¿Qué esperar del Parlamento Europeo tras las elecciones de 2024?



Tema
Análisis del resultado de las elecciones al Parlamento Europeo de junio de 2024, así como sus implicaciones para España.

Resumen
El resultado de las elecciones europeas ofrece un escenario de mayor continuidad en el Parlamento Europeo al pronosticado en las encuestas, si bien no pueden ignorarse los avances de formaciones de extrema derecha euroescéptica en diferentes Estados miembros y las consecuencias que esto puede tener en la toma de decisiones y agenda europeas. En cualquier caso, el proceso de renovación institucional que ahora se abre va más allá de estos comicios, pues el Parlamento Europeo forma parte de una arquitectura más compleja en la que, en los últimos años, otras instituciones han ganado peso en detrimento del Parlamento. Por último, es fundamental analizar el efecto de las elecciones en España, el cuarto Estado miembro con mayor número de diputados y, por lo tanto, con margen de influencia en este contexto.

Análisis

1. ¿Cómo de importantes son las elecciones al Parlamento Europeo?

Las elecciones de junio de 2024 son un punto de inflexión que marcan el final del ciclo institucional iniciado en 2019, caracterizado por la sucesión de crisis sin precedentes a las que se han enfrentado los Estados miembros y la Unión Europea (UE). En este sentido, los comicios al Parlamento Europeo son la línea de salida para conocer cómo será el diseño de la Unión en los próximos años, tanto en términos de agenda como organizativos.

Desde este punto de vista, las elecciones al Parlamento Europeo son importantes ya que, siendo la única institución europea que nace de la voluntad directa de los ciudadanos europeos, permiten conocer los equilibrios ideológicos de la opinión pública europea. Así, el mapa resultante servirá de punto de partida para el proceso de renovación institucional que comienza tras conocerse los resultados y que da a las distintas familias ideológicas peso negociador en el reparto los altos cargos de las instituciones –presidente de la Comisión Europea y del Consejo Europeo, alto representante, etc.–.

Junto a esto, es especialmente importante destacar cómo el Parlamento Europeo ha ido aumentando progresivamente sus competencias y, tras el Tratado de Lisboa, se sitúa en igualdad de condiciones que el Consejo de la Unión Europea como legislador en más del 90% de las áreas legislativas. Esto tiene repercusiones directas sobre la realidad reguladora: en España, el 53% de las leyes aprobadas durante el ciclo institucional europeo 2019-2024 proceden de decisiones europeas (Parlamento Europeo, 2024).

España, además, puede tener una influencia importante en el Parlamento Europeo. En primer lugar, es el cuarto Estado miembro con mayor número de eurodiputados y, en esta nueva legislatura, además gana dos –pasando así de 59 a 61–. Asimismo, en el periodo que se inició en 2019, eurodiputados españoles ocuparon cargos de responsabilidad en los diferentes grupos políticos en el Parlamento Europeo: Iratxe García ha presidido la Alianza de Socialistas y Demócratas; primero Esteban González Pons y después Dolors Montserrat han sido vicepresidentes del Grupo del Partido Popular Europeo; Sira Rego fue vicepresidenta del Grupo de la Izquierda y Ernest Urtasun de los Verdes/Alianza Libre Europea (García Llorente, 2023).

No obstante, es necesario poner la importancia de estas elecciones en contexto. En primer lugar, porque el Parlamento Europeo es sólo una pieza de un complejo entramado institucional y decisorio. En otras palabras, de las elecciones al Parlamento Europeo no se desprende de manera automática quién estará al frente de las instituciones europeas en el ciclo que comienza, ni su orientación ideológica o el contenido programático para los próximos años. Es más, los equilibrios ideológicos que resultan de los comicios a la Eurocámara no tienen por qué verse reflejados en el resto de las instituciones europeas (Hyx y Hoyland, 2022). Y es que, en la arquitectura institucional de la que forma parte el Parlamento Europeo, el resto de las instituciones responden a dinámicas distintas en las que el componente intergubernamental desempeña un papel central. Ese es el caso del Consejo Europeo y del Consejo de la Unión Europea, pero también de la Comisión Europea que se configure tras las elecciones, pues los gobiernos de los Estados miembros eligen a comisarios con los que tengan mayor afinidad política: el 67% de los comisarios elegidos por los Estados miembros entre 1958 y 2006 procedieron del partido en el gobierno (Gehring y Schneider, 2018; citado en García Llorente, 2023).

Por último, es importante destacar que las últimas crisis han afectado a los equilibrios interinstitucionales, reforzando a unas en detrimento de otras. Junto al creciente peso del componente intergubernamental, reflejado en el afianzamiento del Consejo Europeo como institución central para la toma de las decisiones más importantes, la Comisión Europea ha ido ganando un papel más importante en el seguimiento de la gobernanza económica de los Estados miembros desde la crisis de 2008 y ha visto incrementado su protagonismo en los últimos años con la pandemia y la guerra en Ucrania. Mientras, el protagonismo del Parlamento Europeo ha sido mucho más limitado ante la falta de competencias delegadas: tanto en el caso de la salud pública con la pandemia como de política exterior con los conflictos en la vecindad europea, las decisiones dependen fundamentalmente de los Estados miembros. Al final, el Parlamento Europeo ha querido ganar visibilidad en cuestiones como la defensa del Estado de derecho, denunciando a la Comisión Europea por no adoptar las medidas necesarias ante las derivas de algunos Estados miembros en este ámbito. Sin embargo, sin resultados tangibles (García Llorente, 2022).

2. Elecciones de junio de 2024: ¿cambio o continuidad?

La principal incógnita que existía de cara a estas elecciones europeas era conocer si se mantendría la mayoría de la coalición europeísta. Ya en 2019, el Partido Popular Europeo (PPE) y los Socialistas y Demócratas (S&D) perdieron por primera vez la mayoría y necesitaron de la suma de los liberales de Renew para superar el 50% (Cunningham y Hix et al., 2024). Ahora, se pronosticaba una subida llamativa de las formaciones de extrema derecha, que podrían incluso suponer que los Conservadores y Reformistas Europeos (CRE) quitaran la tercera posición a Renew.

Finalmente, las urnas han dado un resultado que ofrece una configuración en el Parlamento Europeo de mayor continuidad a lo esperado. Es cierto que la suma de PPE, S&D y Renew baja del 59% en 2019 al 56% en 2024[1]; sin embargo, el PPE revierte la tendencia decreciente que venía mostrando en las últimas convocatorias y los S&D experimentan una bajada mínima en comparación con la sufrida entre 2014 y 2019. Por su parte, Renew mantiene la disputada tercera posición[2] y, si bien es cierto que tanto Renew como Los Verdes experimentan importantes descensos, es necesario tener en cuenta que en 2019 obtuvieron una llamativa mejora y que, pese al retroceso de 2014, siguen estando en mejor posición que en convocatorias anteriores. Por último, la derecha radical euroescéptica de CRE e Identidad y Democracia (ID) mejora, pero de manera más tímida a la esperada e ID incluso saca menos escaños que en las elecciones de 2019.[3]

La primera gran prueba de fuerza de la mayoría PPE, S&D y Renew será la elección del próximo presidente de la Comisión Europea. Si el Consejo Europeo finalmente propone a von der Leyen, esta necesitará la aprobación de 361 eurodiputados y dan los números para que sea respaldada por una gran coalición europeísta. Sin embargo, no está garantizado que todos los eurodiputados de estos tres grupos vayan a votar positivamente. Teniendo en cuenta que el voto es secreto, aunque los respectivos líderes políticos ordenen un voto a favor, podría haber hasta un 10% de eurodiputados de estos grupos que voten en contra o se abstengan. En 2019, von der Leyen ya obtuvo una mayoría en el Parlamento Europeo menor a la suma de los eurodiputados de estos tres grupos[4] (Vinocur, 2024).

Sin embargo, no puede obviarse que las formaciones de derecha radical y euroescéptica han obtenido buenas posiciones y se han consolidado entre las formaciones más votadas en distintos países. En los Estados miembros más grandes –es decir, con un mayor número de eurodiputados– consiguen ser primera fuerza en Francia[5] e Italia[6] y segunda en Alemania[7] y Polonia[8]; de igual manera, obtienen buenos resultados en algunos de los socios fundadores como Bélgica y los Países Bajos. Luxemburgo es el único Estado miembro de los seis fundadores en el que las formaciones euroescépticas no ocupan las dos primeras posiciones.[9] Asimismo, en comparación con otros jefes de Estado y de gobierno de grandes Estados miembros, como Emmanuel Macron u Olaf Scholz, que han sido duramente castigados, la primera ministra italiana Giorgia Meloni es, junto a Donald Tusk, la única que ha obtenido la primera posición en las urnas –y con mayor distancia que Tusk–. Meloni se presentó como cabeza de lista de su partido Hermanos de Italia, miembro del grupo CRE –que preside la propia Meloni–.  

A esto hay que añadir el importante peso de los No Inscritos –45 escaños– y de otros eurodiputados que no pertenecen a un grupo político del Parlamento saliente –44 escaños–. Los dos superan al grupo de La Izquierda –39 escaños– y juntos suman un total de 89 escaños. Estos grupos incluyen formaciones tan importantes como Alternativa para Alemania –15 escaños– o el partido del primer ministro húngaro Fidesz –10 escaños–. Por lo tanto, a la suma de CRE e ID habría que añadir eurodiputados de extrema derecha y euroescépticos que aparecen categorizados en estas dos bolsas y que podrían incorporarse posteriormente en otros grupos. Es más, la inclusión de algunos de estos partidos en CRE podría hacer que este finalmente arrebatara la tercera posición a Renew.

En definitiva, aunque se mantenga una mayoría de escaños para la coalición de centro europeísta, esta continúa estrechándose. Además, las formaciones de extrema derecha euroescéptica han obtenido importantes resultados en Estados miembros centrales del proyecto europeo, con subidas destacas respecto a convocatorias anteriores. Por lo tanto, cabe esperar que la consolidación y protagonismo que se ha visto en algunas de estas formaciones y líderes se mantenga e incluso refuerce en los próximos años. En este sentido desempeñará un papel importante el PPE, que ya ha expresado su voluntad de colaborar con algunas de estas formaciones y, pese a que dan los números para que se reediten pactos en el seno de la gran coalición, es probable que se vea tentado a buscar acuerdos puntuales a su derecha, como ya ha ocurrido en el ciclo institucional que acaba (Guillot, 2024). Esto puede aumentar la impredecibilidad en el comportamiento del Parlamento Europeo como institución en su conjunto.

Figura 1. Número y porcentaje de escaños por grupo político en las últimas elecciones al Parlamento Europeo

2024 (720 escaños)2019 (PE saliente, 705 escaños)2019 (sesión constitutiva, 751 escaños)2014 (751 escaños)2009 (736 escaños)2004 (732 escaños)1999 (626 escaños)PPE190 (26,39%)176 (24,96%)182 (24,23%)221 (29,43%)265 (36,01%)268 (36,61%)232 (37,06%)S&D/PSE136 (18,89%)139 (19,71%)154 (20,51%)191 (25,43%)184 (25%)200 (27,32%)180 (28,75%)Liberales80 (11,11%)102 (14,46%)108 (14,38%)67 (8,92%)84 (11,41%)88 (12,02%)50 (7,99%)Verdes52 (7,22%)71 (10%)74 (9,58%)50 (6,66%)55 (7,47%)42 (5,74%)48 (7,67%)Izquierda39 (5,42%)37 (5,24%)41 (5,46%)52 (6,92%)35 (4,76%)41 (5,60%)42 (6,71%)Conservadores y Reformistas Europeos*76 (1056%)69 (9,78%)62 (8,26%)70 (9,32%)54 (7,34%)27 (3,69%)31 (4,95%)Identidad y Democracia**58 (8,06%)49 (6,95%)73 (9,72%)48 (6,39%)32 (4,35%)37 (5,05%)16 (2,56%)No Inscritos45 (6,25%)62 (8,79%)57 (7,59%)52 (6,92%)27 (3,67%)29 (3,96%)9 (1%)Otros44 (6,11%)18 (2,885)*Incluye los datos de Unión por la Europa de las Naciones en 1999 y 2004.
**Incluye los datos de Libertad y Democracia en 2014 y 2009, Independencia/Democracia en 2004 y Grupo por la Europa de las Democracias y las Diferencias en 1999. Nota: sólo en 2019 se incluyen los datos del Parlamento saliente y la sesión constitutiva. Los datos para el resto de años son únicamente de la sesión constitutiva. Fuente: elaboración propia a partir de Elecciones europeas 2024: todo lo que hay que saber (europa.eu) (resultados a fecha 14/06/2024).

3. Implicaciones para España

Como se ha señalado anteriormente, España es el cuarto Estado miembro con mayor número de eurodiputados, por lo que el resultado de las votaciones en España tiene un peso importante en la conformación del Parlamento Europeo; la participación de los españoles en las elecciones europeas es importante. Según el Eurobarómetro anterior a los comicios (Parlamento Europeo, 2024), España y Portugal eran los Estados miembros en los que había un menor porcentaje de población que no sabían cuándo estas tendrían lugar; sin embargo, la participación en España finalmente ha sido del 49% –sólo dos puntos por debajo de la media europea y la más alta desde 1999 sin contar las elecciones de 2019, en las que coincidieron elecciones europeas, autonómicas y municipales–.

En España, a diferencia de lo que ocurre en los otros Estados miembros más grandes, entre las dos principales fuerzas no hay un partido euroescéptico, sino que las primeras posiciones siguen estando ocupadas por el partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Hasta la fecha no ha habido eurodiputados españoles inscritos en ID y no hubo en los CRE hasta 2019. Ambos son los dos principales partidos del sistema político español, que se han alternado en el gobierno y han mantenido una línea europeísta con relativa continuidad. No obstante, el partido Vox, perteneciente a la familia ECR, ha doblado su resultado: ha pasado de tres escaños y ser quinta fuerza en 2019, a seis y tercera fuerza en 2024. Además, ha aparecido una nueva formación de ideología y posicionamiento similar a Vox, Se Acabó la Fiesta, que ha conseguido tres escaños.

Por su parte, tanto el PP como el PSOE, que han obtenido 22 y 20 escaños respectivamente, consolidan posiciones de fuerza en sus respectivos grupos políticos. El PP queda como segunda delegación más grande en el seno del PPE, por detrás del alemán CDU/CSU –con 29 escaños–, y el PSOE también será la segunda formación más grande en S&D después del PD italiano –con 21 escaños–. Esto sitúa también al presidente del gobierno español, de la familia socialista, en una posición de fuerza en el seno del Consejo Europeo: detrás del canciller Scholz, el presidente español es el líder más importante de los socialistas en el Consejo Europeo. Así, el Partido Socialista Europeo ha designado al presidente español y al canciller alemán como sus negociadores de cara a la renovación de los altos cargos de la UE.[10] Hay que añadir que el presidente del gobierno español lleva más tiempo en el cargo que Scholz y ha obtenido un mayor respaldo en las elecciones europeas que el líder alemán. El partido del canciller alemán ha quedado en tercera posición y ha obtenido 14 escaños[11], lo que se une a los problemas de liderazgo que Scholz, tanto interno como externo, que ha venido sufriendo. 

En cuanto a las implicaciones a nivel nacional de los comicios europeos, cabe destacar que estas elecciones dejan un escenario muy abierto para la instrumentalización de los resultados, tanto entre el PP y el PSOE como a la izquierda del PSOE.

Las elecciones generales el 23 julio de 2023 dieron un escenario inédito: por primera vez, era el segundo partido más votado el que formaba gobierno a partir de acuerdos con otros partidos. Desde entonces, el PP ha ejercido una dura oposición contra el gobierno liderado por el PSOE y las sucesivas elecciones que han tenido lugar –Galicia, País Vasco y Cataluña– han sido interpretadas por ambos partidos como nuevas rondas de los comicios generales para reafirmar sus respectivos liderazgos. Sin embargo, los comicios no han ofrecido un resultado incontestable: los partidos y dinámicas regionales prevalecieron, sólo el PP obtuvo una clara mayoría en Galicia y el PSOE mejoró en los otros dos casos. En este escenario, las elecciones europeas se mostraban como una última oportunidad, sobre todo teniendo en cuenta que por el momento no hay más elecciones convocadas en el calendario. Sin embargo, las elecciones al Parlamento Europeo en España han arrojado una distancia muy estrecha entre el PP, que no ha sacado el amplio margen esperado, y el PSOE, que ha amortiguado la pérdida de escaños. Lo mismo ocurre a la izquierda del PSOE, donde Sumar ha obtenido un magro resultado, insuficiente para consolidarse como fuerza aglutinadora, y Podemos consigue representación, pero por debajo de Sumar. En definitiva, estas elecciones dejan un contexto inconcluso y que podrá ser instrumentalizado por las distintas partes, contribuyendo a la dinámica de politización de los asuntos europeos.

Por último, que la candidata del PSOE a las elecciones europeas sea propuesta para ocupar una cartera en la próxima Comisión politiza especialmente este cargo. En un futuro escenario, en el que puede haber elecciones nacionales que lleven a la formación de un gobierno de distinto color a mitad del actual ciclo institucional europeo, una excesiva politización de la cartera ocupada por un español en la Comisión puede dificultar la conexión Madrid-Bruselas.

Figura 2. España: escaños por grupo político en las últimas elecciones al Parlamento Europeo

2024
(61 escaños)2019
(59 escaños)2019
(54 escaños2014
(54 escaños)2009
(50 escaños)2004
(54 escaños)1999
(64 escaños)PPE22131217232428S&D/PSE20212014212424Liberales1988223Verdes4324234Izquierda46611114Conservadores y Reformistas Europeos*6430000Identidad y Democracia**0000000No Inscritos1330100Otros3000001*Incluye los datos de Unión por la Europa de las Naciones en 1999 y 2004.
**Incluye los datos de Libertad y Democracia en 2014 y 2009, Independencia/Democracia en 2004 y Grupo por la Europa de las Democracias y las Diferencias en 1999. Nota: sólo en 2019 se incluyen los datos del Parlamento saliente y la sesión constitutiva. Los datos para el resto de años son únicamente de la sesión constitutiva.Fuente: elaboración propia a partir de: Elecciones europeas 2024: todo lo que hay que saber (europa.eu) (resultados a fecha 14/06/2024).

Conclusiones: el Parlamento Europeo en el próximo ciclo

En conclusión, parece que el Parlamento Europeo mantendrá una relativa continuidad en los próximos años, si bien es cierto que el giro hacia la derecha se verá consolidado. En un estudio publicado con carácter previo a las elecciones se demostraba que, con un Parlamento Europeo conformado a partir de las encuestas que pronosticaban un ascenso de las formaciones de extrema derecha euroescéptica mayor al que ha resultado finalmente, las votaciones que tuvieron lugar en el ciclo legislativo que comenzó en 2019 sólo habrían cambiado en menos del 5% de los casos. El estudio indica que estos partidos necesitarían en torno al 70% de los escaños para controlar el voto. La falta de cohesión o su poca actividad a la hora de proponer enmiendas resulta en una influencia menor en el resultado de los procesos legislativos (Stratulat y Kocsis, 2024). Esto, sin embargo, no impide, como se ha visto en los últimos años, que estas formaciones tengan mayor destreza para dominar el debate público y conseguir que otros partidos se acerquen a sus posiciones en cuestiones como migración o agenda verde.

En cuanto al Parlamento Europeo como institución, su principal reto será ocupar espacio visible en un entramado interinstitucional que ha reforzado a otras instituciones. Tanto las dinámicas recientes como los principales asuntos sobre la mesa –ampliación, política exterior…– refuerzan una toma de decisiones intergubernamental. A esto hay que añadir que la intensidad reguladora que ha caracterizado el ciclo legislativo que acaba haya sido agotada para los próximos años. En este contexto, en términos de competencias, es en los expedientes que se desarrollen bajo el paraguas de la seguridad económica en los que el Parlamento Europeo puede desempeñar un papel más activo. En el periodo 2019-2024, la gran coalición ha votado unida en los asuntos económicos y presupuestarios, en los que hay bastante división en el seno de la derecha radical.

Por último, merece la pena mencionar cómo las elecciones al Parlamento Europeo han demostrado una creciente vinculación entre los escenarios nacional y europeo. La decisión del presidente francés de convocar elecciones legislativas a raíz de los resultados en los comicios europeos, y las propias repercusiones en el panorama político español, así lo refleja. Queda por ver cómo evoluciona esta tendencia en el ciclo institucional que acaba de dar comienzo. Asimismo, la vinculación nacional-europeo puede darse en la otra dirección y, si bien los eurodiputados tienden a votar en clave ideológica y no nacional, es probable que, como ya ha sucedido, la confrontación política nacional se traslade también al Parlamento Europeo (Noury, 2002; citado en García Llorente, 2023).

Referencias

Kevin Cunningham y Simon Hix et al. (2024), “A sharp right turn: A forecast for the 2024 European Parliament elections”, European Council on Foreign Relations, 23/I/2024.

Raquel García Llorente (2022), “The EU’s 2019-24 political cycle: mid-term assessment and outlook”, ARI, Nº 54/2022, Elcano Royal Institute, 22/VII/2024.

García Llorente, Raquel (2023), “La presencia de españoles en las instituciones europeas: ¿un instrumento para la influencia?”, en La política europea de España: elaboración y prioridades, Real Instituto Elcano, pp.79-86.

Louise Guillot (2024), “EU nature law survives conservative backlash in final Parliament vote”, Politico, 27/II/2024.

Hix, Simon y Bjorn Hoyland (2022), “Chapter 6. Democracy, Parties and Elections”, en The political system of the European Union, Bloomsbury Academic.

Parlamento Europeo (2024), El 53% de las leyes aprobadas en España entre 2019 y 2024 deriva de directrices y decisiones europeas, 4/VI/2024.

Parlamento Europeo (2024), EP Spring 2024 Survey: Use your vote – Countdown to the European elections, Unión Europea.

Parlamento Europeo (2024), Elecciones europeas, Unión Europea.

Corinna Stratulat y Levente Kocsis (2024), The European Parliament elections 2024: Getting more jitters from the mainstream than the far-right, European Policy Centre.

Vinocur, Nicholas (2024), Von der Leyen needs 361 votes to keep her job. Good luck with that, Politico, 3/VI/2024.

[1] Datos a fecha 14 de junio de 2024.

[2] En 2014 los liberales ya fueron relegados a cuarta posición, tras ser adelantados por CRE.

[3] Es importante tener en cuenta la expulsión de Alternativa para Alemania, que ha obtenido 15 escaños, del grupo poco antes de las elecciones.

[4] En 2019, fue elegida con 383 votos a favor en el Parlamento Europeo. La suma de PPE, S&D y Renew tras las elecciones de dicho año era 444.

[5] La primera fuerza es ID, con un 31,3% de los votos y 30 escaños de 81.

[6] La primera fuerza es Hermanos de Italia (CRE), con un 28,7% de los votos y 24 escaños de 76.

[7] La segunda fuerza es Alternativa para Alemania, con un 15,9% de los votos y 15 escaños de 96.

[8] La segunda fuerza es Ley y Justicia (CRE), con un 36% de los votos y 20 escaños de 53.

[9] Solo un escaño de seis va al grupo CRE.

[10] En 2019, fueron designados el presidente Sánchez y el primer ministro portugués, António Costa.

[11] En 2019, obtuvo 16.
Autor: Raquel GarcíaLa entrada ¿Qué esperar del Parlamento Europeo tras las elecciones de 2024? se publicó primero en Real Instituto Elcano.



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