Juan Pablo Nuñez, el párroco de la iglesia María Reina en el barrio Larrea de Rosario atraviesa uno de los peores momentos de su vida, ya que el narcotráfico le pisa los talones por las denuncias que este realiza durante las misas.
Luego del tiroteo contra la puerta de la parroquia y la escuela, el padre habló sobre lo que se vive actualmente en el barrio: “La situación se agravó ahora tremendamente. La calle es tierra de ellos”, expresó Nuñez.
El papel que cumplen en los barrios más humildes las instituciones religiosas es vital para la contención de quienes peor la pasan, por eso el cura sufre los embates del narcotráfico.
“Recibí amenazas, recorriendo el barrio, el martes y el jueves pasados. De personas que no conocía”, dijo el religioso a Radio 2 de Rosario.
En su relato, Nuñez contó que cuando oyó los disparos contra el frente de la escuela y la iglesia los tomó “como un tiroteo más. En el barrio todos los días hay una balacera”.
Sobre la decisión de denunciar el accionar narco en el barrio, el padre relató que lo hizo porque “soy un vocero de la necesidad de la gente. Ellos vienen a mí pidiéndome ayuda”.
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