5 de mayo: Día Mundial de la Hipertensión Pulmonar

La hipertensión pulmonar es una enfermedad que se encuentra dentro de las llamadas “enfermedades poco frecuentes”, es crónica y progresiva, y afecta entre 15 y 50 personas por cada millón de habitantes. Puede aparecer sin una causa evidente y otras veces dentro de un patrón hereditario.También puede estar asociada a otras condiciones de enfermedad, como ser HIV positivo, tener enfermedades reumatológicas, tener patologías cardiológicas, enfermedades respiratorias o hepáticas. Estos tipos de hipertensión pulmonar son los menos frecuentes y suele ser más frecuente en las mujeres, con edades comprendidas entre los 30 y 50 años.“La hipertensión pulmonar es una enfermedad que se caracteriza por el estrechamiento de las arterias pulmonares, que son los canales que llevan la sangre desde la parte derecha del corazón hasta los pulmones, en donde es oxigenada y purificada para volver a nutrir los tejidos”, explica el Dr. Eduardo Biondi, Oncólogo y Gerente Médico de Varifarma (MN 81175).Este estrechamiento produce un aumento incesante de la presión dentro de esas arterias, lo cual produce con el tiempo una sobrecarga del ventrículo derecho que lo lleva al agotamiento y a la falla en su funcionamiento.Es un cuadro grave que aún no tiene cura, pero sí existen tratamientos que impiden o retrasan su progresión si es detectada a tiempo. “Desde Varifarma acompañamos al paciente en el proceso de tratamiento con el desarrollo de Sustengo, un medicamento que tiene como principio activo la droga tadalafilo, indicado para la hipertensión arterial pulmonar que mejora la calidad de vida y reduce significativamente el deterioro producido por la enfermedad”.Algunos de los síntomas característicos de esta patología son: dificultad para respirar, dolor o presión en el pecho, aceleración en la frecuencia cardíaca, fatiga, cansancio, mareos, desmayos, cianosis o coloración azul en labios y piel, e inflamación en tobillos y piernas. A su vez, puede generar complicaciones tales como: sangrado, arritmias, insuficiencia cardíaca debido al agrandamiento del lado derecho del corazón y coágulos sanguíneos.Para su prevención se recomienda mantener una dieta alimenticia balanceada, realizar actividad física, evitar el consumo de drogas, evitar la ingesta de medicamentos inhibidores del apetito; y, si existen antecedentes familiares sobre esta enfermedad, acudir a un médico especialista.



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