En una lucha que se ha acrecentado en los últimos tiempos para generar mayor conciencia y respeto por aquellas personas que sufren padecimientos y trastornos con los estruendos, así como a mascotas y otros animales, Mendoza decidió dar un paso fuerte en contra del uso de la pirotécnia en un momento donde cree su consumo.Según expresó Octavio Canassa, subcomisario del Repriv, Junín y San Martín eran los únicos municipios que hasta el 2019 no habían aprobado ordenanzas que restrinjan la venta y uso de estos productos, y ahora fueron incluídos en la nómina por lo que toda la provincia prohibió la venta de fuegos artificiales.
“Si este año se escucha o ve pirotecnia, esto significa que ha sido adquirida de forma ilegal. Porque legalmente–y, creo, con buen criterio- nadie puede vender. Entonces, lo que se comercialice y utilice será proveniente del circuito clandestino o de otra provincia”, destacó Canassa al respecto.Si bien este puede ser un golpe para la industria local, desde el gobierno manifestaron que estos productos no están prohibidas terminantemente en el territorio mendocino. Si están limitados a espacios que cumplan ciertos requisitos excluyentes que deben ser cumplidos a rajatabla.
Mientras tanto, en cuanto al uso en las fiestas de pirotecnia, las sanciones oscilan entre los 16.000 y los 26.000 pesos; mientras que en caso de ser reincidentes aumentan a entre 32.000 y 56.000 pesos.
