Solo 3 de cada 100 integrantes del personal médico atienden salud mental

De los 481 mil 924 profesionales de la salud en el país que dan atención en los servicios federales y estatales, solo el 3.1% (14 mil 970) son trabajadores y especialistas de la salud mental y adicciones, es decir, en el país hay un déficit de personal especializado, principalmente en psicología y psiquiatría, de acuerdo con el Segundo Diagnóstico Operativo de Salud Mental y Adicciones que realizó la Secretaría de Salud federal (SSa).
Pero no solo eso, de los 14 mil 970 especialistas con los que se cuenta, el 75.7% (11 mil 227) no labora en centros de salud o clínicas comunitarias que den atención de primer contacto, sino que lo hace en alguno de los 34 hospitales psiquiátricos del país.
“En comparación con cifras de América, disponemos proporcionalmente menos psiquiatras (7.6%) y psicólogos (32.5%); mientras contamos con menos personal de enfermería (6.5%) y trabajo social (7.0%)”, se lee en el diagnóstico.

“El personal de salud mental y adicciones no solo está mal distribuido geográficamente sino también su distribución por tipo de profesional”, reconocen.
Para dimensionar el poco personal con el que se cuenta y lo mal distribuido que se está, hay que tomar en cuenta que en el país hay 434 establecimientos de salud mental y adicciones de la Secretaría de Salud federal y estatales: 335 (77.2%) son Centros de Atención Primaria de las Adicciones (CAPA), 65 (15%) son Centros Integrales de Salud Mental (CISAME) y 34 (7.8%) hospitales psiquiátricos.
“Al comparar el total de ese tipo de establecimientos con los 15 mil 637 de atención primaria o consulta externa del país, se estima que solo el 2.7% brindan atención de la salud mental y adicciones; mientras que los hospitales psiquiátricos representan el 4.1% del total de hospitales (816)”, detalla el diagnóstico.

Es decir, en los hospitales psiquiátricos, que representan el 7.8% de la infraestructura que se tiene para atender la salud mental y adicciones de los mexicanos, se concentran en promedio 7 de cada 10 especialistas en la materia. Incluso, el reporte da cuenta que en comparación al 2020 hay ocho espacios menos porque se encuentran cerrados por daños estructurales, están en proceso de traslado o porque no cuentan con personal. 
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También, con respecto al 2020, cuando se hizo el primer diagnóstico, la dependencia federal informa sobre el incremento de mil 233 profesionales en salud mental y adicciones, y aunque su inclusión en el sistema de salubridad resulta positivo, aún no es suficiente para atender la salud mental de los mexicanos. De hecho, en el diagnóstico se subraya que, en promedio, el 80% de las personas no recibe atención adecuada.
En concordancia con las recientes reformas a la Ley General de Salud en materia de salud mental, la dependencia critica que los principales centros de atención sigan siendo los hospitales psiquiátricos por encima de los hospitales generales y los centros de atención primaria.
Un modelo que es urgente se transforme pues durante la emergencia sanitaria las consultas externas en materia de salud mental disminuyeron en un 40% al pasar de 2 millones 032 mil 214 consultas a un millón 299 mil 061.
La disminución en la solicitud de consultas para atender la salud mental se podría explicar por el confinamiento y porque no hay servicios de atención primaria con especialistas cerca de las domicilios de los usuarios, lo cual no quiere decir que no se requiera recibir atención, más aún cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado de un incremento del 25% mundial en casos de depresión y ansiedad, principalmente.
“Es conocido que en las últimas décadas ha habido una débil rectoría en salud mental y adicciones y por lo tanto, no ha sido considerada como una prioridad en la agenda de la política de la salud pública”, admite la SSa.
A fin de evitar que las personas con trastornos mentales y consumo de sustancias psicotrópicas continúen siendo víctimas del estigma, discriminación y violación a derechos humanos, la dependencia recomienda,  hacer una selección estratégica de centros de salud, hospitales generales y hospitales pediátricos para implementar servicios de salud mental y adicciones, todo ello bajo la rectoría de un manual operativo estandarizado.
También contemplan no construir más hospitales psiquiátricos —tal y como lo marcan las reformas a la Ley General de Salud—, cerrar aquellos en malas condiciones de infraestructura, y reconvertir los otros en buenas condiciones en centros terapéuticos, que combinen la consulta externa, urgencias, hospitalización de breve estancia de casos graves, y la enseñanza e investigación. 
Asimismo se busca, sin hacer mención a montos, incrementar gradualmente el gasto e inversión hacia la atención comunitaria dentro de la Atención Primaria de la Salud y dentro de Redes Integrales de Servicios de Salud, así como fortalecer el autocuidado y la salud pública en salud mental y adicciones.
Actualmente, de acuerdo con datos de la propia SSa, se destina el 2% de todo el recurso para la salud en el tratamiento y atención de la salud mental.
“Debido a la problemática generada por la pandemia COVID-19 se limitaron algunos servicios lo que provocó la disminución en la productividad de la atención de la salud mental, además de retrasar los cambios sugeridos en la rectoría a nivel nacional. Es deseable que en siguientes ejercicios y análisis de la cobertura en salud mental, se observen cambios con respecto al aumento del recurso humano y la capacidad de atención”, contempla la dependencia federal.
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