Hicieron una fiesta clandestina en un yate y casi se hunde por la cantidad de jóvenes a bordo

La preocupación del Gobierno y las advertencias por nuevas restricciones parecen no surtir efecto. En medio del aumento de casos de Covid-19, las fiestas clandestinas son cada vez más comunes en diferentes puntos del país.En las últimas horas, un nuevo sao se hizo viral. Sucedió el domingo en Entre Ríos, donde unos 25 jóvenes organizaron una fiesta a bordo de un yate. Pero el peso de los ocupantes hizo que la nave, con capacidad para 10 personas, estuviera a punto de hundirse.La embarcación, que partió desde el Club Náutico de Paraná, se dirigía a la denominada “Isla Bonita”. Sin embargo, a pocos metros de la costa, comenzó a sumergirse.Las fotos del barco rápidamente se viralizaron en redes sociales, donde usuarios repudiaron el accionar de los jóvenes y cuestionaron al club y las autoridades por la falta de controles en la zona.

En declaraciones televisivas, Leonardo Díaz, el presidente del Club Náutico de Paraná, admitió que el yate “salió sin los requisitos” correspondientes. Además, reconoció que algunos de los ocupantes eran socios de la institución y sostuvo que se manejaron de manera “irresponsable y llevando demasiada carga a bordo”.Con respecto al posterior hundimiento de la nave, manifestó: “Sucedió que el exceso de carga hizo entrar agua por las ventilaciones del motor. Gracias a Dios ya estaban tocando el borde de una isla y se sumergió la parte de motor y máquinas, quedando el resto en arena”.Según Díaz, la comunicación del club es clara en relación con las medidas de prevención requeridas a los socios para subir a las embarcaciones. Informó que se los insta a cumplir con el distanciamiento social en todo momento y que, a tales fines, se despachan los barcos “con el 50% de la capacidad”. Por ese motivo, destacó que fue la propia institución la que dio aviso a Prefectura al notar la gran cantidad de jóvenes que viajaban en el yate que estuvo cerca de hundirse el domingo.“A mí me gustaría comentar que el sacar una embarcación o un despacho es como una declaración jurada del patrón o del timonel. Si después de lo que uno declaró de pasajes o de personas, hace y deshace y sobrepasa las medidas, creo que ahí es total responsabilidad de esa persona que está tomando esa actitud”, se defendió el titular de la institución.

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