Día Mundial del Sueño: ¿Cómo es su relación con la alimentación?


Este 18 de marzo se celebra el Día Mundial del Sueño con la finalidad de sensibilizar a la población acerca de la importancia de dormir bien. Y entre las varias cosas que influyen en la calidad de nuestro dormir, se encuentran aquellas cuestiones relacionadas con la alimentación. Por eso, hablamos con tres especialistas: la Lic. Agustina Murcho, nutricionista especialista en trastornos alimentarios; la Lic. Mara Fernández, psicóloga especialista en TCA; y la Lic. Olga Ricciardi, psicóloga y directora de CEDA (Centro Especializado en Desórdenes Alimentarios).

Una de las primeras cosas que destaca la nutricionista Murcho (@nutricion.ag) es que las comidas muy pesadas de noche pueden provocar que uno no duerma bien por la digestión. Por otro lado, el alcohol hace que no tengamos una buena calidad de sueño y las dietas restrictivas también producen que no podamos dormir. “Cuando el sueño se ve alterado, también se alteran las hormonas provocando que vayamos en busca de más comida: la leptina (hormona de la saciedad) disminuye. Por el contrario, el cortisol, que es la hormona del estrés, y la ghrelina (hormona del hambre) aumentan”, explica.En este sentido, muchas personas que sufren de mala calidad del sueño tienden a comer a la madrugada, ya sea por hambre, aburrimiento, estrés o ansiedad. Y, al haber cansancio y sueño, la persona tenderá a moverse menos, por ende, se gasta menos energía, lo cual modificará el
peso si esto se sostiene en el tiempo. “Ahora, que un día no hayamos dormido bien no pasa
nada. Todos estos efectos se dan cuando es algo crónico. Por eso, es súper importante recurrir
al médico cuando vemos que no podemos descansar”, enfatiza.La Lic. Fernandez (@hablar_sana) agrega que algunas de las causas que pueden interrumpir el sueño reparador incluyen ansiedad, angustia, problemas digestivos, alimentación baja en nutrientes o excesiva, estrés, cuadro depresivo y trastornos de la conducta alimentaria; y a este respecto ofrece algunas recomendaciones. Tener una alimentación balanceada, no usar dispositivos electrónicos por lo menos dos horas antes de acostarse, hacer alguna técnica de respiración y no hacer actividad física tres horas antes de la hora de dormir son las cosas que pueden ayudar, así como también no consumir bebidas energéticas, ni cafeína, ni aquellas que funcionan como estimulantes. Y señala: “No solamente importa la cantidad de tiempo que pasamos durmiendo, también es importante la calidad del sueño. Si el sueño es interrumpido o acortado, puede que no hayamos pasado suficiente tiempo en determinadas etapas del sueño. En otras palabras, lo bien que funciones al día siguiente dependerá del tiempo total que hayas dormido y si lograste un buen descanso”.

Esto es importante porque el insomnio, en su forma crónica, se asocia no solo a una reducción en la calidad de vida y al rendimiento diario, sino también a déficits cognitivos de memoria, problemas de ansiedad y de depresión y, en muchas ocasiones, a Trastornos de la Conducta Alimentaria.Por ejemplo, la psicología Ricciardi nombra a la anorexia y la bulimia. En el primer caso, el hambre no siempre se registra como tal sino que suele identificarse como dolor de estómago, entonces provoca seguir ayunando o reduciendo la porción al mismo tiempo que se altera el buen dormir. “Los horarios nocturnos, en los que la familia descansa, suele ser el momento privilegiado para darle lugar a la práctica física con la finalidad de generar gasto calórico y obviamente el descenso de peso deseado. Esta actividad nocturna altera el sueño y con el transcurso del tiempo se genera la comorbilidad en relación al sueño”.En el segundo caso, el síntoma alimentario se presenta en el atracón y posterior vómito inducido, se realiza de modo compulsivo, generando culpa y vergüenza, y a través del tiempo se constituye en un ritual que el sujeto sostiene en la privacidad, especialmente en horarios nocturnos.Sobre esto, Murcho detalla: “En los trastornos alimentarios suele haber trastornos del sueño por la mala alimentación. Hay un neurotransmisor llamado “serotonina”; que regula el sueño además del placer, estado de ánimo. Cuando hay mala alimentación, la serotonina suele estar baja, por lo tanto va a hacer
que la calidad de sueño sea mala. Cuando la persona empieza a comer mejor, empieza a dormir mejor”.



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