Cultura: más democracia, no menos

Desde la perspectiva de un proyecto transformador, la gestión política no solo ocurre en el Parlamento y el Ejecutivo, sino también, en la gran diversidad de territorios y organizaciones sociales del país: juntas de vecinos, centros culturales, fundaciones, agrupaciones, gremios, entre otras distintas comunidades son parte de este proceso. Mi más profunda convicción es que esa labor sea reconocida y destacada, porque solo así construimos mejores políticas públicas para el país.
En la gestión del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, 390 agentes del sector artesanal participaron en la consulta realizada entre los meses de junio y julio para impulsar un nuevo proyecto de ley listo para ser ingresado en marzo de este año. 291 representantes de organizaciones gremiales y sindicatos del sector artístico, cultural y patrimonial han participado de manera presencial y virtual en la elaboración de la ley para un nuevo Estatuto del Trabajador Cultural, que entregará la dignidad que merecen los trabajadores y trabajadoras de este sector. Dieciséis instancias regionales y ocho sectoriales contemplaron el proceso participativo para un nuevo Sistema Nacional de Financiamiento para las culturas, las artes y el patrimonio, que logre superar la concursabilidad como principal herramienta. Y 121 diálogos se desarrollaron con más de 1.500 personas participando para el desarrollo e implementación del nuevo programa Puntos de Cultura Comunitaria.
En síntesis, un intenso trabajo para poner en valor los puntos de vista del territorio, lo que contribuye a mejorar las políticas públicas y crear tejido social, y esta es la mejor herramienta para realizar una transformación profunda y a largo plazo del ecosistema cultural, tan necesaria para alejarnos de las malas prácticas que han llevado a la discrecionalidad y el asistencialismo. 
Siempre es positivo escuchar y aprender de las críticas para sacar la mejor versión de ellas y levantar nuevas perspectivas para mejorar. Este ministerio estará trabajando intensamente este año en el avance legislativo de los proyectos ya mencionados, como también de una Ley de rápida tramitación que modernice el Consejo de Monumentos Nacionales, la que permitirá acelerar los proyectos de inversión, entregar certidumbre en los plazos y cuidar el patrimonio con sentido de oportunidad. Asimismo, en el desafío de implementar cuatro nuevos programas inéditos como son Puntos de Cultura, Trabajo Cultural, Ecosistemas Creativos y Sitios de Memoria, los que nos permitirán saldar deudas históricas de las políticas culturales en nuestro país.
El Presidente Boric lo ha mencionado en varias oportunidades: nuestro proyecto busca más democracia y no menos, y eso implica ceder poder para traspasarlo a comunidades de base. Con esa convicción, seguiremos abogando por una real democracia cultural que genere bienestar, responda a las necesidades reales de las personas y ponga la cultura en el centro de las políticas públicas.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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