La mirada como legado: Sara Facio y el arte de habitar el mundo con la fotografía

“Haber estado ahí”. Pareciera que hoy podemos estar en todos lados a la vez, ¿no? o al menos así lo evidencian las redes sociales y la intensidad del mundo post pandémico en el que vivimos. Pero hablemos del sentido material del estar, de poner el cuerpo a un momento tan volátil como escurridizo, y la mirada, fragmento propio de una realidad en movimiento. Sara Facio estuvo ahí; su cámara y su curiosidad también.Así lo define la propia fotógrafa, en el nuevo documental a cargo de Cinthia Rajschmir: “La fotografía para mí es la maravilla de captar un momento, eso me parece fantástico… un momento que no se repite, que está fijo, tiene que ser justo, no es como el cine que tiene una continuidad, que va y viene, la foto no es eso, la pescaste o se fue”.***Cinthia tenía 18 años cuando se encontró por primera vez con el libro “Retratos y autorretratos” (1974) de Sara Facio y Alicia D’Amico, que presenta imágenes de 21 escritores latinoamericanos e incluye textos inéditos de los protagonistas con reflexiones sobre esas fotos. “Imaginate lo que es ese libro”, dice Cinthia en una entrevista con este medio y confiesa: “Quise evocar algo de lo que fue eso para mí”.Y el lenguaje que mejor conocía para expresar esa admiración también estaba representado por las imágenes. Su amor por el cine comenzó desde muy pequeña, como una herencia familiar: su papá la llevaba a ver películas porque su abuelo lo llevaba a él a ver películas. Mientras los define como “enamorados del cine”, destaca también el rol que tuvo la televisión en su casa: recuerda pasar sábados enteros en familia viendo los especiales de acción.Foto: Instagram Cinthia RajschmirEn su adolescencia, durante la dictadura cívico militar argentina, esos espacios fueron “un bálsamo” para Cinthia; por eso hoy resalta su importancia y se asegura de continuar su legado: “A mis hijos los llevo muchísimo al cine, así que también desde chiquitos tienen también esa fascinación. Mi marido también, no nos conocíamos pero en la misma época iba a ver las mismas películas, los mismos lugares, somos una familia cinéfila”.Su trabajo como directora, sin embargo, comenzó mucho tiempo después. Se recibió de Licenciada en Pedagogía y especialista en Gestión Cultural y Comunicación (FLACSO), y trabajó muchos años en el Ministerio de Educación de la Nación. Fueron sus propios compañerxs quienes la motivaron a pasar del lenguaje gráfico al audiovisual: “Veían que lo podía hacer sin que yo supiera que lo podía hacer. Entonces empecé a aventurarme”, afirmó.Sus primeros pasos en ese camino fueron con producciones educativas, institucionales, spots, hasta que en 2009 propuso hacer su primer documental. Ese desafío devino en “Luis F. Iglesias, un maestro rebelde”, que hoy “es materia obligatoria de las carreras de pedagogía”, según cuenta orgullosa la directora. Fue a los 47 años cuando empezó a estudiar cine, con el objetivo de “tener más recursos y conocimientos”; así nació “Huyendo del tiempo perdido”, su primer cortometraje sobre un calesitero que fue reconocido en varios festivales.  Motivada por empezar con el pie derecho, la idea de su próximo documental nació tras una charla con Manuel Antín, quien le contó que Julio Cortázar le había escrito cartas mientras el cineasta trabajaba en la adaptación de tres películas basadas en sus cuentos. “Cuando me lo dio dije ‘encontré un tesoro, tengo que hacer algo’. Demoré un año en animarme a preguntarle, y me dijo que sí en seguida”, revela sobre el origen de ‘Cortázar y Antín: cartas iluminadas’”.Foto: Instagram Cinthia RajschmirFue en el trabajo de ese documental donde entró en contacto por primera vez con Sara Facio: ella le compartió las fotos que había tomado de Cortázar. “Terminé el documental, ganó cuatro premios, una nominación para los premios de la Academia del Cine, fue un recorrido precioso”, continuó. Una vez terminado, volvió a encontrarse con el trabajo de la fotógrafa, esta vez en una exposición con  la curaduría de Ataúlfo Serafín Pérez Aznar. “Quedé fascinada, y dije ‘ahora es el momento de hacer un documental de ella’”.El primer acercamiento había sido vía mail y teléfono, pero esta vez era el turno de proponer el proyecto en persona. La directora le compartió sus trabajos previos y le preguntó cuándo podía visitarla; coordinaron agendas y finalmente se encontraron en una jornada calurosa de pleno enero en 2019. Ese día no se lo olvida más: “Voy, me siento, le explico como trabajo, que soy cuidadosa y me importa mucho el protagonista o la protagonista; y me para y me dice ‘esperá, si vos estás sentada ahí es porque yo ya te elegí’. Yo temblaba… imaginate iba con otra idea, empezar a conversar, y me dijo ‘no es la primera vez que me piden hacer un documental y siempre dije que no, y esta vez digo que sí’”.***“Sara Facio: Haber estado ahí” no es una biografía. “Eso se puede ver en internet -objetó la directora y amplió- yo trato de buscar quién es el protagonista, qué siente y piensa. Al mismo tiempo no es la verdad, es la mirada del director, entonces también busco quién soy yo, y que cada espectador se pregunte quién soy yo”.Para eso armaron un guion, lo presentaron en el INCAA, enfrentaron un rodaje en plena pandemia. Ese camino se extendió por cuatro años, pero eso no importaba: puertas para adentro se vivían rodajes “mágicos” y momentos “vitales de encuentro y descubrimiento”: “No tenía problemas con el tiempo, había una planificación técnica y Sara sabía que íbamos a trabajar ciertos temas, pero después ocurrían cosas sorprendentes”.Si hacemos doble click en esas sorpresas, podemos encontrar el viaje a Chile y el contacto con los lugares donde Sara había fotografiado a Pablo Neruda. “Tenía que estar, porque para ella fue una de las experiencias más hermosas que tuvo en su vida”, cuenta la directora, quien cruzó la cordillera por primera vez “en búsqueda del tesoro”: “Mis películas son algo así: yo encuentro un tesoro, sigo buscando más tesoros en los protagonistas de las películas y después no me lo puedo quedar para mí, lo tengo que compartir. Entonces básicamente el documental es eso, compartir un tesoro, o lo que para mí es un tesoro”, analizó.“Ella me abrió a su mundo”, afirmó agradecida en referencia a todo lo que aprendió sobre Sara: su infancia vinculada al circo, sus estudios en Bellas Artes, cómo conoció a María Elena Walsh y mucho más que no vamos a contar para entrar en spoilers. Lo que sí podemos decir es que en ese proceso descubrió facetas que la acercaron aún más a ella, como el amor de Sara por el cine: “Ella era muy movediza, y me contó que de joven había una película que le encantaba, así que la llevamos al cine a verla. Contó que hace 84 años no la veía, ‘gracias por el regalo’ me dijo. Espero haber expresado ese asombro”.Foto: Instagram Cinthia Rajschmir“Estamos desayunando juntas”, dice Cinthia con una sonrisa y con su taza de café en mano durante la charla por Zoom con Filo News, mientras recuerda todas estas anécdotas, el recorrido que la llevó hasta acá y las reflexiones que le quedan. Si partimos de lo singular de capturar en imágenes a alguien que se dedica a las imágenes, para la directora el documental fue una enseñanza sobre todo lo que comunica la mirada de Sara.“La fotografía de Sara para mí son fotogramas, donde te involucrás de una manera muy particular porque te hace sentir y te hace pensar. Personalmente me hace imaginar qué pasaba antes y qué pasaba después. Por supuesto que son fotografías, pero lo digo desde un punto de vista muy personal. Traté de transmitir desde mi mirada cuál es la mirada que Sara me transmitía a mí… que ella tuvo toda su vida, que fue transformándose… las miradas de Sara a través del tiempo están en sus fotografías y están en el documental”, puntualizó.Y  volvemos a ese libro de Sara que leyó en su adolescencia y al concepto de ‘haber estado ahí’, relacionados desde el origen de la fotografía, su propósito y cómo dialoga con el presente: “Hay un acontecimiento donde hay alguien fotografiado, alguien que está fotografiando, y hay un dispositivo que intermedia y que fija ese acontecimiento. Me salió tan fácil ese título, tan rápido, y a ella le encantó desde el principio, porque alude a un montón de cosas. Fijate que con la fotografía digital, y ahora con la inteligencia artificial te da para pensar, ¿sigue siendo haber estado ahí? estamos atravesados por la IA, tenemos que preguntarnos por este mundo cultural contemporáneo en el que vivimos”, analizó.De hecho, confiesa que comprendió a la fotografía como arte gracias a Sara: “En el advenimiento de la democracia explotó la cultura en todos lados, un florecimiento post dictadura, y todos íbamos de acá para allá. Había fotogalerías de Sara en exhibiciones y nuestra mirada del mundo cambió”, recordó y sumó: “Ella lo que buscó, por lo menos es lo que me pasó a mí, era capturar y transmitir un acontecimiento que a ella la conmovía, emocionaba, y le generaba un pensamiento; y con una forma de capturarlo sin luces ni flashes, porque le resultaba artificial, que fuera lo más natural posible, ella no pedía poses. Es un instante”.***Terminaron el documental este año, en los días previos a la llegada al Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI). Fueron cuatro funciones agotadas y aplausos sostenidos. Y digo ‘terminaron’ en plural porque no estuvo sola: en cada presentación la directora nombraba uno por uno a todas las personas de su equipo, como también lo hace en sus redes. Y un lindo detalle fue lo que ocurrió con la fotografía: “Tuvimos varios en ese rubro por el tiempo prolongado, se pasó en vez de mano, en mano en cámara en cámara… entre todos se hizo un homenaje fotográfico a Sara”.“Suelo comentar que el cine no se hace solo, y a mí me parece siempre importante el trabajo colectivo. No lo hago como pasando lista, sino que explico algo de cada uno porque me parece correcto y ético. El otro día me pasó que un chico se quejó porque quería empezar a ver la película… y yo pensaba, ¡se pierde la oportunidad de conocer gente maravillosa! esa ansiedad del tiempo inmediato… o de salir corriendo a ver otras películas del BAFICI, que también puede ser y lo entiendo; pero no soy sumisa, porque alguien le moleste escuchar quiénes están en el equipo que produce una película que genera lo que está generando, yo no me voy a apichonar, voy a seguir presentando a mi equipo con todo el amor del grupo, con toda la forma resistente, persistente e insistente de vivir y mirar la vida”, aseveró.Pero más allá de ese caso puntual, contó que en las otras funciones la gente se quedaba, preguntaba y que los tenían que echar de la sala. “Mis hijos me decían con la película: ‘mamá, alrededor nuestro todo el mundo está llorando’, y yo decía ‘no lo puedo creer’, y eso es lo que sucede en el cine estando todos juntos. Nuestra vida es mucho más que la inmediatez… El cine es para compartir, un acontecimiento colectivo, estamos poco acostumbrados a eso porque nos invadió toda la pandemia por supuesto, pero además esa cosa más individualista de vivir el acontecimiento cultural”, anheló.Foto: Instagram @cinthia.rajschmirAntes de terminar la entrevista, la directora cuenta que estuvo hablando con Sara ese mismo día y que seguro le escriba en unas horas. “Está encantada con lo que está pasando”, aseguró. Es que desde un principio ella está al tanto de todo: “El primero que ve el documental que yo termino es el protagonista. Le llevé el documental a su casa. Vimos la peli juntas en silencio; cuando terminó tomó un pañuelito y se secó las lágrimas… me dijo una cosa muy hermosa: ‘muy raro es ver un documental que tenga tanta información, esté tan bien documentado y tenga tanta emoción, te felicito’. Al otro día me mandó un mensajito de WhatsApp, y me dijo ‘estoy todavía conmovida por el documental’. Eso fue lo más importante para mí”, relató emocionada, y adelantó que en varias funciones ya le pidieron una segunda parte del documental.“Lo que quiero -proyectó Rajschmir a futuro- es que estos tesoros lleguen a los jóvenes, que se apropien de esta maravilla de persona, de historia de artista, pionera, feminista, luchadora, generosa, creadora, editora, porque estamos atravesados por un mundo de prevalencia de imágenes vacías, discriminatorias, ver una fotografía y pensar y sentir y tratar de por lo menos reflexionar en el mundo en el que estamos”.“Sara Facio: Haber estado ahí” se proyectará este miércoles 10/5 a las 22 hs en el Centro Cultural San Martín, en el marco del Festival La mujer y el cine.



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