Otra vez, dirigentes y funcionarios del Frente de Todos volvieron a agitar la interna de la coalición gobernante. Este jueves, durante un acto en Merlo, el diputado Máximo Kirchner pidió “hacerse cargo de la gestión” y “cortarla con las pendejadas en la televisión y solucionar este complejo momento”.”¿Cómo puede ser que no entiendan que está faltando la comida en la mesa de los argentinos y argentinas? Hay que ser más generosos, hay que dejar de quejarse por si cortan una calle ¿Pero qué quieren que hagan? Hay que hacerse cargo de la gestión, de la comida, del trabajo, de la seguridad. Hay que cortarla con las pendejadas de la televisión y solucionar este complejo momento”, dijo el ex titular del bloque oficialista en la Cámara baja, elaborando así una defensa de las protestas que interrumpen el tránsito, en el marco de un endurecimiento del discurso oficial -y de la oposición- contra este tipo de manifestaciones.Máximo también hizo mención al alza de precios, a pocos días de que se conozca la inflación de marzo, que, según estimaciones, rondaría el 6%. “Será muy duro”, anticipó el legislador, quien reclamó “estar al lado” de la gente” para poner límites a los que abusan con los precios y juegan con el hambre de nuestra gente gracias al amparo mediático”. “Es compleja la situación que nos toca pasar. Tenemos que tener la inteligencia y la voluntad suficiente para defender a nuestro pueblo”, sostuvo.
Tampoco dejó pasar la oportunidad para enviar un mensaje contra “la unidad” que pregonan, principalmente, desde el círculo más cercano al presidente Alberto Fernández: “Yo no quiero ni juego a las divisiones, pero tampoco soy de los que piensa que hay que amontonarse por amontonarse, porque si los dirigentes se amontonan en una unidad que no busca dar todas las peleas, trabajar lo que hay que trabajar para que nuestra sociedad salga adelante, será una mera acumulación de dirigentes en un lugar y con la gente en otro lugar. Eso en Argentina no puede volver a pasar”.Tal como explica Gonzalo Finlez, la interna -casi como un reflejo de lo que sucede en la cúpula del Ejecutivo-, también alcanza al equipo económico. En medio del repunte de la inflación -que este año podría rondar el 60%-, el secretario de Comercio, Roberto Feletti, aclaró que él hace “política de precios” y que es “el ministerio de Economía” el que “tiene que bajar líneas claras de política económica que reduzcan la volatilidad y preserven ingresos populares”. “Si no -advirtió-, esto se va poner feo”.El secretario de Comercio, quien llegó al Gobierno para contener la inflación, responde a Cristina Kirchner, y cuesta pensar que haya esbozado esta crítica sin el visto buena de la vicepresidenta, quien, a través de sus cartas, ha manifestado sus diferencias con el rumbo económico adoptado por la gestión de Alberto Fernández y su ministro de Economía, Martín Guzmán. Un detalle no menor a la hora de analizar el libro que la titular del Senado le envió al Presidente -con quien no se habla- por su cumpleaños. En Diario de una temporada en el quinto piso, Juan Carlos Torre, miembro del equipo económico del ex ministro de Economía, Juan Vital Sourrouille, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, relata las negociaciones con el FMI, las reuniones con los funcionarios de los Estados Unidos, con la CGT, los empresarios y la oposición en un contexto de alta tensión política -era el primer gobierno democrático tras la última dictadura- y económica, que finalizó, en medio de una hiperinflación, con la salida anticipada del poder del ex presidente radical. Cristina Kirchner reveló el regalo que le hizo al Presidente durante un acto por el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de las Malvinas que, llamativamente, compartió con su homólogo en la Cámara baja, Sergio Massa. ¿Nace una nueva alianza en el frente gobernante? Tampoco pueden pasar inadvertidas las declaraciones de Axel Kicillof, quien, luego de algunos gestos que denotaban un acercamiento a la Casa Rosada, volvió a alinearse con el kirchnerismo, al reclamar “medidas muy decididas” para contener el aumento de precios. “No da más la situación social en el conurbano”, advirtió.La fractura en el oficialismo obliga a la oposición a sostener su unidad. No obstante, esto no impide que Juntos por el Cambio exponga sus diferencias. Mientras el ala más moderada del frente opositor intenta cerrar la grieta -anoche hubo una reunión en la casa del ex gobernador Juan Manuel Urtubey, de la que participaron, entre otros, Gerardo Morales, Rogelio Frigerio y Emilio Monzó-, Mauricio Macri refuerza su postura de ‘halcón’. En las últimas horas, días después de reivindicar la gestión de Carlos Menem, compartió un almuerzo nada menos que con el ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. “Seguir construyendo juntos”, cerraba el mensaje que el ex mandatario argentino compartió en Twitter. La foto, con un dirigente que dejó en claro que busca tener su “segundo tiempo” en la Casa Blanca en 2024, no le “gustó” al titular de la UCR, que nunca deja pasar una oportunidad para criticar al líder del PRO.La política dirime sus disputas internas en un contexto de creciente tensión social. El multitudinario acampe en la Avenida 9 de Julio pudo haber sido un preludio de lo que vendrá, en el marco de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que establece la reducción del déficit fiscal y un fuerte ajuste en la emisión. El Gobierno intenta mostrarse firme: pide dejar de “apretar a la gente” y afirma que no habrá más altas de planes sociales. Al mismo tiempo, negocia con las organizaciones para descomprimir la situación. La oposición, por su parte, pide, directamente, suspender la asistencia a quienes corten la circulación.En la calle, la situación parece que no cambia. Este viernes, un día después de reunirse con el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, las agrupaciones piqueteras volvieron a las calles del centro porteño, esta vez, para reclamar por la libertad de Milagro Sala. Los motivos quedan en segundo plano en medio de una disputa que también alcanza a las organizaciones sociales.
