Las 40 horas y la automatización del trabajo


La tasa de robotización de Corea del Sur es de un 5,3% de los empleados de ese país. La tasa de desempleo es del 3,7%. Si la robotización hubiese destruido trabajo sin reemplazarlo, la tasa de desempleo sería superior al 5,3%. Eso quiere decir que la robotización destruye puestos de trabajo, pero no destruye empleo, sino que lo cambia.
Recientemente se han visto en nuestro país protestas de trabajadores que temen ser reemplazados por máquinas. Se puede esperar que este malestar aumente, especialmente luego de las leyes laborales que se han promulgado o se están empujando, que encarecen la mano de obra. Los robots pueden trabajar 24/7, no tienen sindicatos, no hacen huelgas, no piden aumentos de sueldo, no tienen licencias médicas, ni toman vacaciones.
Ponerle trabas a la automatización no va a proteger el empleo. Lo que sí va a proteger el empleo es una reconversión laboral mediante una capacitación masiva de trabajadores en las competencias y habilidades propias del siglo 21.
Si las cúpulas empresariales y políticas no se toman en serio este tema e invierten tiempo y dinero en responder a la pregunta de en qué va a trabajar la gente una vez la automatización llegue para quedarse, tendremos serios problemas sociales en el país, que podrían evitarse.
Esta debería ser la verdadera discusión política, sindical y económica del momento, en vez de las 40 horas.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



Source link

Related Posts

Add Comment