Los diputados locales integrantes de la 63 Legislatura concluyeron ayer el último periodo ordinario de sesiones y dieron paso a la Diputación Permanente, donde un reducido grupo de legisladores, encabezados por el morenista José Rosario Romero López, estarán a la expectativa de situaciones urgentes, pero que no requieran de la expedición de leyes o decretos.
Será importante preguntar a los ciudadanos qué tan productiva consideran a esta legislatura, que en el mes de septiembre llega a su fin, porque, desde luego, los diputados se desvivirán en autoelogios, como ya lo han hecho en días recientes al destacar algunas iniciativas aprobadas, entre ellas la del matrimonio igualitario, la que da certeza -al menos en el papel- a las viudas de policías, otra sobre el maltrato animal y algunas más.
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Lo que sí es un hecho es que esta legislatura ha sido protagonista de discusiones, de pleitos internos y de una mayor falta de acuerdos. Recordemos, por ejemplo, cuando en su primer año retrasaron la aprobación del Presupuesto de Egresos y plantearon una serie de reasignaciones en las que tuvieron que dar reversa.
Ayer, la presidenta de la Mesa Directiva, Roxana Rubio, dijo que, “aun cuando en los trabajos legislativos hubo diferencias ideológicas, siempre prevaleció el respeto, el diálogo y, sobre todo, la tolerancia entre grupos parlamentarios”.
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