tres pasos para hacerlos realidad


Emprender acciones de responsabilidad social dentro de las empresas, pero sobre todo que sean consistentes y se mantengan a lo largo del tiempo, no es algo que suceda por azar, se necesita un trabajo constante y un método.
Es así como se pueden poner en marcha acciones tan diversas como acopiar y donar medicamentos; establecer políticas de inclusión laboral para personas adultas mayores, con discapacidad o en situación de refugio; promover la seguridad vial y el reciclaje, o servir de intermediario para otorgar donativos a asociaciones que promueven causas de ayuda a los demás.
FEMSA ha hecho de este tipo de iniciativas uno de sus sellos, pero también ha desarrollado un método con tres etapas para que sean sostenibles y entreguen resultados. 
El primer paso para institucionalizar estas acciones es la gobernanza, explicó en entrevista Gabriel González Ayala, gerente de Sostenibilidad y Energía de FEMSA. 
“Si hay un tema relevante para la compañía tiene que estar en el gobierno corporativo, tienes que tener políticas, un compromiso visible y demostrar que para la dirección ese tema es relevante”, agregó.
Para que esta intención no se quede en letra muerta, es necesario generar procesos para que todas las áreas involucradas asuman ese compromiso. 
“Existen procesos y procedimientos que tendrás que adaptar dependiendo de tu realidad, tu geografía de tu industria, o en el caso de nosotros que tenemos multindustria, pero hay que generar procesos para poder llevar a cabo y ese tema que es relevante para la compañía”, puntualizó.
Finalmente, hay que establecer una meta y tener indicadores que midan el cumplimiento de este objetivo.
“Estos tres elementos pueden ser muy útiles y funcionan para poder implementar la responsabilidad social o cualquier otro elemento de sostenibilidad en la compañía”, dijo.
Así es como FEMSA desarrolla su estrategia de responsabilidad social empresarial y las acciones de sostenibilidad para cada unidad de negocio. No obstante, el año pasado la empresa actualizó su estrategia de sostenibilidad tomando en cuenta todos los negocios. 

De esta forma, comentó González Ayala, “se creó un nuevo marco estratégico que se compone de tres ejes: nuestra gente, nuestro planeta y nuestra comunidad, y nueve temas prioritarios que son los queremos impulsar. Cada uno de ellos tiene pronunciamientos y metas”.
Por ejemplo, se espera que para 2030 el 85% de la energía que se use sea renovable; también, para ese mismo año, alcanzar que cero residuos de la operación vayan al relleno sanitario.
“Tenemos y generamos el año pasado un sistema de gestión que tiene diferentes niveles, tiene rituales de gestión estratégicos, se generó un comité de sostenibilidad de alto nivel, donde están representadas todas las unidades de negocio y las áreas corporativas”, añadió. 
Algunos ejemplos
Gracias a esta forma de ver la responsabilidad social y la sostenibilidad es que diversos programas han visto la luz en beneficio de la comunidad o del medio ambiente.
En Farmacias Yza, por mencionar un caso, se puso en marcha el año pasado un programa de aprovechamiento de medicamentos en 100 sucursales, el cual consistió en la instalación de contenedores donde sus clientes depositaran medicamento que ya no usaran, pero que no estuvieran caducos. Para cerrar el ciclo, se hizo alianza con Cáritas para que se encargara de hacer llegar estos medicamentos a la población que más los necesitara.

“Es algo que está totalmente alineado con tu negocio, con tu industria; haces una vinculación con la comunidad, tanto para que participen y sean ellos quienes estén trayendo y donando los medicamentos, y haces otra vinculación con Cáritas, pero también con la comunidad. Y tú eres un gestor, un puente para que eso suceda y generas un beneficio”, consideró González Ayala. 
Otro caso es lo que sucede en OXXO, que tiene como objetivo ser un buen vecino en las comunidades donde se instala una tienda y, para ello, han implementado una metodología con la que se busca la detección y atención de riesgos y relacionamiento comunitario; así, una vez identificada la necesidad, se busca trabajar con acciones comunitarias relacionadas con esa situación.
Y acá cada acción depende del lugar donde se instala una tienda, pero también existen programas transversales como el de inclusión laboral. 
“OXXO continuó trabajando para poder incorporar a su plantilla laboral adultos mayores, y para esto tiene programas de desarrollo de capacidades donde les enseñan lo que es el oficio del retail a adultos mayores, y algunos de ellos tienen la oportunidad de trabajar en OXXO”, ejemplificó. Además, se les ofrecen cursos de habilidades para el empleo, talleres y proyectos productivos, así como uso de la tecnología.
Existen actualmente siete centros de capacitación dirigidos para personas adultas mayores, pero la meta para fin del 2022 es que sean 34, para cerrar el año con 5 mil capacitados.
También existen centros de capacitación para personas con discapacidad o personas en situación de refugio.
“Esto lo que nos permite es que esas personas tengan mucho más sentido de pertenencia por la oportunidad que se les está brindando, además de que generas beneficios de inclusión laboral al ofrecer una capacitación a estas personas para poder laborar en otras empresas de la industria. Este programa que es transversal, es muy bonito porque le permite trabajar a grupos que generalmente no tienen muchas oportunidades”, aseveró González Ayala. 



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