Fibra óptica Austral – El Mostrador



Señor Director:
Desde mi rol de Rector de la Universidad de Magallanes, institución estatal y pública ligada a la historia de esta austral región, me dirijo a usted y a toda la comunidad magallánica, para compartir los pensamientos y sentimientos que me surgen en torno al estado actual de la Fibra Óptica Austral.
Siempre hemos vivido y sobrellevado el aislamiento no sólo geográfico, sino también aquel que ha teñido todos los aspectos de nuestras vidas. Incluso a partir de esta condición hemos forjado un perfil ciudadano del que muchas veces nos sentimos orgullosos/as. Me refiero a la tolerancia al frío, a los ventarrones, a la falta de luz, a la distancia, a la separación temprana de nuestros/as hijos/as cuando desean proseguir estudios para los cuales aún no tenemos alternativas, etc. Podría continuar enumerando una serie de situaciones y condiciones que nos han forjado como magallánicos/as, pero que también tienen un revés, me refiero al exceso de tolerancia del olvido de quienes, al construir sus vidas en otros espacios del país y desconocer esta realidad, no siempre empatizan, ni apoyan la concreción de aquello que para nosotros constituye avance, igualdad y percepción de que estamos siendo parte de una misma cancha, de un espacio más igualitario para el desarrollo sociocultural de este país extenso, estrecho y exquisitamente diverso.
Lo anterior permite entender la felicidad que muchos/as sentimos al compartir el momento en que se inauguró la Fibra Óptica Austral destinada a conectar a la ciudadanía desde Puerto Montt hasta Puerto Williams, me refiero a aquella que cambiaría radicalmente nuestras condiciones en términos de comunicación. Aplaudimos con mucha fuerza esta importante noticia y seguramente celebramos desde ese perfil magallánico que nos caracteriza e identifica.
Tiempo después. habiendo vivido el estallido social, proceso que se vio interrumpido por la llegada del coronavirus, y ahora asumiendo los cuidados que esta pandemia nos exige en todos los ámbitos de vida, es cuando más necesitamos esta herramienta para resolver problemas de salud, educativos, laborales, económicos, entre otros. Lamentablemente está allí, instalada, siendo observada y deseada, pero aún inhabilitada. Una tardanza que en tiempos de normalidad representaría un grave error, pero en el contexto actual es, a lo menos, inaceptable.
Por todo lo antes mencionado, hago un llamado a todos/as quienes deben apurar su puesta en marcha y a la vez ofrezco la colaboración técnica de algunos/as integrantes de nuestra casa de estudios para lograrlo. Les pido sensibilidad, empatía, solidaridad y una contundente explicación a toda la comunidad magallánica que en estos tiempos de crisis está sufriendo las consecuencias que implica el hecho de no contar con esta herramienta requerida para hacer trámites en línea, vivenciar masivamente el teletrabajo, formar a sus habitantes, entre tantas otras acciones que son posibles de realizar en entornos virtuales, evitando así el contacto humano y la propagación de este particular y poderoso virus que ha llegado para quedarse más tiempo del que pudimos dimensionar hace unos meses atrás, cuando aproblemaba a otros ciudadanos/as del mundo.
Juan Oyarzo Pérez
Rector
Universidad De Magallanes



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