Cruzada contra el Hambre no cumplió su objetivo: ASF


La Auditoría Superior de la Federación (ASF) determinó en su análisis de desempeño de la Cruzada Nacional contra el Hambre (CNcH) que los programas federales que participaron en ésta durante 2017 solo atendieron las carencias de 8 mil 696 personas, el 0.1% de las 7 millones 466 mil 800 reportadas por la  Secretaria de Desarrollo Social (Sedesol) en pobreza extrema alimentaria en México.
La ASF identificó que la CNcH pretendía incidir en la prevalencia de la pobreza extrema alimentaria, que tiene sus causas en la insuficiencia de ingresos económicos y en la carencia de educación, salud, seguridad social, vivienda y servicios básicos, y la propia alimentación.
De las 5 millones 383 mil personas que presentaron tres o cuatro de esas carencias, sólo 8 mil 696 (0.1%) recibieron atención para la totalidad de éstas. En tanto que de las 2 millones 083 mil personas que presentaron cinco o seis carencias, y por lo tanto las más desfavorecidas, sólo 2 personas recibieron atención total.  
En cuanto a recursos y rendición de cuentas, en la Exposición de Motivos del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2017, la Sedesol no estableció una referencia programática, ni indicó los recursos previstos para abatir la pobreza extrema alimentaria, mediante la operación de la CNcH. Además, en el PEF y la Cuenta Pública de 2017, la Sedesol no reportó información relacionada con el presupuesto asignado y ejercido en el marco de la Cruzada.
Para cumplir con su objetivo, en 2017, la Sedesol, en su carácter de presidente de la CNcH, incluyó en ésta a 10 dependencias y 16 entidades responsables de 30 programas presupuestarios. Sin embargo, a través del análisis del (PEF) y de la Cuenta Pública 2017, la ASF verificó que ninguna de las 10 dependencias ni de las 16 entidades participantes reportó recursos relacionados con la implementación de la Cruzada, en los programas presupuestarios a su cargo.
Lo que sí se sabe con certeza es que, en el periodo 2013-2017, mientras la población en pobreza alimentaria aumentó en 7.1%, al pasar de 6 millones 974 mil en 2014 a 7 millones 466 mil en 2017, los recursos para atenderla disminuyeron, en 14.8%, al pasar de 55 mil 094 millones 961 mil pesos a 46 mil 964 millones 156 mil pesos.
A cinco años de la implementación de esta estrategia, afirma la ASF,  la Sedesol no dispuso de mecanismos para obtener información que garanticen el ejercicio de la rendición de cuentas, puesto que no reportó en la Cuenta Pública de los ejercicios 2013 a 2017 datos sobre cumplimiento de los objetivos establecidos en el Decreto por el que se establece el Sistema Nacional para la Cruzada contra el Hambre, y en el Programa Nacional México sin Hambre 2014-2018.
Sin estrategia ni coordinación
La Sedesol, dice la ASF,  no ha logrado coordinar ni articular a las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal (APF), a cargo de los programas que han participado en la CNcH para avanzar en el cumplimiento de la meta de “cero hambre”.
El origen de las fallas es que la función de la CNcH se ha realizado sin un plan estratégico claro, todo ha sido una mera aspiración, puesto que no se desarrolló una legislación para reglamentar el derecho a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad.
La Cruzada ha carecido de un ordenamiento jurídico en el que se defina su población objetivo; se mandaten y homologuen los apoyos a otorgar, y se regule la transversalidad de la política pública, a fin de coordinar a las dependencias y entidades de la APF con los gobiernos locales y municipales, estableciendo funciones y responsabilidades para cada nivel de autoridad, señala la ASF.
La Sedesol ni siquiera ha sustentado que las 7 millones 466 mil 800 personas que identificó y registró en su Sistema de Focalización del Desarrollo (SIFODE) en 2017 estaban en pobreza extrema alimentaria. Y sólo 17 de los 30 programas involucrados en la Cruzada registraron a la población que atendieron, pero sin especificar en qué tipo de carencia. La Sedesol no acreditó las causas por las que los otros 13 no lo hicieron.
Hasta el año pasado, reporta la ASF, no había una alineación adecuada de los programas con la carencia e ingreso a atender, pese a las recomendaciones de la Auditoría, después de la revisión a la Cuenta Pública 2016, sobre implementar un sistema de padrón único y disponer de un tablero de control que permitieran la adecuada focalización y seguimiento a nivel de hogar e individuo, y a la consolidación del SIFODE.
Aunque la Sedesol suscribió un acuerdo con el objetivo de disponer de sistemas que generaran información para verificar la atención de las carencias sociales y la mejora del ingreso de los pobres extremos alimentarios, no acreditó su implementación.
Después de cinco años de operación de la Cruzada, señala la ASF, persisten las deficiencias para identificar a la población en pobreza extrema alimentaria, y la Sedesol no acreditó que le da seguimiento a la condición de cada beneficiario de la estrategia.
En conclusión, la ASF señala que la iniciativa no logró cumplir con su objetivo social, ya que no articuló los esfuerzos de los tres ámbitos de gobierno, ni de los sectores público y privado, y no logró la inclusión social, por lo que pide a la Sedesol que corrija, modifique o suspenda, total o parcialmente la Cruzada Nacional contra el Hambre.



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