El zaguero de Agropecuario de Carlos Casares Milton Leyendeker, que lesionó de gravedad al volante de Boca Exequiel Zeballos durante un encuentro correspondiente a la Copa Argentina, no se arrepiente de su juego brusco porque lo considera parte de su esencia futbolística.”No me arrepiento, juego así y seguiré jugando así. Es una lástima su lesión, pero no lo fui a lastimar. Somos colegas y todos peleamos por lo mismo”, dijo Leyender en diálogo con ESPN.
Aquella brutal patada, ocurrida a los cinco minutos de ese cotejo que ganó Boca por 1 a 0 en Salta, le provocó al juvenil una compleja lesión en el tobillo derecho, que requirió una intervención quirúrgica.”Estaba seguro que llegaba a la pelota y en el momento me sorprendí. Es más, le pregunté al arquero si había sido para tanto”, relató el defensor de Agropecuario.“El partido terminó siendo una pesadilla”, agregó Leyendeker, quien fue suspendido por ocho fechas a causa de la infracción.En cuanto a la jugada, el futbolista manifestó: “Es una acción desafortunada. Yo quiero sacar la pelota, pero me la puntea, y bueno, yo creo que lo quiebro no por la patada sino por caerle encima con la rodilla”.Y añadió: “Cuando fui al vestuario vi la jugada en el teléfono y ahí me di cuenta de que estaba bien la roja. Además, tenía un montón de mensajes del tema”.Por otra parte, negó cualquier relación de su acción violenta con las apuestas deportivas: “Escuché lo de las apuestas. Me dio bronca que hablaran de esa patada por las apuestas”.Por último, Leyendeker valoró el apoyo del club y aseguró que trabaja con un psicólogo para superar la situación: “No tratamos el tema de la culpa, sino más bien todo lo que se decía desde afuera. Nunca se me cruzó largar el fútbol. Fue difícil aprender a vivir con eso, pero la que más sufrió fue mi familia. Yo trato de tranquilizar a mis familiares, pero la gente los busca, los encuentra y les manda mensajes”.
