La Argentina propone un G20 con el “futuro del trabajo” como prioridad

El traumático triunfo electoral de Donald Trump y sus implicancias (la retirada de la Asociación Transpacífica y del Acuerdo de París sobre cambio climático, así como el enfrentamiento con China), el Brexit, el ascenso de la extrema derecha populista en varios países europeos y la victoria de Jair Bolsonaro son algunos de los puntos que cuestionan la estabilidad de las democracias de occidente más sólidas y decantaron en un rechazo sobre el orden global construido.La fuerte tensión entre las potencias y la ofensiva comercial de la administración Trump generan un contexto propenso al enfrentamiento en la cumbre de líderes globales que se realizará el 30 de noviembre y 1 de diciembre en Buenos Aires.Tomando nota de esto, la presidencia Argentina decidió pasar por alto los grandes e inevitables cortocircuitos del comercio y propuso como ejes de debate al futuro del trabajo. En adición a esto se plantean además como puntos temáticos  la infraestructura para el desarrollo y un futuro alimentario sostenible.¿Por qué el trabajo como prioridad?
En un escenario con altos niveles de conflicto en el plano económico, comercial y ambiental entre grandes poderes, Argentina se puede plantear como un mediador centrado en lograr consensos y articular posiciones. De igual manera, el gobierno busca presentar al G20 como un espacio cercano a las principales preocupaciones de los ciudadanos.  Es por ello que, en este contexto, se elige la prioridad sobre el futuro del trabajo entre los tres grandes aportes de la presidencia argentina. Esta aborda una problemática que afecta de forma muy directa a los ciudadanos y permite a la vez construir una agenda multilateral positiva.

El canciller Jorge Faurie con el príncipe saudí Mohammed bin Salman

El debate sobre el futuro del trabajo viene cobrando relevancia en la escena internacional. Iniciado en Beijing 2016 y continuado en Brisbane 2017 se busca abordar los principales desafíos que la velocidad del cambio tecnológico plantea.La posibilidad de ser reemplazado por los avances tecnológicos, la incertidumbre en torno a las nuevas formas de organización del trabajo, el rol del trabajo independiente y las dudas sobre si estas nuevas formas de empleo pueden constituirse en empleos con salarios dignos son los principales interrogantes sobre este nuevo escenario laboral.¿Qué se prioriza y cómo está la Argentina?
Durante 2018, y en el marco de las reuniones llevadas a cabo por los grupos de trabajo del G20, se priorizaron tres ejes sobre el futuro del trabajo: Promover habilidades y el aprendizaje a lo largo de toda la vida; fortalecer la formalización laboral y el trabajo decente; e intensificar la protección social.Entre las prioridades argentinas además se buscó potenciar una agenda inclusiva focalizada en disminuir las brechas de género. El objetivo concreto fue fijado en el año 2017 y se basa en reducir las mismas en un 25% para el 2025 conocido. Lo cierto es que en lo que al G20 refiere, la variable género se ve permeada por variables culturales y el temor a que fueran cuestionadas algunas tradiciones no occidentales.

El ministro de Trabajo y Producción Dante Sica en una de sus exposiciones

¿Cómo viene nuestro país en este punto?
En la Argentina a las mujeres la crisis las afecta de manera directa y mayor que a los varones. La diferencia de hasta un 35% en los salarios, el trabajo doméstico no remunerado, los hijos, entre otras cosas, profundizan los problemas económicos de cada mujer en el país.
Con una suma de 234,3 millones de pesos derivados al Instituto Nacional de las Mujeres (INAM), sólo se destinarán $11,36 por mujer para combatir al machismo y sus siniestras consecuencias. Dicho presupuesto, con la inflación proyectada, implica una retracción del 17,8% con respecto al asignado en 2018.Trabajo formal y protección social
Como se mencionara con anterioridad, la Argentina planteó además el poder fortalecer la protección social del mercado laboral, así como promover el trabajo decente y formal. Lo cierto es que estos puntos se contraponen con un escenario laboral marcado por la caída del trabajo. De hecho, la merma de la actividad laboral a partir de las recurrentes crisis cambiarias llevó a que la cantidad de trabajadores registrados en el mes de septiembre fuera la más baja desde julio de 2017, según datos del Ministerio de Producción y Trabajo.Podemos pensar entonces que la prioridad del “futuro del trabajo” pueda significar una intención más que un objetivo, entendiendo al tema más con miras al futuro que al presente, lo cual a priori facilitaría el alcanzar consensos.En esta nota:

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