El papel de la música y la ayahuasca en el tratamiento de las adicciones



Un elemento importante de la cultura andina, especialmente en Perú, son los íkaro. Se trata de cantos en quechua, el idioma de los incas, que se cree que tienen la capacidad de curar enfermedades y de proteger a las personas de los peligros del mundo. Combinados con medicina tradicional amazónica y psicoterapia, estos icaros se utilizan durante las ceremonias de curación con ayahuasca en el Centro Takiwasi de rehabilitación de toxicómanos (Perú) como tratamiento para hombres que se recuperan de adicciones a las drogas y el alcohol. Ahora, ¿cuál es el impacto de la música en esta rehabilitación?Un equipo de investigadores en etnomusicología quiso averiguar precisamente eso, el papel de la música como herramienta terapéutica, para ver si era posible integrarla en las opciones de tratamiento curativo para los pacientes de Estados Unidos, y potencialmente del resto del mundo, que sufren adicciones y otras enfermedades. Owain J. Graham, estudiante de doctorado y quien dirigió la investigación, desde hacía más de una década se interesaba por comprender la relación entre la música y los estados alterados de conciencia, centrándose en las culturas que tienen una larga tradición de utilizarlas juntas.Él se dio cuenta de que los estudios clínicos recientes sobre psicodélicos carecían de un componente importante en sus informes: el uso de la música en sus protocolos. Y con la idea de aportar algo a la conversación, empezó a visitar el Centro Takiwasi, donde la combinación de psicoterapia asistida con psicodélicos monitoreados como la ayahuasca junto con icaros cantados en español, quechua y otras lenguas indígenas amazónicas ayuda a los hombres a alejarse de las drogas. Este centro sólo acoge a hombres en su programa residencial y se centra en la salud masculina, porque en Perú y en todo el mundo la mayoría de los adictos a sustancias son hombres. Allí los pacientes participan en ceremonias de ayahuasca (comúnmente descritas como experiencias místicas y de conexión con el mundo espiritual), donde curanderos tradicionales los guían con icaros. Este programa dura entre nueve y doce meses y ayuda a los pacientes a integrar las lecciones y procesar los traumas que suscitan las ceremonias de ayahuasca.”Algunos icaros se cantan en momentos clave durante las ceremonias grupales de ayahuasca amazónica, al principio para invocar la protección y la guía de los espíritus, por ejemplo, pero por lo demás se cantan en breves ráfagas de una a tres canciones a la vez, marcando las aproximadamente seis horas de la ceremonia con largos periodos de silencio. Los sanadores cantan para guiar la experiencia de los participantes que sienten que necesitan ser redirigidos o ayudados en un momento difícil”, explica el equipo en sus hallazgos publicados en la revista Anthropology of Consciousness.En ese estudio, Graham y sus colegas evaluaron las respuestas de pacientes que habían participado de las ceremonias de ayahuasca entre noviembre de 2017 y noviembre de 2019 y descubrieron que los icaros eran terapéuticamente significativos: “Provocaron experiencias de curación al modular las emociones de los pacientes y el estado alterado inducido por la ayahuasca”, describen en el artículo. Y agregan: “Ayudaron a los pacientes a sentirse seguros mientras los guiaban a través de recuerdos y emociones difíciles y facilitaban experiencias de curación y aprendizaje sobre sus adicciones. Por lo tanto, las terapias similares deben considerar cuidadosamente cómo incorporan la música en sus protocolos”.



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