Análisis | Artemis Fowl: El decepcionante comienzo de una nueva saga juvenil



Pocas películas transmiten la sensación de completo despropósito como las adaptaciones live-action de Disney por fuera de sus clásicos animados, con excepciones contadas con los dedos de una mano. No estamos hablando de esta nueva ola de retelling en carne y hueso como Aladdin (2019) o La Bella y la Bestia (2017), sino de aquellas películas pergeñadas por grandes narradores que pretenden disparar una franquicia propia y terminan siendo un fracaso tanto a nivel económico como crítico, desde John Carter: Entre Dos Mundos (2012) de Andrew Stanton hasta Un viaje en el tiempo (A Wrinkle in Time, 2018) de Ava DuVernay, pasando por Tomorrowland (2015) de Brad Bird y Damon Lindelof.Al igual que aquéllas dos primeras, Artemis Fowl está basada en una exitosa saga de libros juveniles de Eoin Colfer y dirigida por un cineasta de reconocida trayectoria como Kenneth Branagh. Con una carrera de tres décadas detrás de las cámaras, Branagh comenzó a trabajar con Disney para llevar a la pantalla la adaptación de una de las primeras historias de origen del Universo Cinematográfico de Marvel con Thor (2011) y unos años más tarde se hizo cargo del primer live-action de esta nueva tanda de clásicos animados que todos los años tienen su remake en cines con Cinderella (2015). Con un impresionante diseño de producción en ambos casos y respetables números en taquilla, Branagh se convirtió en uno de los directores estrella de la factoría del ratoncito.

Pero algo venía mal desde el principio con la adaptación de Artemis Fowl (2020) y quizás no sea enteramente culpa del director. Este es uno de esos casos en que los derechos del libro para llevarlo a la pantalla grande se adquieren desde el momento de la primera edición y la maquinaria comercial comienza a girar junto con los engranajes creativos. El primer libro de la saga fue publicado en 2001 y ese mismo año se anunció la adaptación cinematográfica, con un equipo completamente distinto al definitivo. Los hermanos Weinstein estaban atados a la producción y, luego de las denuncias que precedieron al movimiento #MeToo, fueron desvinculados por Disney.La producción pasó por muchas manos y cambió varias veces de director y guionista, antes de terminar a cargo de Kenneth Branagh, con libreto del dramaturgo Conor McPherson y el comediante Hamish McColl, basado en la obra original del escritor Eoin Colfer. Mientras los libros atraían a toda una nueva generación de lectores ávidos de nuevas aventuras luego de engancharse con la saga de Harry Potter, se anunciaba que su adaptación al cine abarcaría las dos primeras partes de la historia, Artemis Fowl y Encuentro en el Ártico. Recién a fines de 2017 se confirmó el elenco principal y comenzaron las postergadas filmaciones en Inglaterra e Irlanda del Norte.

El pequeño Artemis Fowl con su look à la Men in Black y su arma de origen desconocido

Artemis Fowl (Ferdia Shaw) es un joven con un privilegiado intelecto y una personalidad difícil, que le complica la vida a sus compañeros y docentes en la escuela y que solo disfruta de la compañía de su padre. Mientras que en la saga de libros original se lo describe como un “genio criminal”, en la película su personaje apenas tiene unos minutos de desarrollo, antes de introducirnos en el mundo fantástico que conforma el universo donde vive el protagonista. Todo comienza cuando su padre (Colin Farrell) desaparece y es acusado públicamente de robar importantes piezas históricas, que no tienen ninguna relevancia en absoluto para la trama. Pero el joven Artemis está decidido a rescatarlo y limpiar su nombre, y para eso cuenta con la ayuda de alguien llamado literalmente Mayordomo (Nonso Anozie), un amigo o empleado de la familia (no queda muy claro) experto en artes marciales y hombre de confianza de su padre. Por algún motivo que tampoco queda claro, se introduce al equipo a su pequeña sobrina Juliet (Tamara Smart), que solo cumple la función de llevarles comida a los protagonistas y ser rescatada en la aburridísima pelea principal de la película. Ambos afrodescendientes, están al servicio incondicional del joven y europeo protagonista, lo cual dispara más de una alerta en el delicado contexto social que está viviendo Estados Unidos.

El debutante Ferdia Shaw es nieto del legendario Robert Shaw, el Capitán Quint de Tiburón (Jaws, 1975)

Más allá de las segundas lecturas sobre los personajes, al nivel más básico la historia es un completo desastre narrativo, que no justifica ninguna de las decisiones tomadas. Y cae en dos de los mayores defectos que puede tener una película de aventuras para toda la familia: es confusa y -aún peor- aburrida. Exceptuando a su protagonista, que se mueve por el claro deseo de rescatar a su padre de una amenaza desconocida, las motivaciones del resto los personajes para hacer todo lo que hacen carecen por completo de sentido. Y las resoluciones a los desprolijos conflictos que (no) se plantean son, por lo menos, apresuradas.La villana que toma prisionero al padre de Artemis se comunica de inmediato con el joven heredero para negociar los términos de su rescate: la entrega de un poderoso objeto llamado Aculos, que alguna vez perteneció a las hadas. A través de poemas irlandeses y cuentos folklóricos que su padre le contaba, Artemis debe descubrir qué es este objeto y cómo conseguirlo. Pero la investigación dura mucho menos que la presentación de todo un mundo subterráneo poblado de hadas y criaturas mitológicas con avanzadas tecnologías y armamentos militares, que interfieren permanentemente con el mundo de los humanos a pesar de que su objetivo es permanecer en secreto y evitar la confrontación.

Toda la acción se desarrolla dentro de la mansión Fowl, desparovechando por completo los bellísimos paisajes irlandeses

Una de estas hadas es la intrépida agente Holly Short (Lara McDonnell), una criatura de más de ochenta años que aparenta tener no más de trece, hija de un presunto traidor a su especie. Al mando de la Comandante Root (Judi Dench), la oficial Short es enviada a la superficie y termina siendo tomada como prisionera por Artemis y sus amigos. Aunque su historia debería resonar con la del protagonista, todo se desarrolla tan apresuradamente que la conexión emocional entre ambos es casi inexistente. Mientras tanto, el enano gigante Mulch Diggums (Josh Gad) -que oficia también de narrador- se une a la causa por sus propios motivos egoístas y la edición de la película deja una parte de su historia afuera, contribuyendo más al sinsentido general.Por razones que no son de público conocimiento, hay subtramas y personajes de la película, mostrados en los primeros adelantos oficiales, que se dejaron completamente afuera. Y eso se nota en la desprolijidad del corte final, que condena a esta saga al fracaso aún antes de empezar. Mientras que su público objetivo -los lectores de la saga original- ya creció lo suficiente como para perder interés en la historia, los jóvenes consumidores del servicio de streaming Disney Plus -adonde fue a parar la película después de su postergado estreno en cines- no tienen ninguna posibilidad de engancharse con esta introducción carente de dinamismo e imaginación.

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