Promover la lactancia es un buen negocio



 
Hace seis meses fui madre por primera vez y una inquietud que empezó a surgirme a medida que se acercaba la hora de reintegrarme al trabajo fue la de poder continuar alimentando a mi bebé con leche materna después de mi licencia.  Esta inquietud era el resultado de oír sobre un sinnúmero de dificultades que muchas mujeres en periodo de lactancia enfrentan cuando retornan al trabajo. Desde tener que usar los baños para sacarse leche (lastimosamente la situación más común para muchas), hasta salir de reuniones con sus camisas mojadas porque sus pausas de extracción no son respetadas.
La mayor parte de estas dificultades están ligadas a una combinación de falta de infraestructura básica e incumplimiento de políticas de lactancia en lugares de trabajo. La realidad es que si bien más del 60% de los países de América Latina y el Caribe cuentan con una ley que requiere a los empleadores otorgar una pausa a las madres en periodo de lactancia durante el horario de trabajo, en la práctica no siempre se cumplen. Por esto muchas madres dejan de darle leche materna a sus bebés una vez que retornan al trabajo o, en algunos casos, se cuestionan continuar trabajando para ese empleador.
Lo que muchos empleadores no toman en cuenta es que promover la lactancia materna no solo conlleva a beneficios para las madres y sus bebés, sino también para ellos. De acuerdo a UNICEF, la leche materna protege a los niños de muchas enfermedades, incluyendo infecciones, diabetes, obesidad y asma. Además, la lactancia materna prolongada está relacionada con un mayor cociente intelectual y alto rendimiento escolar. Asimismo, las madres que amamantan a sus bebés, aunque no sea de forma exclusiva, suelen tener niveles de depresión más bajos que las que no lo hacen. En otras palabras, la lactancia resulta en bebés y mujeres más saludables. Para los empleadores esto puede traducirse en menores gastos relacionados al uso de los seguros médicos por parte de sus empleadas e hijos y en menos días de ausentismo y presentismo laboral de sus empleados (mujeres y hombres) porque sus hijos son más saludables. Además, les puede permitir incrementar la retención, satisfacción y productividad de sus empleadas que sienten que sus empleadores las apoyan en esta etapa de sus vidas.
¿Pero qué pueden hacer los empleadores para promover la lactancia?

Primero, cumplir con la ley de otorgarles pausas y/u horarios flexibles a las mujeres lactantes durante al menos el primer año de vida de sus bebés. Esto ayudará a que las mujeres puedan balancear más fácilmente la lactancia con sus responsabilidades laborales.
Segundo, instalar salas de lactancia adecuadas que cuenten con un lavabo y refrigerador para uso exclusivo, con seguros en las puertas y que se mantengan limpios.
Tercero, fomentar una cultura que promueva la lactancia que va desde informar a las mujeres sobre las políticas existentes, hasta educar a todos su empleados, especialmente en puestos de gerencia, sobre la importancia de respetar estas políticas.

Trabajo en una organización que facilita y promueve la lactancia materna puesto que contamos con salas de lactancia adecuadas en nuestras oficinas alrededor de la región, además de horarios de lactancia durante el primer año de vida del bebé y teletrabajo. Gracias a estas políticas pude continuar dándole leche materna a mi bebé y planeo continuar haciéndolo por lo menos hasta que ella cumpla un año.
Cuéntanos cuál es tu situación y cómo piensas que tu empleador podría apoyarte con la lactancia.



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