Miradas Compartidas sobre inclusión laboral: “El mayor conflicto es la convivencia y se produce por la falta de concientización”



En Miradas Compartidas el coronavirus no ha significado un freno, supieron reaccionar a tiempo y continúan trabajando en la inclusión laboral de personas con discapacidad intelectual. Actualmente ya colaboran con 16 empresas, además de tener más de 500 inscritos, estando presentes en cinco países.
Su principal misión es entregar habilidades blandas a personas con discapacidad intelectual, de manera que luego puedan insertarse en la sociedad y en un puesto laboral. Esto lo hacen por medio de programas deportivos y artísticos.
Para poder seguir funcionando durante la cuarentena han tenido que adaptarse .”Estamos atravesando un momento complicado y es importante que las fundaciones más que reinventarse generen un espíritu de colaboración, que es un poco lo que hemos hecho en el último tiempo, y no solo a nivel de fundaciones si no a nivel de empresas, para generar espacios a través de contenido online que puedan concientizar y conocer la verdadera realidad de las personas con discapacidad intelectual y que fomenten y faciliten los procesos de inclusión laboral que hoy no se pueden hacer producto la pandemia”, afirma Felipe Olavarría, gerente general de Fundación Miradas Compartidas.
Entre estos espacios online hay cursos que se realizan de lunes a sábado y donde se pueden encontrar actividades como crossfit, nutrición, teatro, cocina, relajación, etc. En estos programas tratan “de mostrar la verdadera realidad de las personas con discapacidad que no dista tanto de las personas sin discapacidad”.
Con esto buscan concientizar a los participantes de la empresa, mostrando la realidad de estas personas, ya que es el primer paso para fomentar y desarrollar procesos de inclusión laboral en el momento en que se pueda.
“De esta manera asegurar que cuando se generen los programas de inclusión laboral, no sean tan invasivos y violentos como son hoy en día y que muchas veces han sido los causales de la baja contratación de personas con discapacidad”, plantea Olavarría. “La realidad de las personas con discapacidad intelectual tiene una doble dificultad en la sociedad. Por un lado es tener un descenso en el área cognitiva, pero por otro, el estigma que tienen, creo que dentro de todas las discapacidades debe ser la más infravalorada”.
En un contexto donde la salud mental por sobrecarga laboral se ha visto presente en las oficinas, esta instancia de compartir les permite a los empresarios tener un momento de desconexión del trabajo.
Inclusión laboral
La interacción de los colaboradores de empresas con los niños en estas actividades permite reducir la brecha entre la persona sin discapacidad y la con. Además, en un contexto donde la salud mental por sobrecarga laboral se ha visto presente en las oficinas, esta instancia de compartir les permite a los empresarios tener un momento de desconexión del trabajo.
A pesar de que este 1 de abril se cumplieron dos años desde la implementación de la Ley de Inclusión Laboral, según el gerente general de Miradas Compartidas, Chile no es un país inclusivo y recién va en vías de la integración (etapa previa a la inclusión). Esto significa que estamos teniendo conciencia de que es un error minimizar a una persona con discapacidad.
La principal dificultad al momento de llevar a cabo un proceso de inserción laboral es generar una buena convivencia en el entorno, que el ambiente de equipo sea amigable y la persona pueda aportar con sus aptitudes.
“Cuando tú generas un proceso de inclusión laboral, por lo general, el mayor conflicto es la convivencia y se produce por la falta de procesos como la concientización o seguimientos laborales, que a la larga, termina en un fracaso laboral. Si no tienes un mediador laboral dentro de todo el proceso de inclusión es muy complicado que sea positivo”, explica Olavarría.
En su intento por desarrollar una Chile más comprometido con las personas con discapacidad, la fundación comenzó un nuevo proyecto en conjunto con CpueD. “Empodérate” busca entregarles herramientas para disfrutar y desenvolverse en la sociedad de manera autónoma, para que luego de conseguir un trabajo puedan tener un hogar propio.
Para el equipo de Miradas Compartidas hoy “lo más importante en temas de fundaciones, es entender que el cliente es la empresa, no la persona. Nuestro desafío es poder inculcar eso dentro de las empresas, una cultura inclusiva. Demostrarles que, a través de la donación que ellos realizan, hay una retribución que se ve en un objetivo final, que es que la persona con discapacidad pueda insertarse dentro de la sociedad”.



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