Elecciones de gobierno regional: lecciones y un baño de realidad



La jornada de las elecciones sin duda es una lección de cara a los procesos que se avecinan para nuestra democracia. El triunfo de Claudio Orrego en las elecciones metropolitanas permite hacer una serie de balances que pueden ser extrapolables a distintos ámbitos desde el punto de vista de los datos como en el trabajo de la Convención Constitucional.
Desde el punto de vista de los datos, la elección de gobierno metropolitano confirma que, bajo el sistema de voto voluntario, son las comunas de mayores ingresos las que acuden más a votar tal y como lo representa el gráfico 1
Gráfico 1: relación porcentaje de pobreza por comuna y participación electoral (Región Metropolitana)
Fuente: Servel y Casen
La tendencia del gráfico ilustra con claridad una de las premisas fundamentales del sistema de voto voluntario: las desigualdades socioeconómicas se trasladan a desigualdades políticas. La participación a nivel nacional solo llegó a un alarmante 19,6%, mientras que en la Región Metropolitana alcanzó un 25.7%. A nivel metropolitano, las comunas con mayor participación fueron Vitacura (52,82%), Lo Barnechea (47,09%) y Las Condes (43,42%). Por otro lado, las comunas con menor participación fueron San Pedro (14,44%), Melipilla (15,49%) y La Pintana (16,07%). Esta información ayuda a esclarecer la relación entre participación, pobreza y el resultado. El gráfico 2 refuerza esta afirmación, cruzando el nivel de pobreza por comuna versus el porcentaje de votos obtenidos por Orrego en cada una de estas. Se observa que la correlación es algo más débil que en el gráfico 1, pero la tendencia que prevalece es la de un mejor desempeño del candidato de Unidad Constituyente en las comunas con menores niveles de pobreza (que son las que más acuden a votar).
Gráfico 2: relación porcentaje de pobreza por comuna y porcentaje de votos obtenidos por Claudio Orrego
Fuente: Servel y Casen
Los resultados desde el punto de vista de la participación deben acelerar el debate sobre reemplazar o no el sistema de voto voluntario. Propuestas en la materia existen, tales como la reposición del sistema de voto obligatorio o la de incorporar un sistema mixto[1]. Este debate es urgente, puesto que hipótesis tales como el estado actual de la pandemia no tienen mucho sustento si 48 horas antes de la elección los malls, bares y restaurantes se encontraban repletos.
En paralelo, independiente del nivel de participación, los resultados permiten sacar lecciones acerca de lo que se viene para el proceso constituyente. La primera lección es el error estratégico del Frente Amplio y el PC de atrincherarse en la izquierda, ya que la elección del domingo terminó decantándose por la imposición de las posturas más centristas. Si lo extrapolamos a la Convención Constitucional, esto puede conducir a que las posturas más extremas de la izquierda pierdan terreno a pesar de la incapacidad de la derecha para vetar contenidos por si sola. En compensación, pueden darse potenciales acuerdos moderados entre grupos de derecha y socialdemócratas (incluyendo independientes), quedando la izquierda más radical en la orfandad. Es importante entonces salir de la zona de confort en lugar de sostener posiciones maximalistas y recuperar la capacidad de diálogo con otros sectores.
La segunda lección es que los partidos de la Concertación todavía gozan de vida, incluyendo a la Democracia Cristiana. Si bien, este partido no tendrá una cabida importante en la Convención, la experiencia internacional muestra que es posible incidir en los contenidos de la Constitución incluso estando fuera del órgano encargado de su reacción. El proceso constituyente que llevó a la Constitución polaca de 1997 estuvo en un principio controlado por la Izquierda, pero los partidos excluidos por medio del trabajo con la sociedad civil lograron participar, incidir y alcanzar acuerdos que dieron sostenibilidad al sistema democrático de dicho país en el corto plazo (Negretto y Wandan, 2020)[2].
En conclusión, los resultados desde el punto de vista de la participación deben acelerar la posibilidad de reemplazar el sistema actual de votación. En cuanto al proceso constituyente, la elección de gobierno metropolitano muestra la importancia de salir de la trinchera, recuperar la capacidad del lograr acuerdos y dejar de lado posturas maximalistas. Es importante para el futuro de la democracia el recuperar la capacidad de diálogo, independiente de si existe o no poder de veto por parte de las minorías. Al final, los amplios acuerdos son lo que darán legitimidad a la nueva Carta Fundamental.
 
 
 
[1] https://www.eldinamo.cl/opinion/2021/06/02/sobre-la-obligatoriedad-del-voto-por-que-no-un-sistema-mixto/?fbclid=IwAR2bwEh-rl5qhvOEbfkMzaS5Njgi8vEnrQMzA3pnykFL3Vz9bDs0Wf6E0S8
[2] G. Negretto y S. Wandan (2020). “Democratic Constitutional Replacements and Majoritarian Politics: The Cases of Poland (1997-1997) and Hungary (2010-2011)”. En Gabriel Negretto (ed.) Redrafting Constitutions in Democratic Regimes. Cambridge University Press. Pp. 75-174.
 

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



Source link

Related Posts

Add Comment