Un gobierno electrónico municipal para terminar con la brecha digital

Desde marzo 2020 cuando inició la pandemia en Chile, las medidas de confinamiento y limitaciones de movilidad profundizaron más y nuevas demandas para utilizar plataformas remotas de las instituciones públicas y privadas.
En el caso de los servicios públicos y municipalidades, la virtualización ha estado vinculada a la obtención de información, pero muy especialmente a la tramitación de beneficios sociales de emergencia y convencionales que, tradicionalmente, se realizaban de manera presencial.
Esta virtualización de las relaciones entre la ciudadanía con las instituciones públicas, desde la perspectiva usuaria, demandan garantías de conectividad, equipamiento, manejo de tecnologías y una oferta pública oportuna, sustantiva y accesible.
En Chile, según el Índice institucional para Gobierno Abierto del 2019, se observa que los municipios tienen voluntad para cumplir con la transparencia activa, participación institucional, además de las dimensiones de acceso a la información y probidad. Pero el mismo estudio precisa la casi nula implementación de mecanismos de participación ciudadana.
Estos indicadores, junto a otros, cuestionan la capacidad de las administraciones comunales para movilizar a la ciudadanía para que se involucre en los asuntos públicos y efectúe contribuciones que logren una gobernanza más innovadora y efectiva.
Si bien la instalación de un gobierno electrónico no ha permeado en los niveles municipales, el contexto de pandemia, el escenario post estallido social y de proceso constituyente, es una oportunidad para que dicha institucionalización pueda promover la reconstrucción de confianzas de las personas en las instituciones públicas, en la medida que articule la transparencia, la participación ciudadana incidente, la información interactiva y bidireccional, además de la rendición de cuentas.
En el marco del III y IV Plan de Acción de Gobierno Abierto, se estableció en Chile una mesa de gobierno abierto que dentro de sus compromisos se asuma la ampliación y profundización del Gobierno Abierto a nivel municipal. Lo anterior, cobra especial relevancia hoy en día, pues la virtualización de la gestión no se irá una vez superada la pandemia, por lo tanto, muchas comunas que no cuentan con instrumentos suficientes para garantizar que la población acceda a servicios y beneficios de manera digital deben tener ayuda.
La brecha de desigualdad en Chile, también se manifiesta con elocuencia en el acceso a tecnologías, por lo que es urgente definir planes regionales que tengan recursos y fases oportunas de implementación, que considere la realidad heterogénea de los territorios para garantizar el acceso a internet, fortalecer las competencias digitales en la población vulnerada y excluida, desarrollar plataformas municipales con contenidos bidireccionales, interactivos, comprensibles y que se orienten hacia la comunidad usuaria.
Esto colabora en desincentivar el uso clientelar de los bienes públicos, promoviendo una gestión más participativa, transparente y colaborativa, un mayor involucramiento de la ciudadanía en los asuntos que les preocupan y la posibilidad de construir proyectos colectivos que tengan una incidencia directa en el bienestar de la comunidad.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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