El reto de los números sobre la educación en México

En el documento publicado por la SEP “Principales cifras del sistema educativo en México 2020-2021” se toma de referencia un periodo de 16 años escolares (6 de primaria, 3 de secundaria, 3 de preparatoria y 4 de universidad) abarcando el periodo correspondiente de 2004 al 2020, es decir, quienes ingresaron a la primaria en 2004 y lograron graduarse de la universidad a finales de 2020; de cada 100 alumnos que ingresaron a la primaria 95 terminaron el sexto grado, pero solo 92 iniciaron la secundaria y únicamente 78 lograron terminar tercero de secundaria. Sin embargo, en el bachillerato la situación se vuelve más grave.La deserción escolar se agrava en la preparatoria debido a que los estudiantes de prepa ya están en “edad de trabajar” y los problemas económicos personales y familiares los impulsan a abandonar sus estudios para trabajar de tiempo completo. En otros casos aún más tristes estos jóvenes son reclutados por el crimen organizado para formar parte de estas bandas delincuenciales. Al grado de que casi la mitad aborta sus estudios en este periodo de dos sexenios, ya que de cada 100 que ingresaron a la primaria en 2004, para el 2016 únicamente el 53 % logró graduarse de tercero de preparatoria, de los cuales otros 14 ya no continúan sus estudios profesionales y deciden entrar al mercado laboral.Por lo tanto, de los 100 alumnos iniciales solamente 39 inician sus estudios universitarios, pero únicamente lograron graduarse de la universidad 26 de cada 100 alumnos en México del 2004 al 2020. Para 2021 las cifras por estado alcanzan 46 y 41 de cada 100 en Ciudad de México y Nuevo León; Sinaloa está por arriba del promedio nacional (26) alcanzando los 31 egresados y las peores cifras se ubican en Oaxaca y Chiapas con apenas 12 egresados de universidad de cada 100 en dicho periodo.Que el promedio en el país sea solo un egresado de cada 4 y en Sinaloa 3 de cada 10, sin duda nos arroja una clara evidencia de deserción escolar. Un problema multifactorial que involucra falta de recursos y asignación ineficiente de los recursos asignados a lo largo de décadas en nuestro país. Por ejemplo, en Sinaloa el rezago en infraestructura física educativa (para remodelar aulas, baños, canchas, bardas, butacas, pizarrones, etc.) en 2018 era de 3 mil millones de pesos y para 2019 el rezago alcanzó la escandalosa cifra de 5 mil millones de pesos y todo eso fue antes de la pandemia del covid-19. Recordemos que durante esos dos años miles de centros escolares fueron depredados y saqueados ya que estuvieron mucho tiempo solos, abandonados. Por otra parte, no podemos olvidar al sector más rezagado, donde el analfabetismo, según el mismo documento citado por la SEP, alcanza la cifra de 4.66 %, lo que significa que más de 5 millones de personas mayores de 15 años de edad no saben leer, escribir ni tampoco las operaciones básicas matemáticas como sumar o restar.La educación es el aliado sine qua non para solucionar de fondo los principales problemas de México, que son las oportunidades de trabajo y la violencia e inseguridad que padecemos. Además, la educación es la mejor inversión que puede hacer una persona en sí misma, una familia en sus hijos y un país para crecer y desarrollarse. Quienes invirtieron en educación desde los 70s y 80s ahora son potencias mundiales, y lo han hecho invirtiendo en la academia acompañada de las artes y el deporte. Y sí, es verdad, la tasa de retorno de dicha inversión educativa es a largo plazo, pero en algún momento tenemos que empezar. Todos queremos la mejor escuela para nuestros hijos, entonces debemos exigir al gobierno que invierta más y mejor en educación, deporte y artes; porque en el sistema educativo mexicano solo el 9.7 % pertenece a la iniciativa privada; y más del 90 % de los centros escolares son públicos. En México, como en el mundo, la educación es la solución.



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