Sobre “Carnet Covid”, o cómo aumentar la desigualdad y tensión social



Hemos visto que desde el Ministerio de Salud se está proponiendo el uso de un “Carnet Covid”, una especie de certificado inmunitario, para poder asegurar la vuelta a las actividades normales de las personas que ya han pasado la infección. Aquí mis razones de por qué no es una buena idea.
Confidencialidad y discriminación
La primera gran razón, y seguramente los expertos en derechos humanos estén de acuerdo, es la vulnerabilidad que esto plantea al derecho de confidencialidad de los pacientes. El tener que mostrar el carnet en la calle ya explicita la condición de la persona con respecto al Covid. Es muy posible, y sobre todo en Chile, que esta situación genere discriminación hacia quienes no posean dicho documento, que seguramente serán las personas más pobres e inmigrantes. Si bien estamos en un estado de alarma sanitaria, se ha de garantizar la confidencialidad y seguridad de las personas lo máximo posible.
Tampoco se descarta que en el medio nacional se produzcan infecciones a propósito para poder adquirir inmunidad y retornar al trabajo, situación que podría acarrear muchos más problemas de los que hay actualmente. Si se le dice a alguien que no puede volver al trabajo y alimentar a su familia porque no ha estado infectado, es posible que quiera exponerse a la enfermedad.
Ya es algo que se ha visto previamente. La catedrática Kathryn Olivarius en el New Yor Times alertaba de “los privilegios de la inmunidad” tomando como ejemplo la situación vivida en Nueva Orleans (Estados Unidos) con la epidemia de fiebre amarilla en el siglo XIX.
Capacidad técnica
La segunda gran razón es técnica. Para poder certificar la presencia o ausencia de enfermedad se debe hacer con al menos dos pruebas: la PCR para certificar que el virus ya no está presente, y la prueba de inmunoglobulinas para determinar que la persona posea inmunidad al virus. Esto significa desplegar un operativo con millones de pruebas en un espacio de tiempo limitado, y además mantener un control cada cierta cantidad de tiempo, ya que no es seguro que el virus produzca inmunidad a largo plazo. Situación que no es sostenible en el medio sanitario chileno y que generará aún más colapso. Es el mismo ministro Mañalich quien ha sostenido que la capacidad de realización de PCR es de 13 mil exámenes diarios. Por otra parte, estas pruebas tienen un nivel de confiabilidad limitado, con lo cual se podría certificar a personas que son inmunes cuando realmente no lo son.
La desigualdad
Una medida sanitaria, si no se estudia e implementa bien, siempre puede aumentar la desigualdad social. En Chile el sistema de salud permite que las personas que posean más recursos puedan acceder con holgura a medidas como éstas. Por lo mismo, quienes no tienen dinero para pagar en un laboratorio privado, o quienes no tengan regularizada su situación migratoria, tendrán un acceso muy limitado a realizarse las pruebas para acreditar la supuesta inmunidad. En definitiva, sería visto como un privilegio tener este carnet.
La situación actual nos lleva a buscar soluciones de forma activa, y se ha de considerar la estabilidad de la economía. Pero ésta no ha de ser la que prime a la hora de tomar decisiones sanitarias. Se ha de actuar con cautela y estudiar a profundidad las posibles repercusiones de las soluciones planteadas.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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