Bienes comunes – El Mostrador


La reciente cobertura mediática que ha tenido la desafortunada acción de un empresario en el Lago Ranco cuando le pidió a unas personas que se retiraran de la playa que estaba junto a su casa, pero que en realidad era un bien nacional de uso público, puso nuevamente en el ojo de la opinión pública el derecho que todos los chilenos tenemos de acceder a las playas del océano y lagos y las riberas de los ríos.
Me gustaría que una fracción de la energía que se ha usado en las redes sociales y en los medios de prensa, contra de este señor que cometió un error, se usara para realmente proteger las playas del océano y lagos y las riberas de los ríos, de las hordas de turistas que las invaden dejando un reguero de basura a sus pasos.
Que fácil es atacar en forma colectiva a alguien en las redes sociales, pero que es difícil llevarse la basura de vuelta, o al menos dejarla en un lugar donde la retiren. Como hidrólogo, he recorrido cientos de kilómetros de los ríos de la zona central de Chile y puedo dar fe de que existen lugares hermosos, en sitios recónditos, pero con la presencia permanente de basura. Algunas veces en un arranque de vergüenza, la basura esta oculta entre las ramas de un árbol, o entre un montón de leña, pero lo más común es encontrar esparcidas bolsas, botellas plásticas, pañales y muchas cosas más que prefiero no mencionar en estas líneas.
Resulta que ahora hay muchos predios que están cerrando los portones para acceder a río o lagunas, no para impedir el paso, sino que para que la gente pida permiso, se identifique y se hagan responsable de su visita, pues ya se cansaron de las fogatas mal apagadas y las sillas que alguien se molestó en acarrear de ida pero no de vuelta.
Por otro lado, podemos pensar que es gente humilde y sin educación la que deja la basura, pero yo he visto tirar bolsas desde un costoso todo terreno, a motociclistas pasar por el lado de la gente que camina por los senderos, o el infaltable piloto de una moto de agua que persigue a un cisne de cuello negro.
Los bienes nacionales de uso público son bienes comunes, o sea son de todos y todos debemos cuidarlos, no sólo exigir el acceso, sino que mantenerlos limpios y proteger la biodiversidad que allí existe. Por lo tanto no acusemos con el dedo a una persona que cometió un error, sino que mirémonos a nosotros mismos para hacer un mejor Chile.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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