Señor Director:
Hace un par de días, en el frontis del Museo Nacional de Bellas Artes, funcionarios del museo instalaron un lienzo alusivo al rescate de los mineros de San José el año 2010: “Estamos bien aquí los 22” se leía en letras rojas; reforzando la posición que algunos funcionarios del Museo han tomado en apoyo del destituido director Roberto Farriol, y en desmedro de otros trabajadores y trabajadoras de la misma institución.
Roberto Farriol fue despedido de su cargo, entre otras razones, por ejercer un “liderazgo disfuncional”, que tuvo como consecuencia natural un enrarecido ambiente laboral: El extraño afiche donde se compara a funcionarios culturales con mineros, instalado por algunos funcionarios del Museo, es una herencia vergonzosa de su administración, y una muestra elocuente de las razones por las cuales fue cesado en el cargo.
Los funcionarios del Museo Nacional de Bellas Artes no son mineros, ni es el Museo comparable a una mina. La analogía es de hecho, profundamente desafortunada: El Museo no es un accidente geológico desde donde se extrae arte y cultura, por el contrario, es un lugar cuya misión es recoger, conservar y difundir manifestaciones artísticas, generando comunidad a partir de un acervo cultural compartido.
Creo que es razonable, en este último sentido, esperar y exigir que la nueva dirección del museo no siga repitiendo los errores del pasado. Tomando como una de sus necesidades más urgentes, el ser capaces de generar una institucionalidad generosa, sostenible en el tiempo, y con la estabilidad laboral y cultural que una institución como el Museo Nacional de Bellas Artes, requiere con urgencia para cumplir el rol por el cual fue fundado hace más de 100 años.
Cristóbal Cea Sánchez
Profesor, Escuela de Arte Pontificia Universidad Católica de Chile
