El rostro de la devastación en los pueblos azotados por la tromba

Concordia, Sinaloa.- A tan solo 20 minutos de Concordia se encuentra El Magistral. En este pueblo se aprecia la devastación: casas destruidas, sin techo, árboles caídos, lodo y piedras por todos lados, pero sobre todo, la tristeza reflejada en los rostros de los habitantes, tras el azote de la tromba  la mañana del jueves.Lee también: Tromba deja a decenas de damnificados en ConcordiaPerdió todo
A unos metros del río y frente a lo que fue su casa, Guadalupe Calderón,  madre de cinco niños, muestra cómo su patrimonio de años se acabó en unos minutos.

Foto: EL DEBATE

Platicó que ese día dejó a sus hijos encargados a su hermanan  para  hacer un trámite que permita atender a uno de ellos que tiene parálisis… y al regresar ya no tenía casa.Lee también: Familias dormirán sin un techo, la tromba arrasó con todoSu angustia era saber si sus hijos estaban bien. Los encontró empapados, pero vivos. En medio de la fuerte lluvia, aire y granizo, su hermana pidió ayuda para sacar a los menores.Justo al salir, el fuerte viento se llevó la vivienda. “Se refugiaron en mi casa”, dijo la abuela, quien con el rostro lleno de lágrimas le agradece a Dios que sus nietos salieron ilesos.En su vivienda, dos cuartos se quedaron sin techo, pero uno resistió y ahí se protegieron todos.
Esta joven madre con sus hijos y siete familias más de Piedra Blanca y  El Magistral se refugian en la primaria  Clemente Vizcarra Franco. El jueves les dieron alimentos mientras reciben apoyo para  levantar sus viviendas. 

Foto: EL DEBATE

El director de Protección Civil, José Ángel Molina, resaltó que es la primera vez que en Concordia se registra un desastre de esa naturaleza.En compañía de la presidenta del DIF, Patricia Tirado, ha otorgado apoyos y asegura que la indicación del alcalde es que se apoyará a todas las familias para que levanten sus viviendas.Hay vida
Durante más de 25 años, Sabino Cabrera ha atendido un puesto en Piedra Blanca. Antes vendía alimentos, pero al abrir la maxipista, lo cambió por abarrotes.   El pasado jueves estaba listo para trabajar y  empezó a llover. Al ver tanta  agua y granizo, decidió regresar para refugiarse en su casa.Aún no cruzaba la calle cuando el viento  arrastró el puesto junto con el refrigerador, la cama y toda la mercancía.

Lodo
Ayer, Magdalena Rueda seguía sacando lodo de su vivienda.Comentó que elementos del Ejército le ayudaron, pero perdió colchones, refrigerador, lavadora, comedor y muebles.Junto con su esposo e hija fueron a buscar las láminas, arreglaron las que pudieron y cubrieron el techo, pues temen que vuelva a llover. Dice que jamás había visto tanta agua.Frente su vivienda está el jardín de niños, que consta de solo un aula.Estaba abierta porque la estaban pintando, y ahí se refugiaron de la tromba.

Confían en que la autoridad les cumpla y les apoye para poner las casas en condiciones para vivir. Magdalena se sentó unos minutos en una silla quebrada. Tiene lodo en todo su cuerpo. La ropa que trae es la única que tiene seca y no tienen agua para lavar. La Comisión Federal de Electricidad hace trabajos para dotarles del servicio.En esta nota:
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