tuvo un primer intento de suicidio al colgarse con un cinturón desde las escalera pero se cortó por su propio peso.En otra habitación de la casa las autoridades encontraron al pequeño, que solo era hijo de la mujer, y que de acuerdo a las primeras hipótesis, estuvo 48 horas sin ingerir alimentos. El niño fue llevado al Hospital Teresa Germani, donde fue atendido y portavoces judiciales señalaron que ya fue entregado a su padre biológico.La Policía se llevó de la escena dos cuchillos manchados de sangre para saber si hubo una tercera persona involucrada, pero se confirmó que no actuó alguien más. También tomaron las declaraciones de los vecinos pero estos aseguraron que no oyeron gritos.
