Cepal y expertos advierten que pobreza por ingresos llegará a los dos dígitos



Hambre. Como un fantasma que asustó a la mitad del país, estas seis letras aparecieron en una de las conocidisimas proyecciones del colectivo Delight Lab en la torre Telefónica. Sin embargo, esta vez, provocó algo distinto. Censuraron con sendos focos de luz, hackearon su cuenta de Instagram, los amenazaron de muerte, publicaron sus datos personales e incluso, el Diputado Diego Schalper, instó a que la agrupación fuera investigada y perseguida por la justicia. A la intervención se sumaron las protestas en El Bosque y en otras zonas de Santiago por la misma razón.
Hambre. Según consigna El Mercurio, hasta ahora, solo la Cepal ha hecho proyecciones de cómo podría aumentar la pobreza en Chile e indicó que esta podría pasar de un 9,8% registrado en 2019 a un rango de entre 11,9% y 13,7% este año. Esto representa algo inédito en el país, y es que desde el retorno a la democracia, la pobreza aumentará trayendo consigo -de seguro- pesadillas para el diputado Schalper.
Hambre. “Todo indica que vamos a ser bastante más pobres”, dijo al matutino Catalina Littin, directora ejecutiva de la Fundación para la Superación de la Pobreza, explicando que en Chile, desde los 90, solo ha disminuido la pobreza por ingresos. “Es una curva descendente, permanente, exitosa. Y la pobreza ahora se va a disparar, y va a subir a dígitos que nos llevan a décadas anteriores, tanto la pobreza medida por ingresos como la pobreza multidimensional”, añadió.
“Lamentablemente, esta pandemia ataca a todos los hogares y personas, pero algunos estaban en mejor pie que otros, y los más pobres ya se encontraban en una situación compleja, y nos preocupa mucho que eso se podría estar agudizando producto del covid, pudiendo producir aumentos en los niveles de pobreza”, comentó por su parte la subsecretaria de Evaluación Social, Alejandra Candia.
Paulo Egenau, director social del Hogar de Cristo, recalcó que hace una semana levantaron la alerta y dijeron que el hambre comenzaba a ser un problema grave en el país. “Yo creo que sí estaba monitoreado a través del Registro Social de Hogares, por los municipios, por las organizaciones de la sociedad civil, y sabíamos más o menos bien cuáles eran las familias que estaban en tal nivel de deterioro y pobreza extrema que requerían apoyo”, dijo.
“Esta definición de la pobreza oculta una capa bastante gruesa de las que denominamos familias vulnerables, a quienes por el monto de ingresos y número de miembros de la familia, pasan a estar por sobre la línea de la pobreza; por lo tanto, se invisibilizan. Si una familia de cinco personas tiene un ingreso superior a los $487 mil, ya no califica y está fuera del radar. Pero el covid y las consecuencias laborales hicieron que hasta ahora un número desconocido de familias cayeran violentamente bajo la línea de esta subsistencia, y empiezan a apremiar cuestiones tan básicas como los recursos para comprar comida”, explicó Egenau.

Catalina Littin dijo que las medidas que ha tomado el Gobierno para los grupos más vulnerables, como el bono Covid y las cajas de alimentos que comenzaron a repartirse el viernes, han funcionado de manera muy burocrática.
“Al final una situación tan inédita como la que estamos viviendo requiere soluciones y accesos a esas soluciones también inéditos. No podemos hacerlo con los mismos mecanismos que en situaciones de cierta normalidad y regularidad. Los municipios están a media máquina, por lo que la gente tampoco tiene dónde ir, y no es que tenga un computador e internet en sus casas para acceder a la información”, apuntó.
Littin señaló además que las ayudas alimentarias debieran ser con actores locales, y no solo pensar en la eficiencia del gasto, sino en cómo dinamizar las economías locales. “No es lo mismo que en el Maule las cajas lleguen armadas desde Santiago, que armarlas directamente en Maule o que transfieran ese dinero a la gente y ellos mismos puedan comprar”, advirtió.
Eso sí, la directora ejecutiva de la Fundación para la Superación de la Pobreza, dijo que las medidas del Gobierno dirigidas a entregar liquidez a las familias son acertadas, porque lo que las familias han perdido es su salario, su ingreso. Eso sí, asegura que hay que aumentar ese ingreso de emergencia, para poder cubrir las necesidades de alimentación y ojalá más que eso.
Por su parte Egenau planteó al tabloide que la caja de alimentos anunciada por el Gobierno es “paliativa”, pero “absolutamente insuficiente” como para ser una respuesta contundente con una perspectiva de logro de la autonomía de las familias que van a tener graves dificultades.
“No quiero decir que no se haga, sino que se tenga plena conciencia de que esas medidas no resuelven los problemas de fondo que las familias van a enfrentar en las semanas que están por venir”, señaló.

Carlos Ingham, fundador y presidente de Red de Alimentos, coincide en que las cajas de alimentos del Gobierno y los bonos que se han entregado son “paliativos”. Y comentó que si tenemos que aprender algo como sociedad, “es que tenemos que dejar estructuras armadas que sistemáticamente provean alimentos y recursos a la población más vulnerable de Chile”. “No solo cuando haya terremotos o pandemias, porque cuando se acabe la cuarentena, toda esa gente va a necesitar seguir comiendo”, advirtió.
Alejandra Candia, subsecretaria de Evaluación Social, destacó que como Ministerio ya han implementado iniciativas como el Bono Covid y el Ingreso Familiar de Emergencia, además del Ingreso Mínimo Garantizado, “todas transferencias directas al bolsillo de las personas”, dijo.
Pero a su juicio, se requiere flexibilidad. “Tenemos que ser flexibles para ir evaluando las medidas que sean necesarias para proteger a los más vulnerables a medida que avancen los meses y la crisis sanitaria cese, para pasar a una crisis con consecuencias socioeconómicas aún desconocidas tanto en duración como en profundidad”, cerró.
 



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