Surge un nuevo partido político en medio del estallido: “Movimiento por una Constituyente Democrática”



En un contexto de estallido social que ha disparado la alta desaprobación a los políticos y los partidos, varios grupos de ciudadanos han acudido hasta el Servicio Electoral (Servel) para formalizar la inscripción de nuevas colectividades que buscan desmarcarse de la política tradicional. El último de ellos ha sido el Partido Movimiento por una Constituyente Democrática, que surge principalmente como un espacio para participar en el proceso constituyente.
La agrupación tiene como presidente provisional a Raúl Zarzuri, sociólogo y académico de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, quien explica que en el espectro de partidos políticos buscan ocupar “un espacio pequeño pero significativo, de gente que quiere cambiar la política, de gente que quiere también participar en el proceso constituyente en el que se ha embarcado el país”. Zarzuri explica que la desaprobación actual a la política –graficada en varias encuestas de opinión- va dirigida “hacia los partidos tradicionales que encabezaron todo el proceso de la recuperación de la democracia. Lo que estamos observando es un rechazo a un cierto tipo de política, de partidos políticos y de cómo se han estructurado como máquinas de poder, clientelismo, de no estar conectados con la gente, de estar muy fuera de tono”.
En ese marco, el eje de este partido -según declaran en sus bases- es lograr un cambio “estructural de las reglas del juego económico y la forma de entender y desarrollar la democracia. Identificados con ese movimiento, la prioridad de nuestro partido es la elaboración de un nuevo pacto social que dé origen a una nueva Constitución, que devuelva la dignidad, igualdad y autodeterminación al pueblo, y contribuya a la profundización de la democracia”.
Participación ciudadana desde abajo
En medio de este proceso de convulsión social, otros grupos han lanzado sus propuestas de formarse como partidos. Uno de ellos es Fuerza Cultural, integrado por un grupo de ciudadanos ligados a la cultura, el Partido por la Dignidad (del cual James Hamilton y Claudio Narea decidieron separarse tras nueve días de militancia) y ahora el Movimiento por una Constituyente Democrática.
Según explica Zarzuri, “cuando tú conversas con la gente que está en estos nuevos partidos independientes, hay dos líneas. Aquellos partidos que se han conformado para el proceso constituyente, por lo tanto para generar espacios en que la política tradicional, esa que todos criticamos, no dará espacios para los independientes. Entonces son partidos que podemos llamar partidos plataforma de apoyo o instrumentales. Y hay otros partidos que son más de largo aliento como el Partido Feminista y otras voces”.
Consultado sobre las conexiones entre el Movimiento por una Constituyente Democrática y los nuevos partidos, el sociólogo explica que “lo que nos une es crear espacios de participación ciudadana desde abajo. Es una política que viene desde abajo que irrumpe y se instala en nuestro país. No es una política como ha sido tradicional que viene desde arriba. Esta es una política que se genera desde abajo, desde los ciudadanos. Entonces más que las cosas que nos diferencian es tener espacios para las bases y desde las bases”.
Si bien el movimiento surgió con el objetivo de tener voz en el proceso constituyente, Zarzuri no descarta que puedan participar en las municipales: “El movimiento se origina como idea luego de analizar el Acuerdo por la Paz para tener espacio en la Asamblea Constituyente, ese es el principal objetivo. Pero, como siempre, todo día tiene su afán y si el afán cambia, yo creo que dado que las elecciones asambleístas se harán junto con las municipales, es normal que haya gente que quiera participar en las municipales”.
Bases del Partido Movimiento por una Constituyente Democrática
En los estatutos del partidos, sus integrantes de argumentan que los “sectores mayoritarios de la ciudadanía han expresado su cansancio frente a décadas de abusos e injusticias, generadas por un modelo económico neoliberal y un sistema político que ignora la soberanía popular y retarda el desarrollo democrático de la sociedad”.
El nuevo movimiento entiende que, en muchos aspectos, el estallido social expresa un “rechazo a la forma en que se gobierna desde hace 30 años el país, persistentemente altanera y arrogante frente a los problemas de la sociedad, empeñada en invisibilizar a los ciudadanos, a quienes han tratado como mera estadística de su ingeniería social y sus juegos electorales. Nosotros pensamos que la participación y la unidad activas del pueblo son pilares esenciales de la democracia y de un proceso constituyente representativos de los intereses de la ciudadanía”.
Asimismo, convencidos de la necesidad de rescatar la épica de la participación política ciudadana, y “de canalizar las energías despertadas hacia formas organizativas que las convierten en fuerza política real, los abajo firmantes nos hemos comprometido a crear un Movimiento por una Nueva Constitución, como una organización que sea un verdadero instrumento y plataforma orgánica para tal propósito”.
Por otro lado, consideran que el poder que ostentan los partidos existentes “no expresa completamente las nuevas necesidades y convicciones democráticas de nuestra sociedad. Nosotros declaramos ser partidarios permanentes de la participación independiente, plural y organizada de las bases para la política, para lo cual desarrollaremos con todos los medios legales y orgánicos disponibles una amplia y libre participación, en todos los procesos que se desarrollen en materia electoral sobre el régimen político, la Constitución y sus contenidos tanto generales como específicos”.
Al interior del nuevo partido político están “convencidos que una nueva Constitución la hace el pueblo, quien es el dueño y titular de la soberanía, y quien debe ejercer sus funciones de manera más libre e igualitaria, a través de los plebiscitos, procesos electorales, asambleas, cabildos, organismos e instituciones de manera legítima, igualitaria, legal y democrática, establezca o genere. Somos partidarios de la igualdad del hombre y la mujer en todos los ámbitos de su vida y de que la ley disponga y asegure la representación de las etnias y pueblos originarios de nuestro país”.
“Estamos convencidos que las democracias modernas requieren un firme sustento cívico y participación directa de la ciudadanía para afirmarse en el tiempo. Pensamos que el poder Constituyente reside en el pueblo soberano y no reconoce otros límites o condicionamientos que el amplio respeto de los derechos humanos, libertad y dignidad de las personas, fundadas en el reconocimiento de los tratados y convenios internacionales sobre la materia firmados y ratificados por Chile con preeminencia sobre la ley nacional; El acatamiento de las decisiones de las mayorías generadas democráticamente con plena garantía y respeto de los derechos de las minorías; la igualdad de hombres y mujeres en la vida política y los asuntos públicos; el respeto a la diversidad sexual y a todo tipo de familia y la garantía de sus derechos; y la tolerancia frente a toda ideología, credo o doctrina que no atente contra esos principios”, añade.
Finalmente sostienen que la esencia de la vida democrática “es el ejercicio dialógico de la política, con exclusión tajante de todo tipo de violencia, sea física, retórica o simbólica, tanto en las relaciones políticas entre ciudadanos, como de la ciudadanía con el Estado y viceversa. Nuestra misión es contribuir a ese desarrollo democrático y pacífico de la sociedad chilena, y contribuir al funcionamiento del sistema democrático y ejercer influencia en la conducción del Estado, para alcanzar el bien común y servir al interés nacional. Consideramos que nuestro partido debe ser un vehículo fundamental para la formación y expresión de la voluntad popular y de la participación en la construcción de voluntad democrática”.



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