En 2016, Raúl Julián Bjorklund fue despedido del Instituto Emanuel de Misiones y, lejos de quedarse cruzado de brazos, decidió iniciar acciones legales contra la escuela, que ahora deberá abonar casi un millón de pesos al docente por “daños morales”.Cuando Bjorklund perdió su trabajo, quizá no imaginaba un desenlace tan satisfactorio para su historia. Sin embargo, el Juzgado laboral de la ciudad de Oberá reconoció la causa del antiguo empleado de la institución. Allí, el profesor dictaba clases de Química y de Proyecto de Investigación desde hacía cinco años.En un principio, el colegio le entregó una indemnización al docente en la que se dejó constancia de que el despido se produjo “por el hecho de que la sexualidad del profesor no coincide con el ideario de la institución”.Con el documento firmado, el colegio advirtió que podría ser un problema y convocó nuevamente al docente para realizar una modificación. Fue entonces que Bjorklund decidió llevar su denuncia al INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, Xenofobia y el Racismo), para más tarde dirigirse al Ministerio Público Fiscal. Tras seis años de lucha, el Juzgado laboral fijó el plazo máximo de diez días para que el Instituto Emanuel le entregue a su anterior empleado 992.074,83 pesos.“La correlación temporal entre la decisión del actor de contraer matrimonio, seguido de su inmediata desvinculación de la institución, permite establecer, al menos indiciariamente, una relación de causa-efecto entre esos hechos”, argumentó el fallo judicial.Asimismo, el Juzgado agregó que “el accionante ha sido víctima de un trato discriminatorio en razón de su orientación sexual”. Por su parte, Bjorklund reveló que donará el dinero a Somos Diverses, una organización en la que distintos profesionales de Misiones trabajan en la defensa de los derechos de la comunidad LGBTIQ+.
