Transporte público en el AMBA: ¿cuál es el costo promedio real de un boleto?



El 16 de octubre de 2023, días antes de las elecciones generales, el Ministerio de Transporte de la Nación abrió el registro de usuarios que voluntariamente quisieran renunciar al subsidio en su tarifa de transporte. Hasta ese momento, el Estado reconocía a las empresas un costo de $284. Desde la cartera presentaron un costo del boleto de $700, cuando el cálculo de las empresas estima actualmente que el costo real promedio del boleto es de $475 y para noviembre 2023, Transporte reconoce un costo de $345. Un monto mucho menor que el Estado le planteó a los pasajeros. Tras ese anuncio, solo 2000 personas renunciaron al subsidio.En el Área Metropolitana de Buenos Aires, más de 10 millones de personas viajan en colectivo por día, lo cual representa un 80% del total del transporte público diario. Con un volumen de 18.500 colectivos, es el segundo sistema más grande del mundo luego de Beijing, China. Después de la crisis de 2001, el Estado decidió compensar el costo del boleto del transporte público para reducir los gastos de los ciudadanos. En 2002, el subsidio representaba el 7% del boleto. Actualmente representa el 85% del costo. Esta brecha genera una dependencia absoluta de las compensaciones o subsidios para sostener el sistema para las empresas operadoras del servicio. Con el contexto inflacionario de los últimos años, se producen desfasajes constantes entre la estructura de costos que fija el Estado y los costos reales, incluyendo los salariales.
En la actualidad, la brecha es de $44.000 millones mensuales entre los costos reales y los que reconoce el Estado. Para resolver el problema de fondo, el sistema de transporte automotor necesita que se reconozcan los costos necesarios para operar brindando un servicio seguro, de calidad, sustentable, y sin interrupciones. Si los números no se corrigen y no están dadas las condiciones para operar, puede haber interrupciones parciales o totales del servicio.De cara a las últimas semanas del año, las empresas  tienen que pagar, además de sueldos, los aguinaldos. Con los montos de compensaciones que se manejan actualmente, no se están cubriendo ni siquiera los insumos básicos para operar. Esto podría generar una interrupción de servicios.



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