César Barros: “Aquí ha fallado –desde los años sesenta– el aparato público. No lo mejoró Alessandri, ni Frei ni Allende. Y del 73 en adelante parece que se quedó aún más atrás”

-Uno de los argumentos que se hacen es que parte del malestar social se debe a la falta de defensa corporativa –o falta de autocrítica– que los empresarios hicieron frente a los escándalos de corrupción/estafas de los últimos 20 años, empezando con La Polar, pasando por las Cascadas y los casos de colusión. ¿Cuál es tu mirada?
-En cualquier sistema aparece corrupción. Y en los menos libres es peor porque no hay libertad de prensa ni de palabra ni de elección. Me ha tocado corregir varios de aquellos desparramos. Pero pasan y ya. Esos casos tocan en general a los más ricos: los grandes perdedores de La Polar fueron sus acreedores y accionistas. En las Chispas, tampoco había “pueblo”.
Hacer mea culpa no tiene valor agregado. Por eso los pecados se perdonan. Lo importante es la actitud a futuro: el cambio voluntario de conducta. Pero siempre habrá algunos bellacos en el sistema. Es ineludible. Y creo que post-Polar, pospollos, etc., el empresariado camina distinto.
-Como uno de los protagonistas del boom económico de los ya famosos 30 años, lo bueno, lo malo y lo feo del modelo.
-Pasamos por el 82-85… nadie se va a olvidar. Luego, la crisis rusa, la asiática, la punto.com, Lehman Brothers, y ahora esto. Los empresarios chilenos por Dios que son resilientes (a pesar de El Mostrador), pero igual hay imbéciles (mi lista es larga y me muerdo la lengua para no largar nombres). Pero lo más feo, lo que se resiente… no son hechos puntuales como los pollos o el papel de water, sino vivencias diarias:

La salud pública.
La educación pública.
Las pensiones miserables.
El crimen/narco.
La Araucanía.

Esto –lo feo– viene de tiempos inmemoriales. Se tendrían que haber aprovechado los booms para subir la cotización obligatoria del 10 al 20 % (como era el 81). Hacer lo que se ha descubierto ahora con el sistema de salud. Meterle el diente al sistema educacional público, aunque no le guste al Colegio de Profesores ni al Mineduc. Impedir el avance del crimen/narco. Hacer un gran arreglo en La Araucanía: pero en serio, dejarse de maquillajes tontos.
Aquí ha fallado –desde los años sesenta– el aparato público. No lo mejoró Alessandri, ni Frei ni Allende. Y del 73 en adelante parece que se quedó aún más atrás.
¿Culpas? De todos, pero sobre todo de los tres poderes del Estado, partiendo por los presidentes.
-Cuál es la sensación que ves entre tus pares y clientes de cara a la Asamblea Constituyente y el nuevo modelo que va a emerger.
-Los empresarios pymes están asustadizos. El resto no tiene más opción que seguir pedaleando. Y no aflojan, estallido sí o estallido no. Con o sin pandemia. Y políticamente esperanzados: nada puede ser peor que lo de ahora. Y la zurda no tendrá sus dos tercios.
-Bonus track: recomendación a inversionistas extranjeros sobre Chile: comprar, vender o mantener.
-Vengan a Chile. Al final el ambiente es mejor que en muchas partes. En América Latina para empezar. Y que el sur de Europa también. Empresarios resilientes, competitivos y menos corruptos que en muchas partes. Y el cambio que viene abrirá tremendas oportunidades.

Esta entrevista fue publicada originalmente en El Semanal
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