Pasadas las 22.10 horas, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se apersonó a las afueras de su casa, en un escenario que se armó especialmente para que dé un discurso tras los hechos de violencia en el barrio de Recoleta y pidió a los manifestantes: “Vayamos a descansar que ha sido un largo día”.”Desde el dia martes cuando el partido judicial pidió 12 años de condena, por cada año de los mejores 12 años que tuvo el pueblo argentino, desde ese día se produjeron a lo largo y a lo ancho del país manifestaciones. Sin embargo, en el único lugar en el que el día martes y hoy hubo escenas de violencia fue aquí, en la Ciudad de Buenos Aires y en la puerta de mi casa, provocadas por lo que yo llamo el odio hacia la alegaría y el amor hacia los peronistas que siempre hemos sido objeto de la violencia”, señaló la vicepresidenta.A su vez, recordó que “desde el ultimo día que fui presidenta, ese 9 de diciembre cuando terminó el acto de la Plaza de Mayo, volví a mi casa a descansar porque me volvía a la Patagonia pero no pude llegar porque este lugar estaba rodeado de simpatizantes del macrismo que insultaban y agredían y tuve que irme a dormir a la casa de mi hija en Monserrat”.”He vivido el permanente hostigamiento de gente que me ha insultado y amenazado de muerte. Nunca vi que la policía intervenga por ese hostigamiento; también soy ciudadana y pago mis impuestos. Después dicen que los violentos somos nosotros”, apuntó la Vicepresidenta la noche del sábado en las inmediaciones de su domicilio en el barrio porteño de Recoleta.
“En una democracia el derecho a una libertad de expresión es fundamental”, reconoció.
Además, la ex mandataria acusó a la oposición de “competir entre sí por quién le pega más y quién odia más a los peronistas”. “No repitan experiencias de las cuales después tenemos que arrepentirnos. Ha habido demasiada sangre en Argentina para que amenacen con tiro, bala, gases lacrimógenos”, afirmó Fernández de Kirchner.Y concluyó: “Vayamos a descansar que ha sido un largo día. Yo quiero decirle a todos ustedes, que aunque viviera mil años nunca me va a alcanzar para agradecerles el amor, la lealtad y la solidaridad. Yo solo le pido que no abandonemos nuestras convicciones nunca, y sobre todo nuestro indestructible amor a la patria que nos une a todos”.
