Categorías: México

Ser paramédico, salvar la vida en medio de la muerte



Pocas profesiones te ponen al borde de la muerte a diario. Esta es una de ellas. 
Cuando estás en servicio sabes que estás encima de un lugar lleno de pólvora, que en cualquier momento se puede encender. Estás en la incertidumbre todo el tiempo. En esos momentos, sólo puedes confiar en muy pocos, dudas de los que están ahí para cuidarte. Sabes que te vigilan, que te miran con quien hablas, qué hablas, cómo lo haces. Pero tienes que estar ahí porque de tu trabajo dependen vidas.  
Cuando escuchas el radio civil de la base de la Cruz Roja donde trabajas, sabes que en los próximos minutos podrás estar frente a un episodio de violencia. La adrenalina comienza a recorrer todo tu cuerpo. Todo es incertidumbre. No sabes, de entrada, si llegarás al lugar donde requieren de tu ayuda, si en el camino te lo impiden. 
Leer más: Reportan 26 asesinatos en distintos puntos del país; por violencia, Cruz Roja en Salamanca suspendió servicios
Al llegar al lugar del ataque, seguirás igual, no estarás a salvo sino peor: te pondrás en el centro de la atención. Casi nadie te protegerá. Ni los militares, menos la Policía de la que estás seguro tienen complicidad con los que generan la violencia. Te sentirás un poco más seguro cuando la gente del barrio, de la colonia se comience a acercar, a rodear la escena del crimen. Pero nunca dejarás de estar atento del entorno, los riesgos están ahí y no se pueden ver a primera vista; resguardar tu seguridad, es casi lo mismo que resguardar la del herido: le ayudas más vivo que muerto.  
En ese lugar no podrás estar más de diez minutos, el riesgo va aumentando; aplicarás una de las máximas que los paramédicos han creado recientemente: “carga y vete”. No te detendrás a atender al herido en la calle, vas a preferir siempre hacerlo cuando la ambulancia esté andando. 
Pero mientras estés ahí, te sentirás vigilado. Lo detectarás cuando un policía o un militar se te acerque y te suelte estas frases: “muévele”, “apúrale”, “ya vete”, “¿lo vas a trasladar?”. Llegarás a una conclusión: un “actor de violencia”, como llaman a los hombres que matan en la Cruz Roja, puede que esté cerca, que te esté viendo. 
Nunca termina la incertidumbre, cuando subas a la ambulancia al herido, el camino al hospital seguirá siendo peligroso, quienes lo atacaron te podrán detener, llevárselo o ahí mismo terminar con la misión que se impusieron: matarlo. 
Tampoco concluye la incertidumbre al llegar al hospital, al regreso a tu base también te pueden parar para preguntarte por el herido. Preferirás que eso no ocurra, porque uno de los principios de la Cruz Roja es no ahondar sobre el herido y, en realidad, no lo sabrás, porque cuando lo atendiste sólo hiciste preguntas “objetivas”: “¿qué te pasó?”, “¿qué estabas haciendo?”, “¿recuerdas algo?”. No te interesa saber de su vida, ni a qué se dedica. Nunca preguntas por qué los atacan. 
Ese es tu deber: ser neutro, no estás ni con uno ni con otro, simplemente para atender a la persona que está herida, en desgracia.
Cuando llegues a tu base la adrenalina bajará, sólo hasta que el radio anuncie la próxima emergencia. 
Te puede interesar: Pese a miles de cuerpos sin identificar, estados no usan plataforma forense donada por la Cruz Roja
Ser paramédico de la Cruz Roja en Guerrero es un riesgo verdadero, punzante. 
Era la mañana del domingo 18 de noviembre del 2018. A la comunidad de San Juan Tenería en Taxco, llegó un grupo de voluntarios de la Cruz Roja con ayuda humanitaria: ropa, cobertores, víveres para repartir entre los pobladores. Llegaron acompañados por una patrulla de la Policía Estatal con cuatro agentes.  
Cuando comenzaban a repartir, llegaron unos 20 hombres armados y comenzaron a disparar, sobre todo contra los agentes. 
En la balacera todos corrieron a protegerse. Se escondieron en una vivienda que está a un lado de la cancha. Fueron 10 minutos de terror. Nueve quedaron heridos, tres policías murieron, tenían el tiro de gracias como se informó después. También murió Alejandro García Flores, un joven que estudiaba para ser técnico en urgencia médica, en la escuela de Cruz Roja en Taxco. 
De ese episodio se difundió un video, las imágenes muestran el peor escenario para un paramédico de la Cruz Roja: intentar salvarle la vida a uno de sus compañeros.  
Ese día, recuerda un paramédico, sus compañeros no pidieron el resguardo de la Policía, se “les pegaron”.   
Esta es la historia de un paramédico que ofrece sus servicios en un municipio de Guerrero que, por obvias razones no mencionaremos, así como tampoco su nombre. Este hombre tiene más de diez años como voluntario de la Cruz Roja. Todos esos años ha ejercido pegado a la violencia que se vive en Guerrero. 
— ¿Nunca te has sentido mal de ver tanta violencia?
—Sí, siempre hay un daño psicológico. Entre los paramédicos se dice que para hacer esto se debe estar algo de loco y, sí, para ver tanta sangre, ver tantos heridos, ver a niños sufriendo hay que estar locos, porque eso afecta mucho, mucho. Hay servicios que te dejan marcados, que no se te olvidan, que pueden pasar cinco, diez, quince años y ahí está están en el recuerdo. 
— ¿Cuál es ese servicio para ti?
—Me han tocado dos eventos de ese tipo y son de niños. Hay compañeros que les afecta ver a ancianos sufriendo, a jóvenes, en mi caso a mi me afecta mucho ver a niños. Un caso fue el de un niño de unos seis años que un carro le pasó por encima de su cabeza, se la explotó, no había nada que hacer, pero el niño estaba sufriendo mucho. El otro caso, fue cuando un carro arrolló a un niño y lo aventó unos cinco metros, cuando llegamos ya no había nada qué hacer, el niño estaba muy lastimado.
— ¿Cómo le hacen para que no les afecta tanto?
—Vamos a ayuda psicológica, tenemos que buscar esa ayuda, para irnos liberando, para liberar las emociones, vamos a terapias y seguimos. 
— ¿Tu familia qué te dice?
—Que estoy loco para estar ahí y, si tiene algo de cierto, pero a mí en lo particular me gusta mucho lo que hago. 
— ¿Tu familia te ha pedido que dejes este trabajo?
—No, nunca me lo han pedido, pero siempre me piden que me cuide, que los mantenga comunicado. Se preocupan mucho, porque saben de todo lo que está pasando, pero siempre me dicen que me cuide y que nos vamos a ver al final de mi turno. 
Lee el reportaje completo en Amapola Periodismo Transgresor
Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia. Tú puedes ayudarnos a seguir. Sé parte del equipo.
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.#YoSoyAnimal



Source link

Redaccion

Compartir
Publicado por
Redaccion
Etiquetas: mexico

Entradas recientes

Javier Milei catalogó la Marcha Federal Universitaria como “la reedición de la campaña del miedo”

"El reclamo puede ser genuino, pero construido sobre una mentira", apuntó el presidente Javier Milei…

3 weeks hace

Axel Kicillof lideró un acto masivo por el Canal Magdalena en Ensenada

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, encabezó un acto en Ensenada…

3 weeks hace

Espert confía en la aprobación de la ley Bases y el paquete fiscal

El diputado nacional de La Libertad Avanza, José Luis Espert, expresó su confianza en la…

3 weeks hace

Milei defendió su gobierno ante críticas de CFK sobre el hambre del pueblo: “Sirve para reconstruir lo que ustedes hicieron”

Tras la masiva reaparición de Cristina Fernández de Kirchner, el presidente Javier Milei apuntó contra…

3 weeks hace

Victoria Villarruel creó una comisión para optimizar los recursos humanos del Senado

El principal propósito de la nueva comisión es evaluar los recursos humanos en el Senado,…

3 weeks hace

Polémica medida del Gobierno: las aseguradoras ya no brindarán el servicio de grúas y auxilio

En una medida que busca redefinir las condiciones de los seguros de automóviles en Argentina,…

3 weeks hace