Karina: “Perdí un poco el miedo de mostrarme como soy”


Cantante, compositora, referente de la cumbia en nuestro país, ganadora de múltiples premios gracias a su talento y madre de Sol. Hoy, en Caja Negra: Karina.Su ascenso a la fama fue rapidísimo: a ocho meses de comenzar su carrera musical, llenó un Gran Rex. Ganó siete Premios Gardel y sus hitazos se mantienen arriba en cualquier fiesta: Con la Misma Moneda”, “Díganle”, “Corazón Mentiroso” y muchísimos más.Sobre su apodo, que actualmente le incomoda un poco, explicó: “En nuestro género, cuando sale una mujer, siempre le ponen algún apodo o título al lado del nombre, como que muestro lo que sos… calculo que para venderte como un producto, ¿no? Siempre se encargan de poner nombres que te hagan gigante: ‘la número uno’, por ejemplo. Como yo recién empezaba, todo me sonaba muy grande y pedía algo más chiquito. Y, al tener 18 años, con ‘Princesita’ en chiquito no me sentí tan incómoda porque aparte era chica. Hoy que ya soy mucho más grande, por ahí me siento… no incómoda, pero ya no me siento princesita, me siento una mujer más grande. Pero después noto que la gente me llama así por cariño en la calle, y me dicen más princesita que Karina”.

“Al ir creciendo, me fui sintiendo más cómodo y perdí un poco el miedo de mostrarme como soy. Hoy me muestro tal cual soy,  tal vez porque me siento un poco más cómoda”, sostuvo la cantante. “Tuve aceptación por las mujeres, creo que eso es lo que hizo que me vaya bien rápido y es algo que es muy difícil. Parece una pavada, pero en aquel momento que una mujer sea aceptada por las mujeres que eran en la mayoría el público era un desafío”, sostuvo.
Respecto a la visibilidad de los artististas y el uso de la publicidad durante la carrera, reflexionó: “La publicidad te ayuda un tiempo para mostrarte.  Pero después, si no tenés talento, no tenés carisma, no te mantenés”.Tuvo una infancia difícil en su hogar: “Mi vieja fue una valiente claramente. Me acuerdo el día que nos escapamos nos metimos en una remisería. Mi viejo salió a buscarnos y en la remisería fueron buenos: nos metieron abajo de una mesa y le dijeron que no estábamos. Él entró a mirar y no nos vio”. Es madre de Sol, fruto de su joven relación con El Polaco: “Después de haber tenido a Sol, se me fue un enojo con mi mamá. Entendí muchas cosas de lo que era ser mamá y aprendí a ser mamá porque un día lloré porque la extrañaba. A partir de ahí me tomé las cosas distintas. Entendí las prioridades, los valores que tienen los momentos con las personas que realmente vale la pena compartir la vida. Yo no hacía más que trabajar, trabajar y trabajar. Ahora no te paso una Navidad cantando, ni aunque me pagan el doble. No me interesa. Yo la voy a pasar con mi familia”.

Durante un largo periodo de su carrera sufrió por el gordo-odio tan presente en nuestra sociedad: “Claramente no tengo cuerpo de modelo y hoy estoy re orgullosa. . En un momento era re importante cómo te veía físicamente. Vos me ves a mí cuando arranqué y era un palito.En ese momento yo estaba feliz. Después de ser mamá subí un montón de kilos y yo estaba mal porque era una cantante y la cantante no podía estar así. Ahora me parece una boludez enorme y me mato de risa. Pero el entorno te obligaba. Mismo familiares o amigos me decían: ‘Yo te quiero, entonces te doy este consejo: cuidate’. Y vos no sabés si tengo ganas de cuidarme, si quiero ser como soy. Muy pocos cambiaron”.

Si vamos a la caja negra de su vida, ¿cuál es el momento que la convierte en la persona que es hoy?: “Cuando me convertí en mamá. Cuando fui mamá, me bajó mucha información de todos lados. Perdoné a mi mamá. Yo nunca fui consciente de lo que ella estaba viviendo. Yo en ocasiones estaba enojada con mi mamá.Daría mi vida por un hijo. Te nace un día. Yo me acuerdo que cuando nació no entendía que eso salió de mí. Me cayó la ficha unos días después y tuvo que quedar internada, al borde de no estar más. A partir de ahí me tomé las cosas distintas, entendí las prioridades”.Hacia el final de la entrevista se abre la caja negra. Comienza un desafío inesperado. Semana a semana una figura se someterá al living para dialogar y reflexionar. Y vos, ¿te animás a recordar qué momento hizo un click en tu vida?



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