Libro “Rec”: la insuturable pregunta por el sentido de la memoria


Las historias que componen este primer libro de cuentos de David Bustos se enmarcan en el espacio temporal de la dictadura, la transición y la postdictadura que actúan como telones de fondo, donde una de las cuestiones más interesantes en algunos de los cuentos es el acabado trabajo en cuanto al verosímil narrativo que, por momentos, nos envuelve hasta hacernos sentir que estamos ante relatos verdaderamente vividos por el autor o por lo menos de los cuales fue testigo, cuyos antecedentes los podemos ubicar en “Sesenta muertos en la escalera” de Carlos Droguett o en “Me dijo Miranda” de Federico Galende, textos que recogen la tumultuosa y bullente vida de personajes anclados y operantes, voluntaria o involuntariamente, en la realidad social o política del país.
Imagen facilitada por Ramiro Villarroel
Destacable es el primer cuento llamado “La Funa”, que nos recuerda en parte el aplaudido documental “La Funa de Víctor Jara” del director Cristián Villablanca, cuento que trata los pormenores de la realización de la funa a un exmilitar involucrado en violaciones a los derechos humanos, crímenes, torturas y asesinatos, el cual trabaja plácida y diligentemente en el consejo de la cultura y que, como en muchos casos, desarrollan sus vidas en la más completa impunidad. Este cuento nos hace pensar que la necesidad de justicia y el horror subyacente es un tema que no tiene sutura en nuestro país. En los cuentos “El Guionista” y “Cámara” el autor nos muestra la trama intestina del poder televisivo con todos sus resortes, engranajes y relaciones con el poder político. Especialmente en “Cámara” es donde el autor nos presenta los entretelones de la TV chilena en la época que tanto historiadores, politólogos y críticos de arte denominan como “de transición” o “transición democrática”, con todas las consecuencias a ella asociadas, cuento donde aparecen el terrible comentario de la Bolocco sobre la joven baleada en la cabeza mientras participaba en una protesta en el frontis del teatro municipal de Santiago, o la difuminada figura del poeta Enrique Lihn donde el autor manifiesta su deseo de que el magnífico poeta chileno del siglo XX siguiera con vida. Otro de los cuentos de marcada carga política es “Lennon” que cierra el volumen y donde expone temas como la separación de los padres, los problemas con las drogas y la persecución de la CNI a un disidente de la dictadura que realiza ocultas actividades de resistencia junto a su hermano pequeño que es el que toma la voz narrativa. Los cuentos “Higiene del sueño”, “El cielo con las manos” y “Rec” abordan temáticas más íntimas y de un cotidiano urbano menos dramáticas como las comentadas más arriba, las que ocurren en un plano temporal más vinculado a lo que entendemos como “ochentero”, cuentos que le dan un respiro al libro que así se vuelve diverso temáticamente.
En conclusión podríamos decir que existen dos bloques temáticos en la narrativa de David Bustos: uno más bien intimista, con dramas personales, sueños, deseos o de carácter popular donde el fútbol, la música, las drogas y el amor nos llevan por senderos más bien ligeros y otro decididamente relacionado a la narrativa social y política que revive momentos de la historia nacional imprescindibles para entender nuestras penas, nuestros temores, nuestro “horroroso chile” donde los medios de comunicación, como el brazo psicológico de la dimensión política es desentrañado con maestría gracias a su extenso trabajo en el mundo audiovisual, por el que también debemos reconocerlo. Podríamos decir que estamos ante un escritor verdaderamente promisorio que nos entrega aspectos muy interesantes sobre la historia contemporánea de Chile.
REC, David Bustos, Editorial Cuneta, Santiago, noviembre de 2018, 98 páginas.
Ramiro Villarroel Cifuentes. Escritor.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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