Rock en Baradero día 2: la diversidad musical y generacional afianzó el “nuevo rock”


El rock es arte, solo una de las tantas formas de expresión, pero no la única. Una funciona gracias a la otra, se entrelazan, se necesitan, se motivan y se impulsan. En los primeros metros de la entrada principal, dos artistas intervinieron durante los dos días del festival un mural para expresar y dejar plasmado un grito de protesta contra el cambio climático, los incendios de los humedales de Baradero y del país: “el rock también es esto” dijo una de las chicas.Pero el rock también es la diversidad, la inclusión. Era imposible imaginar un show con estas características hace tan solo un par de años, no nos vayamos tan lejos, y poder ver por ejemplo un puesto de glitter y brillos para todos los géneros, para quien quiera divertirse y lookearse. Eso no podía ser aceptado en un festival que se conciebra con un status puro de “rock”. Qué suerte las nuevas generaciones, qué suerte la deconstrucción y qué suerte el derribe de estereotipos. Que los espacios estén adaptados para que personas con discapacidad puedan disfrutar, sin distinción, sin barreras, eso también es inclusivo y fundamental. Y que los más chiquitos puedan ir con sus familias y vivir el ritual de un recital, es una de las imágenes más lindas que se pueden gozar. Esos pibitos, también son el rock de ahora y el de mañana.
Y así podemos plantear muchísimos conceptos en torno al “rock”, porque como nos dijeron varios artistas, ya no es un género musical excluyente, es una actitud de vida que puede tener sus matices dentro de la expresión particular de cada intérprete. Cada uno/a elige cómo vivirlo. Bueno, algo de esto fue lo que más se sintió en el segundo día de Rock en Baradero. Se ha producido toda una transformación a nivel social y eso se representa en la música donde se pide que la palabra “rock” no sea un limitante sino una amplificación del concepto.Este sábado, la juventud, además de las familias, estuvo muy presente quizás porque la propuesta del line up de esta jornada abarcaba una lista de artistas que representan este cambio de la música o mejor dicho evolución, respecto a todo lo que sucede en su órbita y lo que genera. La tarde a puro sol (con mucha humedad y calor que anticipaba la lluvia que irrumpiría por la noche) empezó con Mablu, después le siguió Clara Cava, una de las nuevas caras de la escena y que se posiciona cada vez más fuerte desde su comienzo en el año 2017. La música de Clara no se ata a ningún género en particular, se mueve con libertad por el sonido urbano, el neosoul, el pop electrónico, el reggeatón, el reggae y bossanova, y eso se hace notar.El Kuelgue ya conocía el escenario, es uno de los favoritos de ediciones anteriores y ahora defendieron ese lugar porque hicieron bailar a todo el predio pero también invitaron relajar en un estado chill pero activo.

Un Julián Kartun dándole relax al atardecer del sábado.

El mismo clima lo intensificó NAFTA, el sexteto que adaptó a un registro porteño lenguajes propios del soul, el R&B y la música urbana, con influencias y ciertos guiños que se dejan ver con fuerza como por ejemplo a Willy Crook.La diversidad de géneros fue mucho más intensa en el último día del Baradero que jugó con los ánimos constantemente, porque cuando hubo que volver a rockear fuerte, se hizo.Airbag hizo estallar al público que no dejó el pogo y el agite en ningún momento. El mismo camino lo continuó Eruca Sativa con una Lula Bertoldi en escena que cautivó con su presencia femenina, momento oportuno para mencionar que la representación de artistas mujeres arriba del escenario, si bien cada vez tiene mayor visibilidad y espacio, sigue siendo un pendiente: los line up lo siguen dominando las bandas/artistas varones.La esperanza no se apaga, los caminos ya están trazados y los cambios en proceso. 

Lula Bertoldi interpretanod “Creo”.

La Vela Puerca llevó a su fandom que literalmente era una marea humana de agite de cuerpos que no dejaron de sacudir energía de rock, reggae y ska, y las trompetas y trombones dando el toque internacional al festival con su personalidad charrúa.El Mató a un Policía Motorizado fue el protagonista de la parte más emotiva de la noche con el público coreando: “La Noche Eterna”, “Más o Menos bien”, “El Magnetismo”, “Yoni B”, “La síntesis de O’konor”, “Ahora imagino cosas”, “El Tesoro”, “Nuevos discos”, “Fuego”, “Excalibur”, “El Mundo Extraño”, “Chica de Oro” y “Mi próximo movimiento”. Los hits estuvieron y se cantaron todos y la emoción se sintió a flor de piel.

Santiago Barrionuevo poniéndole presencia al indie punk de “El Mató”.

Las Pelotas llegó con la lluvia que si bien asustó, no paralizó para nada la energía del público que estaba más que eufórico. Además fue fiel, no se inmutó ante el agua y el fresco. En el escenario estaba Germán Daffunchio dejándolo todo y no era opción renunciar a ese disfrute.“No nos paró el Covid, tampoco nos va a parar esta fuckin’ lluvia”, dijo Daffunchio y lo bancamos. Claro que no faltaron los favoritos como “Qué podés dar”, “Al Final que somos”, “Pará con la papa”, “Saben”, “Ya no estás” “Personalmente”, “Si Supieras”, “Será”, “Dando Vueltas” y “Esperando el Milagro” y para cerrar con “Bombachitas Rosas” y “Capitán América”.

Un Daffunchio compenetradísimo con su compañera en “Pará con la Papa”.

En el escenario oeste, como lo fue Sara Hebe en la primera noche, Peces Raros protagonizaron la propuesta más disruptiva si se quiere. ¿Electrónica y rock? Hoy sí. Marco Viera y Lucio Consolo nadan por ríos de beat, rock, techno y el indie. Los sintetizadores, los samples y las máquinas de ritmo son protagonistas y el público viajó como en un trance con ellos.

Peces Raros entre luces, beats y sintetizadores hizo flashar al público.

Para ir cerrando la noche y la edición de Rock en Baradero 2022 se tenía que tirar la casa por la ventana a pura fiesta y baile y los encargados de darle esa vida al momento fueron los Kapanga. De la mano del Mono quien no dejó de jugar en el escenario con el público y sus compañeros, se encargó de meterle humor a la noche entre audios virales de internet, y hasta hubo un feat de las letras de RKT de L-Gante y Dj Papu con Muchacha Ojos de Papel de Luis Alberto Spinetta. Un contraste con ironía como se busca en estos días, quizás una idea obsoleta el de seguir comparando artistas u estilos que son inconmensurables entre sí por lo que representan cultural y socialmente a través de lo que hacen, pero debate para otra nota.

El Mono de Kapanga cerrando la edición 2022 del festival por primera vez.

Y así culminó la ceremonia del verano, en un pueblo del interior de Buenos Aires que convoca a artistas de todos los colores, formas y estilos, que abre las puertas de su lugar para que desembarque la música con toda su mística y folclore. Esta fue la séptima edición que promete abarcar y crecer todavía más. Nos vemos en el 2023 y lo comprobamos, pero eso sí: que siempre sea rock.
En esta nota:



Source link

Related Posts

Add Comment