Luis F. Molina

El 4 de diciembre de 1889, la legislatura facultó al gobernador Mariano Martínez de Castro para contratar a quien se encargara de la construcción del teatro de la ciudad.En los primeros meses del año siguiente, el gobernador viajó a la Ciudad de México para contratar a su amigo el arquitecto Manuel Calderón para construir la obra en referencia. Calderón rechaza la invitación, pero se compromete a buscar la persona que pudiese encargarse de obra tan importante.Al encontrarse Calderón a Luis F. Molina, recién egresado de la Escuela de Ingeniería, pero sin titularse todavía, le propone realice el proyecto. Molina se excusa, pero dice que un año más tarde, ya recibido, se encuentra casualmente con el señor Enrique María Rubio, quien le dice haberse alegrado de encontrarlo porque su amigo Mariano Martínez de Castro se encontraba en la Ciudad de México a la búsqueda de un arquitecto para la construcción de un teatro en la capital sinaloense, y de inmediato había pensado en él. Molina explica a Rubio el antecedente de la invitación, la cual había declinado porque su destino profesional estaba en la capital del país. Finalmente, Rubio convence a Molina se entrevistara con Martínez de Castro. Poco después encamina sus pasos hacia su destino. Luego llega a Sinaloa, construye el Teatro Apolo y se queda a vivir en la ciudad.



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