Francisco Arellano (Comunes) y nueva Constitución: “Las dudas legítimas sobre el texto se pueden resolver con acuerdos de implementación”



El abogado Francisco Arellano, fundador de Nodo XXI, el centro de pensamiento del partido Comunes liderado por el sociólogo Carlos Ruiz, aseguró que las dudas legítimas sobre la propuesta de nueva Constitución se pueden resolver con acuerdos de implementación.
Arellano fue el responsable del documento “Aprobar para Concretar”, gestado en julio. El 1 de agosto, el Presidente Gabriel Boric instó a las dos coaliciones de su gobierno a llegar un acuerdo previo al plebiscito sobre implementación de las normas de la nueva Constitución,
“Lo que estaba en el borrador que elaboramos como Frente Amplio es que los acuerdos de implementación no implican cambiar el texto, sino que anticipar a la ciudadanía qué se va a hacer cuando haya que escribir la ley que la Constitución mandata a crear”, asegura Arellano.
Las doce leyes
La oficina del diputado Gonzalo Winter (CS) fue la sede de la reunión que se gestó el martes 26 de julio entre militantes del centro de toma de decisiones de los distintos partidos del Frente Amplio. El resultado fue llegar a un borrador que con el nombre “Aprobar para Concretar”, que proponía el modo en que doce leyes se implementarían de aprobarse la nueva Constitución. 
Según asistentes, llegaron varias propuestas y fue Arellano quien trajo un borrador sobre el que se trabajó. La lista reúne compromisos en torno a salud, educación, pensiones, trabajo, seguridad, derechos de las mujeres, protección de los consumidores, prohibición para ejercer cargos públicos a condenados por corrupción, violencia intrafamiliar y otros, sanciones a los abusos en los mercados, vivienda, justicia y autonomía territorial indígena.
Por ejemplo, en salud se plantea que exista un seguro universal de salud, pero que las personas podrán elegir dónde atenderse al interior del nuevo Sistema Nacional de Salud, estando compuesto “por clínicas y hospitales públicos y privados”. 
Además de Arellano y Winter, ese martes estaban presentes Marco Velarde, presidente de Comunes, las diputadas de Comunes, Emilia Schneider y Camila Rojas, Ximena Peralta, vocera de Convergencia Social, y Araceli Farías, secretaria general de Revolución Democrática.
Y es este grupo, según conocedores de las conversaciones, el que tiene la misión de socializar el borrador con parlamentarios de otros partidos, para que se llegue a un acuerdo previo al plebiscito. Las gestiones se apuraron cuando el presidente Gabriel Boric instó este lunes 1 de agosto a que las dos coaliciones de su Gobierno, Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático, lleguen a un documento único de acuerdo previo al plebiscito del 4 de septiembre, en el que se decidirá si rechazar o aprobar la propuesta constitucional. 
“Ahora la pelota está en la cancha de los diferentes partidos. Hay documentos circulando, reuniones y el llamado del Presidente”, explica Arellano. 
Incertidumbres
-¿Qué busca este borrador con doce compromisos en torno a la elaboración de leyes que implementen los artículos de la nueva Constitución de ser aprobada?
Lo que los distintos actores del Apruebo necesitan atender hoy son esas incertidumbres que están en amplios sectores de la población sobre ciertos aspectos concretos del texto. 
Es muy distinto pasar de estoy a favor de cambios en abstracto, a pasar a estar a favor de esta propuesta específica de cambios. A los que este salto les genera dudas hay que darles las certezas de que el nuevo texto es mejor que la Constitución que tenemos hoy día para sus necesidades y problemas de la vida cotidiana. Y que las dudas legítimas que pueden tener sobre el texto se pueden resolver con estas aclaraciones, acuerdos de implementación y reformas. 
Lo que hay que entender ahora es que hay una parte de la población, ya sea por distintas lecturas que hay del texto, pero también por las mentiras que están dando vuelta, está preocupada. Entonces yo creo que el punto de partida es identificar cuáles son las fuentes de preocupación. Tengo la sospecha de que preocupaciones como volver a nombrar Senado al segundo órgano legislativo está más en ciertas élites y partidos. Es súper legítimo que quieran que vuelva ese nombre, pero no son las cosas que harán que esta elección se incline de un lado o del otro. 
-¿Cree que esta Constitución y sus artículos generan incertidumbre o dobles lecturas?
En general si se hace una lectura del texto siguiendo las reglas del derecho y de buena fe, la mayoría están resueltas. Por ejemplo, no es cierto que a alguien le vayan a quitar su segunda vivienda porque el derecho a la vivienda la persona tiene derecho a una vivienda. Esa es una lectura maliciosa del texto. Lo que también hay que asumir es que las constituciones son textos políticos, que todo ciudadano tiene que poder sentirse seguro. Si es que eso significa que se refuercen algunas ideas, todos deberían estar a favor de hacerlo.
-¿A qué electores están intentando buscar con la estrategia de acordar el modo en que se legislarán ciertos artículos?
El norte del Apruebo debe ser el 80% que votó Apruebo durante la primera vuelta. Probablemente no se va a convencer  todos, pero hay que llegar a esa gente que dijo que quería cambios. Es un mundo amplio, de centro, de derecha, mucha gente independiente que no se siente representada por partidos políticos, creo que esos son los sectores que tienen dudas y que hay que ofrecerles una propuesta. Ahí un acuerdo de implementación y la reforma al texto son instrumentos. El objetivo central es que el Apruebo gane por un buen porcentaje, porque esa victoria va a darle mucha estabilidad al país. 
-Entonces no están en busca del sector más político que pide, por ejemplo, quitar la reelección del presidente, volver al nombre del Poder Judicial…
Los que hemos estado en campaña hemos recibido consultas, en general yo no he recibido ninguna de esas, y las que sí son del tema de la propiedad de la vivienda, cuál va a ser el rol de los privados en salud y educación, el alcance de las normas de la plurinacionalidad. 
-Pero el presidente Boric también planteó temas que en su opinión no estaban claros como la iniciativa de gasto de los parlamentarios, los sistemas de justicia, y que se debía fortalecer el Poder Judicial. 
Creo que los actores tienen que estar dispuestos a discutir todos los temas. Hay que utilizar las herramientas que tenemos disponibles, si uno ve las encuestas y recoge la experiencia de la gente que está haciendo campaña en la calle, no es tan difícil identificar cuáles son esos cinco, seis, siete temas que más se repiten, que más generan preocupación. Y sobre esos hay que hacer un acuerdo. 

Es súper legítimo querer que Chile tenga un Senado, y yo creo que ellos deben tener todo el espacio para plantearlo una vez que esté aprobada la nueva Constitución, y estemos en el proceso democrático de implementación y de ajustes al texto. Porque en el fondo esta es una Constitución que al contrario de la del ’80, no está hecha para quedarse cerrada y estática. Pero lo primero que hay que hacer es ganar la elección, si no, todo el resto es fantasía. 
Acuerdos sobre leyes
-¿Por qué prefirieron intentar llegar a acuerdos respecto de las leyes en que se traducirán los artículos en vez de compromisos en torno a reformas constitucionales?
Con el grupo del Frente Amplio nos dimos cuenta de que se había concentrado la discusión en el tema de las reformas, y que había muchos temas donde estaban surgiendo muchas preocupaciones y la respuesta no pasaba tanto por una reforma constitucional. La Constitución fija un marco, pero después le entrega a la ley la implementación concreta. La derecha estaba azuzando temores inverosímiles.
La nueva Constitución dice, por ejemplo, todas las personas tienen derecho a una interrupción voluntaria del embarazo, entonces la derecha dice, ‘aborto a los nueve meses’, que es inverosímil porque el embarazo a los nueve meses se llama parto. Pero además nadie en Chile cree eso, la postura de las bancadas feministas del Parlamento es aborto voluntario a las catorce semanas. Y esa decisión igualmente tiene que ir a un Congreso donde hay distintas posiciones al respecto. 
-Entonces no ve con reparos los acuerdos de reformas constitucionales previo al Plebiscito.
Creo que las reformas son una herramienta que hay que utilizar y discutir,  pero creo que es importante para ser coherentes con el proceso democrático, la gente votó por los convencionales que escribieron el texto, sería un error hacerle cambios al corazón del texto. 
Pero sí hay temas que pueden precisarse. Cuando se discutió el tema del consentimiento indígena era muy claro que eso quedaba dentro de decisiones que se toman en ámbito regional. Pero a mí ya me han preguntado en cinco foros si es verdad que si se quiere hacer una reforma constitucional los pueblos indígenas tienen que dar su consentimiento, y que si rechazan se cae la reforma constitucional. Eso no está en ninguna parte del texto. Si no está en el texto, reforcémoslo. 
Votante indeciso
Hay quienes dicen que si se comprometen muchos cambios y se va a buscar al votante indeciso se perderá al duro. ¿Cuál es tu visión en este punto?
Tengo la impresión de que la gran mayoría de la gente que vota Apruebo sabe que los cambios que trae el texto son tremendos avances y que este tipo de precisiones como las que estamos hablando, como reforzar el alcance real de cosas que ya están en el texto, aclarar dudas en temas como propiedad y vivienda, no tocan lo central de la propuesta. 
¿Cree que esto es pasar por encima del mandato que dieron las personas al votar por una convención constituyente y no una mixta?
El trabajo de los parlamentarios, de acuerdo a la nueva Constitución, incluye discutir leyes y también discutir reformas constitucionales. Entonces que los parlamentarios discutan reformas constitucionales no tiene nada de ilegítimo, porque son los propios procedimientos que la nueva Constitución establece. 
Lo que estaba en el borrador que elaboramos es que con el objetivo de dar tranquilidad a la ciudadanía. No solo contamos con la herramienta de la reforma constitucional, que tiene más exigencias, sino que también con este instrumento de acuerdos de implementación. Que implica no cambiar el texto, sino que anticipar a la ciudadanía qué se va a hacer cuando haya que escribir la ley que la Constitución mandata a crear. 
-¿Qué piensa de los reparos que han manifestado algunos parlamentarios, como el presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Soto (Ind.-PPD), sobre que sea el ministro de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), Giorgio Jackson, quien reciba las propuestas de reformas al texto?
Por el sistema presidencial que tenemos el rol del presidente es central en todo el proceso político. Me parece que es claro que el presidente de la República tiene que evaluar todos los escenarios posibles, tiene que cumplir un rol de liderazgo en las distintas posibilidades que se están presentando. En eso, que pueda recibir las distintas propuestas de los partidos me parece un procedimiento institucional y democrático de canalizar un debate que está existiendo y creo que a la ciudadanía le da tranquilidad de que el presidente pueda ser parte de ese debate, dentro de las reglas de prescindencia y de su rol de mandatario.



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