Deforestación y pandemias: ¿somos los humanos los culpables del coronavirus?



Tres cuartas partes de los patógenos emergentes que infectan a los humanos saltaron de los animales y muchos de ellos habitan los ecosistemas forestales que estamos talando y quemando para la minería, vivienda y tierras para cultivos. ¿Cómo impacta esto en nuestra salud? Un artículo en la revista Scientific American da respuesta este interrogante.

Cuanto más despejamos, más nos ponemos en contacto con la vida silvestre que transporta los microbios que nos infectan, y cuanto más concentramos esos animales en áreas más pequeñas donde pueden intercambiar microbios infecciosos, más aumentan las posibilidades de nuevas cepas.Por otro lado, la deforestación también reduce la biodiversidad, y las especies que sobreviven tienen más probabilidades de albergar enfermedades que pueden transmitirse a los humanos. Todos estos factores tienen las consecuencias que ya conocemos: una mayor propagación de patógenos animales en las personas.Sin embargo, a pesar de las constantes protestas mundiales, la deforestación sigue siendo desenfrenada. Un promedio de 28 millones de hectáreas de bosque fueron taladas anualmente desde 2016, y no hay signos de desaceleración.

Hay muchas cosas que podemos hacer para evitar la destrucción, empezando por comer menos carne y menos alimentos procesados. A su vez, la necesidad de tierras también disminuirá si las naciones desaceleran el crecimiento de la población, algo que puede suceder en los países en desarrollo solo si las mujeres reciben una mejor educación, un igual estatus social al de los hombres y un fácil acceso a anticonceptivos.Por otro lado, las técnicas agroforestales que permitan aumentar el rendimiento de los cultivos y ayuden a resistir mejor la sequía, así como también la reducción del desperdicio de alimentos y la financiación de investigaciones epidemiológicas, son otros factores importantes.Poner fin a la deforestación e impedir las pandemias abordaría seis de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas: garantizar una vida sana, poner fin al hambre, lograr la igualdad entre los géneros, garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles; proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y combatir el cambio climático y sus efectos.En esta nota:



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