Elecciones en Estados Unidos: “No es una democracia cuando un partido sistemáticamente gana el voto popular y pierde poder”




No hay evidencia de que es beneficioso para la democracia liberal y hay una cantidad de evidencia acumulándose que demuestra que es muy problemático. Entonces sí, debemos deshacernos de él, pero será muy difícil.
¿Cuáles son otros retos que vienen con cambiar un sistema de siglos de existencia?

Creo que son mayores los retos que vienen al no cambiar el sistema. Vemos encuestas a votantes millennials y de la Generación Z, votantes más jóvenes de 40 años, y muestran niveles muy bajos de confianza en nuestras instituciones democráticas.

Las generaciones mayores, como la mía, quizá no estaban de acuerdo con algunos gobiernos, pero expresaban una confianza básica en nuestro sistema democrático.

Hay un gran descontento entre los jóvenes estadounidenses y vimos un registro de ello en las protestas tras la muerte de George Floyd. Podríamos acercarnos a una crisis grande de legitimidad y si no cambiamos el sistema, tendremos que enfrentarnos a la rabia de la gente.
Levitsky dice que existe un gran descontento entre los jóvenes estadounidenses hacia las instituciones democráticas.

En la columna del New York Times, hablan de que existe una mayoría democrática multirracial. ¿Qué es esto exactamente?

Significa que hay una representación más numerosa dentro de los blancos, generalmente jóvenes residentes de ciudades con educación universitaria, que son mucho más tolerantes a los asuntos raciales y mucho más abiertos a vivir en una sociedad diversa y con ideales de igualdad racial.

Una democracia multirracial es aquella en la que la democracia existe en el marco de una sociedad étnicamente diversa y donde todos los grupos son realmente iguales ante la ley.

Tiene sentido que las minorías apoyen una democracia multirracial. Pero el grupo clave demográfico son los blancos y hay un sector creciente de la población blanca que ahora está volcado completamente a estos ideales, lo cual es nuevo.

Incluso en las décadas de los 50 y 60, el movimiento por los derechos civiles era mayoritariamente afroestadounidense. Ahora hay una verdadera coalición multirracial, todavía liderada en gran parte por afroestadounidenses.

Parte del racismo sistémico en las instituciones tiene que ver con la supremacía blanca y usted menciona que los blancos son un grupo clave que define a esta mayoría democrática multirracial. Entonces, ¿está diciendo que los blancos son también el grupo clave en impulsar un cambio dentro del sistema electoral y que las minorías no pueden hacerlo sin su apoyo?

Los números son claros. No diría que los blancos están impulsando el cambio; en la vanguardia de este cambio han estado los afroestadounidenses como protagonistas de los movimientos democráticos más importantes de los últimos 70 años. La gente mostrándonos el camino no es predominantemente blanca. Pero las cifras de la población en este país muestran que el cambio no sucede a menos que una porción significativa de la población blanca lo apoye también.

La división clave hoy en día es entre blancos conservadores y blancos que han adoptado perspectivas mucho más progresistas en cuanto a los asuntos raciales.

En 2018, le dijo a BBC Mundo que, por muchos años, muchos estadounidenses, incluido usted, dieron por sentado la democracia y dijo que esta debía tomarse en serio y protegerse. ¿Cómo se puede proteger?

El primer paso es sacando a un presidente con instintos autoritarios de la Casa Blanca, un paso que inicia el próximo 3 de noviembre.

Más allá de eso, necesitamos superar el problema de la polarización, porque la polarización intensa puede destrozar una democracia. Lo hizo en Sudamérica en las décadas de 1960 y 1970, lo hizo en Venezuela y Turquía a principios del siglo XXI. Lo hizo en Estados Unidos durante las décadas de 1850 y 1860.

Tenemos un nivel de polarización donde el 60% de los demócratas y republicanos dicen en encuestas que consideran que el otro partido es un enemigo para Estados Unidos. Esos son niveles peligrosos de polarización.

Trump es un síntoma, pero no causó esta polarización, y aun si pierde la próxima semana, esta no se irá, y es el reto más grande que tenemos que enfrentar.

¿Y cómo puede protegerse la democracia a través del sistema electoral?

Los demócratas han avanzado una agenda de reforma democrática, que fue aprobada en la cámara baja, llamada HR-1 y HR-4, que expandiría dramáticamente y facilitaría tanto el registro para votar como la votación en sí misma.

Creo que, si los demócratas consiguen el Senado y la presidencia, veremos una aprobación de esta legislación y de otra serie de pasos que hará que sea más sencillo votar. No cambiarán el Colegio Electoral, no tienen el poder para hacerlo, pero creo que esto acelerará una adaptación dentro del Partido Republicano.

Porque los republicanos tienen que convertirse en más que un partido blanco y cristiano, como lo es hoy en día. 90% de sus votantes, por más que Trump hable del apoyo de los latinos y de los negros, son blancos y cristianos. Si ves a sus representantes en el Senado y en la cámara baja, casi todos son hombres blancos y cristianos.

Eso no es suficiente para ganar las elecciones en el Estados Unidos del siglo XXI. Creo que cuando los republicanos empiecen seriamente a atraer a otros grupos de la sociedad, el partido se moderará y nuestra política podrá empezar a despolarizarse.



Source link

Related Posts

Add Comment