Una multitud festeja el pase a la final en el Obelisco



Una multitud de familias, grupos de amigos y fanáticos del fútbol comenzó a concentrarse en el Obelisco porteño para celebrar el pase de la Selección a la final del Mundial de Qatar 2022, tras la goleada por frente a Croacia. Además, miles de personas aprovecharon a ver el partido en las pantallas gigantes ubicadas en los diferentes espacios públicos de la Ciudad.Subidos a las vallas que el gobierno porteño colocó frente al Obelisco, miles de hinchas celebraban la victoria minutos antes del final del partido con bombos, redoblantes y la canción inmortalizada por la hinchada argentina y que en el estribillo envalentona: “muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial”.El Gobierno porteño valló el obelisco a la espera de una multitud de personas que irían a festejar el pase a la final, y cuando comenzaron a llegar los hinchas hubo incidentes, por lo que el secretario de Derechos Humanos Horacio Pietragalla Corti pidió a Horacio Rodríguez Larreta que “la policía de la ciudad de Buenos Aires deje de reprimir y provocar a las y los argentinos que fueron en familia a celebrar en el obelisco el triunfo de la Argentina”. Y agregó: “Festejar un triunfo deportivo de la selección tambiem es un derecho de todos y todas. Haremos presentaciones judiciales para garantizar el festejo y dar con los responsables de la violencia policial que lleva adelante la policía de la ciudad”.Además, miles de hinchas siguieron el partido en la pantalla gigante montada en la plaza Seeber del barrio porteño de Palermo, que se cubrió de celeste y blanco por los visitantes que llegaban con camisetas de la selección argentina de distintas épocas, la mayoría de ellas con el 10 en la espalda y el apellido “Messi”.Pasada las 15 gran parte del predio ya estaba cubierto por grupos de hinchas que buscaban los rincones con sombra y compartían rondas de mate, mientras que en las vallas que delimitaban el sector los vendedores ambulantes sumaron a las tradicionales camisetas de la selección, las nuevas remeras con el rostro de Lionel Messi y la frase “Andá pa allá, bobo”.El comienzo del partido provocó la explosión de la multitud, cuya algarabía al grito de “el que no salta es un inglés” causó una niebla roja, producto del polvo de ladrillo de la plaza batido por los saltos de la hinchada. Además, cada ataque del seleccionado argentino despertaba una ola de aplausos, el sonar de los bombos y agite con los brazos, mientras que las faltas provocaban enojo y fastidio.



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