El pasado jueves 12 de julio, Joaquín Martínez salió de su casa para asistir a la facultad cuando, por algún motivo, un grupo de chicos lo vio respirando con dificultad bajo un árbol en una plaza del barrio porteño de Palermo.
Los muchachos dieron aviso a un policía que, a su vez, alertó al SAME. Sin embargo, para cuando la ambulancia llegó, el joven de 21 años ya había muerto.
Mientras sus padres, Sonia y Nicolás, piden que se presenten testigos para declarar y así poder esclarecer lo que le sucedió a su hijo, crece la hipótesis de un robo.
De acuerdo a los resultados de la autopsia revelados por Diario Crónica, Joaquín sufrió congestión edema pulmonar y edema cerebral difuso causados por varios golpes contundentes.
La razón por la que la causa comienza a inclinarse hacia un posible asalto tiene que ver con el hecho de que a la víctima le faltaban su teléfono celular y su tablet.
Días atrás, su hermana de 14 años, Sara, había desaparecido por unas horas. Su madre, en diálogo con C5N, deslizó que el joven se sentía algo culpable por este hecho, aunque su muerte, aseguran, no tiene que ver con ello.
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