Haroldo Borges: “‘Saudade fez morada aqui dentro’ es una metáfora de Brasil”



* Nota escrita por Micaela Robles y Antonella Morello.Si traducimos el título de la película, ‘Saudade fez morada aqui dentro’ remite a aquella tristeza que llevamos dentro nuestro. En Bruno, a sus 15 años, esa nostalgia llega cuando pierde la vista. Con más dudas que certezas, debe enfrentar un camino inevitable mientras vive con las preocupaciones típicas de un chico de su edad. Lo que él no sabía es que eso se iba a transformar en un camino de aprendizaje, emociones y coraje.Estamos hablando del primer largo en solitario del director brasileño Haroldo Borges (“Filho de Boi”), que tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. “Estar acá es una alegría, la recepción e interés del público, estar dentro de las salas, todas llenas, la gente que quiere charlar sobre la película, creo que es el mejor lugar para estrenarla”, confesó el cineasta, en una entrevista exclusiva con Filo.news.Encontrar nuestras propias ceguerasLa película empezó a tomar forma cuando empezó la cuarentena por coronavirus, aunque ya había otra pandemia latente hace bastante tiempo atrás; al menos así lo entiende el director: “De un momento para otro amigos, parientes, gente, tíos, se quedaron ciegos, empezaron a defender el fascismo de una manera con mucha pasión, no lográbamos entender lo que estaba pasando. Tuvimos un período de cuatro años oscuros”, recordó.Fue en ese momento cuando el cine se convirtió en herramienta de expresión y de lucha, un canal para analizar el escenario que nos rodea y cómo actuamos como sociedad frente a eso. El director, que previamente había puesto el foco en las marginalidades y realidades de la sociedad brasilera (como guionista o director de fotografía de ‘A casa de Sandro’, ‘Filho de boi’ o ‘Jonas e o circo sem lona’), entendió que su primer largometraje tenía que hablar sobre eso, aunque no de forma explícita.
“Nos pareció que era interesante contar una historia que fuera como una metáfora del momento de ahora en Brasil”, comentó. Así, la historia de Bruno (que cobra otra dimensión frente a los golpes antidemocráticos que Brasil vivió en los últimos días)  puede ser entendida como una manera de indagar “en nuestras propias cegueras”, según analiza, como también de pensar la vida, a uno mismo y a lxs otrxs “dentro de la oscuridad”.
“Me identifico mucho con el personaje. Nosotros tenemos nuestras propias cegueras: siempre ciegos en algo. Creo que el mensaje de Bruno es que miremos eso”, reveló. Por eso, desde su rol como director, resalta la importancia de la mirada, ¿qué es lo que estamos acostumbradxs a ver en pantalla? ¿Vemos lo que nos dicen que tenemos que mirar? ¿Cuántas veces reflexionamos sobre eso?
En palabras de Haroldo: “Ese es nuestro oficio. Si queremos entregar una mirada nueva o interesante para el otro, hace falta todos los días preguntarnos qué estamos viendo. Cada cineasta tiene que reinventar el cine, como si fuera la primera vez”.Animarse a repensar el cine“Saudade fez morada” está protagonizada por Bruno Jefferson, Angela Maria, Ronnaldy Gomes, Terena França y Wilma Macêdo, actores y actrices amateurs y que no se conocían previamente. Todo comenzó cuando el director y el equipo de producción recorrieron varias escuelas públicas de Salvador de Bahía, donde anunciaban que querían hacer una película; aquellos que se animaban participaban luego de un casting, donde les pedían trabajos de improvisación.
“Vimos 1300 chicos hasta llegar a Bruno, y a partir de lo que hacían, de la química que pasaba entre ellos, ahí encontramos a los personajes; todos tienen el mismo nombre que en la vida real. Bruno desde el inicio se destacó. Y desde el inicio era un niño muy valiente, estaba siempre dispuesto a arriesgar, hacer ejercicios, impresionante”, reveló el cineasta.
Borges contó que tenían un guion mapa, que funcionaba como base para no perderse, pero que el elenco nunca lo vio: ellxs iban conociendo la historia minutos antes de filmar. El objetivo era lograr una frescura e inmediatez en cada escena, eso que no se puede preparar o pensar, sino sentir.
“Teníamos un equipo chiquito. Hacíamos una filmación bastante discreta en el pueblo, donde el propio pueblo no sabía que estábamos filmando; después muchos de ellos fueron parte del equipo, y se sentía como si lo estuviéramos haciendo juntos, no había esa cosa tan presente de la jerarquía y orden del cine”, detalló.
El director asegura que el elenco todavía no vio la película: “Normalmente pensamos que los actores que están en pantalla son como talentos extraordinarios, y la verdad sí, pero ese talento no es tan raro, es más diverso, más presente. Encontrábamos talentos enormes y que estaban ahí”, indicó. 
Para trabajar la representación de la ceguera, contaron con el apoyo del Instituto de Cegos da Bahia (ICB), quienes los invitaron a realizar diferentes ejercicios: “Nos vendaron y nos hicieron pasar por un montón de obstáculos, que son sencillos pero cuando no los ves son obstáculos tremendos. Nos pareció muy importante aproximarnos a eso”, relató.
De hecho, fue en ese lugar donde conocieron la historia que disparó la idea de la película: “Nos encontramos con dos hermanos de verdad, que tenían problemas de visión, uno de ellos nació sin visión, y el otro no, entonces ese se tornó su guía, un hermano guiando al otro. Y después el chico que veía empezó a desarrollar la misma enfermedad que su hermano, y poco a poco fue perdiendo la visión. Entonces los dos quedaron ciegos, y cambiaron de puestos, y el que estaba ciego se transformó en el guía del otro, entonces nos pareció muy impactante”.La huella latinoamericana en el cineLa película se estrenó en el Festival Internacional de Mar del Plata, donde fue galardonada con el Astor Piazzolla al Mejor Largometraje de la Competencia Internacional; además recibió una Mención Especial del Jurado por el trabajo de su elenco.“Me encanta el cine argentino, me hace bien, mirar pelis argentinas, trabajar con argentinos, estar alrededor de argentinos, es como renovar la mirada. Siempre es un placer estar acá”, comentó.Borges destacó el trabajo junto a la montajista argentina Andrea Kleinman, con quien compartió proyectos previos a “Saudade”: “Fue como una maestra. Veo luz en la manera de hacer cine que tienen en este país”.Y qué interesante cuando el cine une culturas, países, y más en Latinoamérica, tierra de lucha, pasión y revolución por excelencia. Haroldo defiende este lazo y apuesta por seguir trabajándolo a futuro: “En Brasil tenemos equipos muy grandes, las películas suelen salir muy caras, y acá encontramos una manera de hacer cine de una forma más chiquita, económica y muy profesional; en Brasil las películas argentinas son muy esperadas, nosotros tenemos el cine argentino como lo mejor”.



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