El Mostrador aportó su mirada en seminario de la Facultad de Comunicaciones de la PUC sobre responsabilidades profesionales ante los discursos de odio

Las redes sociales se han convertido en un arma de doble filo. Además de ser una herramienta masificadora de información, también se han consolidado como una plataforma de discusión extrema, que muchas veces supera los parámetros básicos de criterio, llegando incluso a la denostación solamente por gusto o placer.
Para abordar este tema, este jueves se desarrolló en la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica un seminario –que contó con la participación entre otros del rector del plantel Ignacio Sánchez y la ministra de la Corte Suprema, Ángela Vivanco- con el fin de dialogar sobre el papel de los medios masivos de comunicación y las redes sociales en la difusión de ideas racistas o incitadoras al odio.
El Mostrador estuvo presente en la instancia en el segundo panel de la jornada: “Responsabilidades y deberes profesionales sobre discursos de odio”, a través de su director ejecutivo Federico Joannon junto al decano Eduardo Arriagada, el gerente de políticas públicas cono sur de Facebook, Elías Matzschke, la directora de The Clinic, Lorena Penjean y la periodista especializada en ética de las comunicaciones, Lyuba Yez.
A modo de introducción, Federico Joannon planteó que “en una sociedad democrática, representativa, liberal y sana, debe haber ojalá muchos medios.  Tiene que haber una industria de medios ojalá muy nutrida y con mucha diversidad. Entonces, parte de esa diversidad, lleva a que sea un espectro de formas de tomar las noticias y difundirlas, y algunas de esas formas pueden ser más ásperas que otras o pueden ser más extremas en el lenguaje que otras, pero no necesariamente van a ser ilegítimas o ilegales si hubiera alguna norma aplicable”.
“Creo que es parte de la salud democrática que haya muchos medios de todo tipo y que tengan formas de comunicar a su audiencia en distintos estilos, distintos modos. Dentro de un conjunto mediático sano, es sano -valga la redundancia- que los discursos y tonos no sean todos iguales porque llegaríamos a un tema muy plano y la opinión pública tendría muy poca riqueza al informarse a través de los medios”, explicó.
Con respecto a la línea editorial del medio, Joannon sostuvo que “el medio tiene que tener un discurso editorial un planteamiento cuidadoso, muy democrático en el tema. En el mundo de la opinión, mientras más diverso y variado mejor. En el mundo de la interpretación periodística también”.
Con respecto a las redes sociales en los medios, el director ejecutivo sostuvo que “en El Mostrador hace años se decidió eliminar los comentarios de las notas y fue controvertido porque la gente nos escribía a los correos preguntando por qué lo hicimos. Pero lo que ocurría a propósito de discursos de odios, es que en los comentarios había que estar siempre muy atento precisamente para que no se pasen unas ciertas líneas divisorias y difusas pero existentes hacia discursos de odio o un enfrentamiento odioso contra una o más personas”.
“Nosotros dijimos, bueno, El Mostrador tiene un tono, y los comentarios muchas veces se exceden de ese tono, por lo que queremos dedicar más recursos periodísticos a lo nuestro y no a estar editando o haciendo un trabajo editorial sobre los comentarios. Así que los eliminamos y fue una muy buena decisión”, detalló.
“Las redes sociales tienen sus moderaciones propias y cuando alguien se pasa de esa línea difusa y pasa a comentarios de odio, la misma gente que interactúa en esa red social aplica criterios de moderación”, afirmó.

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