El dramático relato de la madre de uno de los internados por consumo de cocaína adulterada


Beatriz encontró a su hijo Ariel tirado en el piso de la cocina de su casa. “Fui a apagar la luz y lo encontré desmayado. Se ve que él fue a tomar agua y se cayó. No respiraba ni reaccionaba. Tenía los ojos abiertos para atrás. Ahí me di cuenta de la situación. Pedí ayuda a mi vecino y llamó al 911”, describió a la prensa la mujer desde la puerta del Hospital Municipal de Hurlingham San Bernardino donde su hijo permanece internado en terapia intensiva. Y continuó: “La ambulancia tardaba y una amiga paró a un joven que justo pasaba y lo trajo hasta acá. Yo no sabía lo que estaba pasando hasta que después vi lo que publicaban los medios. Ahora me doy cuenta que no daban abasto porque estaban atendiendo a otros jóvenes también”.El hombre, de 41 años, es uno de los intoxicados por el consumo de cocaína adulterada. Tiene 6 hijos, uno del corazón y 5 biológicos, y lucha por su vida. Ingresó a la guardia con un paro cardiorrespiratorio y permanece intubado porque presenta dificultades para respirar. Su madre lucha con la adicción de su hijo desde que él tenía 14 años. “Se hace difícil pero con estos episodios uno se va acostumbrando entonces trata de sobrellevarlo con mucha paciencia y mucho amor. Hablando. Cansándonos de hablar para que siga saliendo adelante, pero está en él”, quien según reveló Beatriz a la prensa, “nunca quiso internarse”. 

“Él cayó cuando menor con una causa y lo mandaron a un lugar donde vivía más drogado que afuera. Un día me dijo ‘mamá por favor pedí que no me den más estas pastillas porque estoy totalmente descontrolado’. Esa fue la única vez y a raíz de ese suceso no quiso internarse en ningún lugar más”, detalló Beatriz y completó: “La ayuda no te la dan. Lo único que dicen es ‘no quiere internarse, no podemos hacer nada’. Tiene que delinquir o hacer algo para mandarlo a algún lugar”. “Él siempre quiso salir pero ‘Mami es tan dificil, tan dificil’, me decía. Lo que yo pude hacer es contenerlo nada más, tenerle esa paciencia y amor que tenemos las madres, pero nada más. Tengo la esperanza de que algún día las leyes van a cambiar pero hay que cambiar la mentalidad. Tienen que entender que no solo corre riesgo la vida de ellos también peligra la vida de los demás porque el día que no tienen para drogarse salen a robar cualquier cosa para la droga, ni siquiera para ellos”, continuó su testimonio. “Si no quieren internarse uno tiene que esperar a que delincan, maten o roben para poder hacer algo. Hay profesionales y gente preparada que quiere realmente ayudar pero hay hay que construir más centros de rehabilitación, la cárcel no es un lugar para ellos”, completó. 



Source link

Related Posts

Add Comment