Los gremios de las mipymes en su mayoría tienen limitaciones por la debilidad económica de sus integrantes y, a diferencia del sindicalismo que se financia por ley, estos deben recurrir a financiar su gestión apoyándose en sus escasos recursos, en concursos que controla el Estado y en algunos casos en “apoyos financieros” que les otorgan los grupos económicos. Eso explica que algunos eviten como organización o individualmente contradecir los intereses de los grandes grupos económicos de Chile, sobre todo en materia tributaria.
No hay otra posible explicación a que algunos gremios reclamen un “diálogo” tributario más profundo y con plazos más largos para la discusión, aplaudiendo el rechazo a toda discusión tributaria en el Parlamento.
Que declaren la necesidad de combatir la supuesta evasión tributaria y del IVA de las pequeñas empresas, a la vez que atacan las propuestas para atajar la elusión tributaria de las grandes empresas que merman en miles de millones de dólares las arcas fiscales.
Rechazan nuevos impuestos a los superricos y persiguen a los informales, de modo que desvían la atención.
Argumentan que el dialogo con el Gobierno dio poco tiempo y hay que desecharlo, prefiriendo hacerlo con un Parlamento que rechazó la discusión, por petición de estos mismos gremios, y así perdimos largos meses de valiosa discusión. No es de extrañar que, al recurrir ahora al Senado, este deseche retomar la reforma tributaria y, contradictoriamente, aplaudirán.
Reclaman que no se discutió un mejor régimen tributario para las mipymes y una tasa diferencial, cuando ese tema se discutió en las Mesas Tributarias, el día después que estos gremios se retirarán del debate, y en esas mismas mesas propusimos la tasa diferencial permanente para las mipymes de un 10% de impuesto y de un 30 % para la Gran Empresa.
Acusan el uso de la información de la OECD y del SII como desactualizada, porque la OECD dice que Chile está entre los países de más bajos tributos empresariales y que más del 50% de los ingresos tributarios vienen del IVA, que más afecta al consumidor y menos a la empresa que los descuenta. Reclaman como desactualizada la información que dice que la recaudación actual en un 64% viene de los 6.500 más grandes grupos económicos y que la elusión se ha detectado solo en las mega y grandes empresas.
Proponen que la fuente de ingresos que reemplace el impuesto a los superricos y las normas antielusión, sea combatir la supuesta evasión del IVA de las pequeñas empresas y mencionan como objetivo gravar aún más a las Ferias Libres, que tienen un régimen diferenciado de tributar. Además, es inmoral proponer que al Estado lo financien los feriantes, los informales, los migrantes empobrecidos, pero no quienes tiene el 87% de las ventas del país, esto es injusto e irreal. Las mipymes, sí quieren que los coleros y los migrantes empobrecidos se formalicen y salgan de las calles y en eso el Estado debe apoyarlos.
En la UNAPYME se encuentra la organización más importante de los feriantes, por eso acusan la ignorancia al ubicar a las Ferias Libres dentro de las microempresas informales. Las ferias libres pagan patentes en los municipios y su calidad de microempresas está acreditada por un pronunciamiento del Contralor General de la Republica el año 2021, con ocasión de pago del Bono Alivio Pyme.
En resumen, estos tres gremios representan otros intereses, no los de las mipymes, politizan el debate tributario, usan a las mipymes como escudo y las exponen a pagar más impuestos y sufrir las consecuencias de quedar con un Estado desfinanciado, para abordar reformas previsionales de salud y educación, necesarias para las familias de las empresas de menor tamaño y sus trabajadores.
Lo que Chile necesita es que el Senado abra las puertas que cerró la Cámara, para un debate tributario y para que en el Congreso se diriman democráticamente las propuestas, y allí estarán los gremios mipymes defendiendo sus intereses en un diálogo necesario entre empresas de menor tamaño, la gran empresa, el Gobierno y el Parlamento.
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