La preservación del legado no es exclusiva de la empresa familiar



La mayoría de las veces, cuando se habla de Plan de Sucesión, inmediatamente se piensa en una empresa familiar, generalmente en aquellas que han sido exitosas abarcando una cuota importante del mercado, y en la necesidad de elegir y formar a alguno de sus descendientes para preservar la empresa que tanto sacrificio y esfuerzo ha requerido para crecer y hacerse de un nombre en el tiempo. Sin embargo, no importa el giro de la empresa, su tamaño, o constitución, todas necesitan tener un plan de sucesión para la continuidad de su operación.
 
Cuando una compañía nace, lo hace de la mano de la energía y propósito de su dueño, quien además la profesionaliza y hace crecer, pero la historia dice que, luego de 20 o 30 años, esta energía no es la misma y surge la necesidad de tomar cierta distancia, comenzar a salir de la administración diaria para adquirir un rol más directivo. Si en ese momento, quienes quedan a cargo no están preparados para llevar a cabo las funciones del puesto con el mismo, o mejor desempeño, poco a poco la empresa entrará en una fase de declive difícil de recuperar.
 
Por todo lo anterior, el plan de sucesión debe entrar en marcha al menos 5 años antes de que el fundador deje de participar en la empresa y va mucho más allá de la mera designación del siguiente líder. Este proceso requiere abarcar la planificación estratégica y de desarrollo de largo plazo para cada una de las áreas, definición de roles y perfiles, así como sistematizar procesos que permitan encontrar una real autonomía de la organización. Para esto, es fundamental que su fundador sea capaz de transparentar su propósito, y que todos sepan hacia dónde y cómo se debe conducir “la nave” para alcanzar su máximo potencial. No prever lo que pasará cuando este ya no esté en el día a día, denota una gravísima falta de responsabilidad y la ausencia de visión estratégica, generando un estrés mayor que hace a la empresa perder tiempo y, sobre todo, el foco.
 
Esto, es en especial para las PYMES y los emprendedores. Es muy sano que formen equipos pensando en la contratación de al menos 1 o 2 ejecutivos con potencial de reemplazar al líder. Las inseguridades y egos, así como la idea de que el fundador debe hacerlo todo porque lo tiene en su cabeza, solo dará cuenta de una gestión deficiente. La única forma de hacer que una empresa trascienda es darle mayor autonomía respecto de su dueño. Cómo lograrlo, partamos por las siguientes preguntas ¿puede tomarse el dueño vacaciones de 3 semanas?, ¿puede disfrutar el fin de semana sin atender personalmente todos los llamados? Son algunos de los síntomas básicos que es necesario atender.
 
Construir una empresa exitosa requiere de tiempo y esfuerzo y, ya sea que trascienda a nivel familiar, de nuevos socios o mediante su venta, la falta de previsión puede diluir o destruir ese legado. La actual pandemia solo nos hace más conscientes de la vulnerabilidad empresarial, tras lo cual no nos queda más que estar preparados.
 

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.



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